pink shirt.➸ reddie;

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Al día siguiente, Richie fue quien terminó en el suelo.

Eddie lo empujó en la noche, y él no se dio cuenta hasta despertar dolorido, tuvo un gran dolor de espalda insoportable, en ese momento se dio cuenta que ya le estaba afectando estar a sus casi cuarenta años vivo. En cuanto se levanta de ahí empieza a buscar a Eds por toda la habitación, pero él ya se había ido.

Se preguntó si de verdad salió de su casa o, de otra manera, seguiría ahí en otro de los cuartos, porque la casa de Eddie era más grande de lo que había imaginado, solo no quería admitirlo y por eso Richard se guarda los cumplidos. Se colocó los lentes que estaban en la mesita,  se acomoda la ropa y sale de la habitación.

Camina somnoliento viendo los cuadros que Kaspbrak tenía en la pared, se dio cuenta que le gustaba coleccionar pinturas, tenía un estilo antiguo que le daba la pinta calmada y veraniega. Entonces por mera curiosidad, llegando a la cocina, ve al asmático de espaldas con una bata cubriendo su cuerpo, terminando de preparar el desayuno.

—¿Eso son panqueques? —pregunta Richie impregnado del aroma de la buena comida de Eddie, su compañero se sobresaltó—. Demonios Eds, debiste ser chef en vez de un chófer de autos.

—Me gusta mi actual trabajo Richie —respondió sirviendo la comida en ambos platos—. Aprendí a cocinar por mi cuenta cuando estaba en universidad, espero y te guste.

Le dio el plato de comida y tomó un cubierto de la alacena, fue a sentarse al comedor y empezó a desayunar junto a un vaso de leche tibia. Eddie se sentó delante suyo, y toda la sala sucumbió en el silencio.

En verdad nunca se imaginó volver a estar con Eddie después de tantos años, pero de ser así, al menos estar desayunando juntos como en los viejos tiempos fue una buena idea. Nunca había dudado en que todo lo que hiciera Eddie tanto en su vida laboral como profesional le iría con éxito. Richie esperaba que todos los perdedores tuvieran una vida llena de lujos y sin vivir de la miseria, al menos a él le llegaba el dinero suficiente para estar cómodamente con su vida.

—Oye sunshine, ¿esa es tu madre de joven?—preguntó entre mordiscos señalando a una parte de la habitación, uno de los retratos que guardaba de una mujer con traje de bodas.

—Uh... No—respondió en desagrado—.Es mi esposa Myra, fue del día en que nos casamos en el 95.

Richie soltó un momento el tenedor y el cuchillo, fue inevitable no reírse, Eddie estaba confuso por su reacción.

—¡No puede ser, te casaste con alguien tan parecida a tu madre! He visto chicas más calientes que ella—admitió Richard.

—Vete a la mierda Richie—rueda los ojos molesto—. Ni siquiera me has contado si estás casado, soltero o tienes hijos.

—Estoy soltero y tan fresco como una lechuga Eddie—dijo Richie—. No tengo hijos, me realicé la vasectomía hace tiempo. Supongo que tú haz de tenerlos—comentó con nerviosismo.

—La verdad no Richard, lo he intentado mas no ha funcionado—responde tranquilamente —. Es una larga historia.

—Es que tu nunca supiste como complacer una dama en la cama—trata de hacerlo en broma, pero Eddie le da un golpe en el hombro —. ¡Hey!

—Creo que es suficiente, ¿te llevo a tu casa?

Eddie parecía no tener intención alguna de hablar de su vida privada tanto sexual como amorosa, porque desde que Myra quiso separarse de él empezó a darse cuenta que perdió mucho tiempo de su vida adulta dependiendo de las personas.

Entonces ahora estaba en el mismo dilema que Richie sin saber que hacer al respecto, si continuar ambos con sus vidas luego de dejarlo estar en su hogar o seguir hablándose de por medio.

Pero no lo mencionaron hasta que entró al auto del asmático y le dio la dirección de donde temporalmente se hospedaba. Richie ahora estaba al lado del asiento de Eddie, guardó silencio durante el camino a casa.

A veces solía observarlo, se volvió un hombre serio, y aún así cuando sonreía tiene unas facciones muy bellas. Se preguntó si Eddie recordaba un poco de los besos, o al menos parte de sus últimos días a su lado, no cómo amigos, sino...

—Eddie, ¿quieres ir a cenar el domingo?—preguntó Richie de repente—. Ya sabes, necesito alguien que me dé un tour por aquí antes de irme, planeo quedarme más tiempo.

—Tengo que ver sino estaré ocupado —responde mientras se estaciona cerca del hotel—. Te llamaré de ser así, ¿te parece?

—Me parece perfecto.

Tomó su celular y guardó el número de Eddie y viceversa, se aseguraron enviándose un par de mensajes que sean sus números correctos antes de que Richie abriera la puerta del auto, debía volver a su hotel a alistarse para otra noche de larga jornada.

No obstante Richie en verdad no quería irse, es decir, ¿porqué esperó tanto tiempo a encontrar a Eddie? Pudo haberlo besado, pero si él había perdido parte de sus recuerdos entonces no podía hacer nada al respecto, menos si estaba casado, o bueno, en proceso de divorcio.

—Yo...—Eddie empezó a hablar—. Debo irme, tengo que trabajar y...

—¡Oh sisi! ¡Claro lo siento! Me quedé pensando, te hablo después Eds—le jaló la mejilla izquierda.

—Ugh, detente—pide apartándole la mano y soltando una risa—. Cuídate mucho Richie. 

Asintió y salió del auto Eddie le dio una última mirada en el día para luego arrancar el auto, Richie lo vio marcharse.

Exhaló y su corazón había empezado a latir a mil por hora justo cómo anoche, pero trató de apartar esos incontrolables pensamientos de ir tras de Eddie, al necesitar tiempo a que las cosas se solucionaran, inclusive el hecho de hacer que él recordara parte de su infancia.

Al ir a su piso Richie cerró la puerta con llave, se dio cuenta que volvió a su caos, ya no estaba Eddie, sino un montón de basura por recoger y ordenar para no quedar como un mal huésped, incluso tenía una nota de Steve quien necesitaba que él tomara más seriedad o por el contrario llegarían más quejas de la habitación por parte de los empleados. 

De todas maneras estuvo observando la nueva ropa que su manager había puesto en su clóset para sus performance. Richie fue viendo cada una de ellas y las marcas, Dior, Prada, Feci... Tom Rogan & Beverly Marsh. 

—¿Beverly Marsh?