0 3 9 💌

1.3K 152 45
                                    

—Luego agarré a Eddie y le dije: Eds, cariño, tus besos saben igual a la boca de tu madre, y después se enojó conmigo pero se disculpó por que mis bromas son lo mejor.

—Eso no es cierto —repuso Eddie —. Te prohibí entrar a la casa porque llegaste a las tres de la mañana a pedirme perdón cuando estaba dormido.

—¡Shh! ¡Le quitas la gracia al chiste Edward!

Los perdedores rieron por lo divertidos que Eddie y Richie eran juntos, convivir cómo amigos de la infancia les daba los mejores momentos de lo que duró su niñez, empezaron a hablar sobre sus vidas fuera de la casa de Mike, donde traían un par de latas de alcohol en mano disfrutando del paisaje que daba Derry.

—¿Volvieron a ser novios?—preguntó Mikey curioso para luego dar un trago.

—Algo así, digamos que Eddie tiene unos problemas de talla mórbida, nada es oficial aun—dijo Richie meneando su envase.

—Qué gracioso idiota —replicó sarcástico —. ¿Qué has hecho aquí en Derry, Mike?

—La verdad no mucho —se recostó en el respaldo de la mecedora —. Solo no he tratado de trabajar para poder irme de aquí lo más pronto posible, pero he tenido que sobornar a los policías de Derry para buscar a Stanley.

—Mierda —maldijo Beverly —. Perdón... Se supone que los policías deben de hacer el trabajo justo.

—Lo hacen, bajo su propia comodidad —responde —.  Cuando volvió a desaparecer gente decidieron no meterse en las investigaciones y dieron a todas las personas por muertas, no es la última vez que sucede, sus padres en ese tiempo trataron de hacer lo posible para protegerlos.

—E-Eso es cierto...—dijo Bill—. M-mis padres tenían miedo que al no poder cuidar a George d-durante el verano lo mejor fue irnos de ahí.

—Cuando mamá estaba viva no me dejaban salir de casa, después mi hogar se volvió el mismo infierno—comentó Beverly encendiendo su tercer cigarrillo—. No tuve la desdicha de decir que me secuestraron o levantaron aquí, a comparación de un asalto hace pocos años.

—Mi madre... Creo que teníamos la misma preocupación hacia Henry Bowers—Eddie suspira—. Desearía que jamás nos hubiéramos topado con un idiota así, si es que sigue vivo.

—Sospecho que sea lo correcto Eddie—Mike mira al asmático que se muestra con preocupación—. Henry jamás fue hallado, dudé muchas veces que siguiera vivo hasta ahora pero, ¿quién quisiera llevarse a Stan? No estuvo metido en pleitos de pandilla, casi no hablaba con nadie a excepción de su esposa Patty.

Bill Denbrough alza el rostro atento a las palabras de su compañero cuando mencionan a Stanley. Hubiera deseado que su amigo de la infancia estuviera con ellos, preocupándose de si los pájaros en su jardín comían lo suficiente o tan preocupado de ser completamente hombre cuando aun no lo era en otro contexto diferente a lo que Bill veía de Stanley, un alma soñadora que perdió su camino con el paso del tiempo.

—E-Entonces debemos b-buscar a Stanley—dijo el tartaja—. S-Si Henry sigue con vida debemos de meterlo entre las rejas nosotros mismos.

—Esto no es un policías y ladrones Gran Bill—repuso Richard—. No tenemos alguna pista de donde pueda ir Henry.

—La verdad, mi mente bloqueó por completo cómo era físicamente Henry—dijo Eddie—. ¿Alguien sabe cómo era? Solo recuerdo que por su culpa perdí mi último diente de leche.

—Para ser alguien que sufrió un golpe de adolescente aun guardas los buenos recuerdos ¿no, Eddie?—sonrió pícaro.

—Beep beep Richie, solo porque te oculté otras cosas no significa que recuerde cada detalle de mi vida. Claro que estoy consciente las veces que perdí tanta sangre por los golpes que me daba.

—Henry es una escoria—interrumpió Ben—. La única escoria de Derry. Nos ha lastimado y ahora mismo está dañando a Stanley.

—Hay cosas más allá que aun no puedo explicarles, si perdemos el tiempo será imposible ver a Stan con...

—V-Vida...—Bill tartamudeó—. V-Vamos a buscarlo.

—Esperen, ¿ahora? ¿Justo en este preciso momento?—pregunta Richie —. ¡Demonios chicos! Tenemos mañana para buscarlo, cuando encontremos a Henry estará durmiendo en el agua sucia.

—Estamos hablando de una vida Richie, ¿si Eddie estuviera perdido harías lo mismo?—cuestiona Beverly pisando el cigarro al levantarse del asiento.

—Bueno, Eddie no sobreviviría ni un día al lado de Henry Bowers en la oscuridad—dijo sin importancia, recibiendo un codazo por parte del mencionado—. ¡Es la verdad! Pero me tienes aquí para cuidarte el precioso culo que te cargas bombón.

—Eres un sucio Richie—dijo Eddie avergonzado—. Dejen voy por mis pastillas, medicamentos, vendajes por si sucede algo en el camino...

—Debemos de irnos Eddie—dice Mike cómo una orden—. Nada de medicamentos, ¿traes tu inhalador?

—Claro... Siempre lo traigo—saca su pequeño inhalador confiable de su pantalón.

—Genial, ¿cuándo vas a superar que esto es una mierda?—Richie le quita el inhalador y se lo lleva a la boca, jalándole del gatillo recibiendo el medicamento áspero a su garganta tosiendo varias veces—. ¡Ugh!

—¡Así no funciona!—exclamó asustado Eddie quitándoselo—. Dios... Te vas a ahogar, corrección, te estás muriendo, ¿estás bien Richie?

El bocazas tosió repetidas veces hasta que recuperó la compostura, asintiendo para calmar a su chico por su tremenda idea de probar el inhalador de Eddie.

—Con eso...—inhaló Richie—. Estarás bien... todo el camino...

—¿Dónde iremos exactamente?—Beverly mira a Mike—. No tenemos una guía o un gps para saber donde se encontraría Henry Bowers.

Mike deja a un lado su lata semi vacía y señala a la completa vista del bosque oscuro, el cual con el tiempo se había descuidado, lleno de carteles de personas desaparecidas y unas ramas torcidas que a lo lejos se podía apreciar. Denbrough recordó que de niños solían ir juntos adentro del bosque a jugar y a divertirse, nunca lo vió cómo un lugar tenebroso.

—Debemos cruzar el bosque y después dirigirnos a Los Barrens, necesitarán esto.

Mike tomó su mochila que reposaba en la pared, sacó de ahí un par de cosas interesantes, los cuales eran armas, no solo un cuchillo de cocina sino también una ballesta, gas pimienta para defensa propia y navajas. Los demás vieron asustados a Mike por la cantidad de armas que tenía guardadas. El moreno tomó una de las navajas mariposa que tenía guardada colocándola en su bolsillo izquierdo.

—Necesitarán esto si logramos encontrar a Henry y nos trata de hacer daño—dijo Mike—. O cualquier desquiciado, siempre hubo la creencia de un asesino suelto en Derry desde antes que Henry estuviera, evitemos problemas. ¿Saben usar armas?

Los perdedores dudaron en tomarlas. Mike soltó una pequeña risa por la falta de experiencia de sus amigos, aunque él mismo ha tenido práctica no quita el hecho de que hace tiempo no usaba por completo una de ellas. 

—De ser así lo llevaré en la mochila, pero tratemos de mantenernos unidos—dijo Mike—. Si uno se pierde todos estaremos en peligro.

Richie tiró la lata de cerveza haciendo que se desmoronara el líquido sobre el suelo. 

—¡Muy bien camaradas! ¡Vayamos a buscar a nuestro archiénemigo! —gritó en un tono tosco y la voz desgarrada—. El club de los perdedores está aquí para salvar al buen judío Stanley Orina —apodó Richie, yendo camino al bosque para iniciar la nueva aventura.

pink shirt.➸ reddie;Where stories live. Discover now