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Rodea su cintura y lo apega a su pecho.

Se encuentran recostados en la hamaca, a comparación de otras veces ahora ambos están en la misma posición, Eddie arriba de Richie observando de reojo la historieta cómica que leía.

Una pequeña melodía suena de la radio a un lado suyo. Están solos, y aprovecharían cada segundo juntos como sea posible.

Notó algo extraño de Richie, estaba más callado de lo habitual. Eddie se acerca y planta un beso en sus labios.

—¿Sabías que estamos en un lugar para nada higiénico, corremos peligro de caernos y además contraer una enfermedad? —preguntó Richie en broma, provocando una queja por parte del asmático.

—Te he dicho que eso es algo serio, dime por favor que no tienes gripe.

—No que yo sepa aun, te hubiera pegado mis mocos y baba por toda la cara de ser posible—bromeó.

—Eres un asqueroso Richie.

Ambos estallaron a risas, después volvieron a besarse con mucha más pasión que la anterior, aunque la torpeza de la boca de Eddie resultó causarle bastante ternura, guiándolo lo más que pudo en el beso.

—Aún sigo esperando que me digas "te amo" —susurró Richard entre sus labios, pasando su pulgar sobre estos.

—Ni muerto me harás decirlo, ríndete—dijo Eddie queriendo golpearle el mentón, pero su contrario lo detuvo rodeando su cintura con sus piernas.

—"¡Vamos pequeño Eddie! Un besito para mí, solo un besito, y dime que me amas, que soy el amor de tu vida"

—Qué inmaduro eres, con esa voz aguda, acento francés; eres un nerd.

—¡Cásate conmigo Eddie Spaguetti! Te trataré como el príncipe que eres, déjame apretarte esas preciosas mejillas.

Las manos de Richie se dirigen a los pómulos de Eddie, los acuna al principio, y luego aprieta sus mejillas recibiendo una señal de molestia por parte del asmático, quien jadea y trata de volverlo a empujar en vano, la hamaca se balancea de un lado a otro al mismo tiempo que el de anteojos se acerca, besando varias veces su boca de nuevo.

—Detente, ughhh, ¿te lavaste la boca hoy? Dime que sí—pidió Eddie.

Guardó silencio pensándolo un momento.

—Si te digo que no, ¿cómo reaccionarías?

—Que asco contigo.

Salió de la hamaca tirándole la historieta en la cara a Richie, este suelta un quejido y suspira, usando lo que queda de la hamaca se acomoda en esta viendo a un exagerado Eddie empezar a hablar sobre ser más cuidadoso con su higiene, qué puede llevar a enfermedades más severas e incluso la muerte, rueda los ojos.

—Estaba bromeando Eds—dijo Richie—. Me limpié tres veces, si no lo hago no te dejarías besar por mi—dijo en un tono coqueto, Eddie exhaló aliviado.

—Mierda, me conoces tan bien—dijo el castaño—. Y como yo te conozco igual o mejor, dime qué te sucede.

—¿A mi?

Volvieron a aparecer sus nervios, se muerde la comisura mientras Eddie espera una respuesta de su parte, él también se preocupaba por Richie, demasiado, y temía pues cuando ocultaba algo era demasiado notorio.

Esta vez decidió negarlo y mentir temporalmente a Eddie, lo mejor era, según Richie, no preocuparlo de más. Aún sabiendo que la confianza es lo esencial en una relación, prefería mantener sus tragos fuera de lo que Eddie lograra pensar.

—Solo pensaba en tu madre, ya sabes, en lo delicioso que follamos anoche-

—¡Beep Beep Richie!

—Es broma es broma, estoy bien Eddie, como un hombre nuevo.

Sonríe sincero, o eso aparenta por ahora, pero sus sentimientos estaban sellados con honestidad, su sonrisa era lo más bello que pueda existir para él, y verlo así valía la pena hasta el último instante.

¿En qué servía mentirle? Beverly le dijo que la verdad siempre salía a la luz, ya su mundo estaba siendo un montón de mentiras ocultando su homosexualidad a sus padres y su noviazgo a sus otros amigos. Lo que más le carcomia la mente era borrar la idea de que proteger a Eddie también podría lastimarlo.

—¿Tienes planes para estas vacaciones? —preguntó Eddie.

—No tendrán mucho sentido faltando Bill o los demás, pero planeaba algo como jugar Street Fighter o...

—Espera, dirás otra cosa nerd, lo presiento —interrumpe Eddie.

—¿Ver las estrellas contigo es algo nerd? —pregunta y ríe —. Estaba masturbarme, pero eso es muy sucio lo sé.

—Un bocazas como tu nunca cambia,  acepto lo de ver las estrellas, mientras no nos recostemos en el césped.

—Pierde lo bueno si empiezas a hablar de cómo el césped te hace daño —dijo Richie —. Admitelo Eds, son ideas de tu madre, el césped no te morderá.

—Prefiero tomar mis precauciones—contestó Eddie —. ¿Nos vamos de aquí?

—Cómo tu digas mi Edward Spaggedward—dijo haciendo una leve reverencia, Eddie rodó los ojos.

Fueron escaleras arriba, Eddie primero antes que Richie subiera. Aunque el asmático se tardaba más en subir por las precauciones que tomaba, notó un par de raspones y moretones en sus tobillos en cuanto flexionó sus rodillas en el último escalón.

—Eddie, ¿qué sucedió?

Preguntó en un tono serio, y temía que sus sospechas fueran tan ciertas como las suyas. A Eddie le toma tiempo para saber a lo que se refería hasta ver sus golpes nuevos y algunas quemaduras en estos, no habían pasado días y otra vez sucedieron problemas, problemas de los cuales Henry le prometió a Richie que se detendrían.

—Tu ya sabes la respuesta —suspiró Eddie —. No dolió tanto como las otras veces.

La pandilla de Bowers volvieron a lastimar a Eddie cuando Richie no estaba presente. Desde hace días Eddie dejó de usar camisas rosas para reemplazarlas con rojas y amarillas.

Se generó un silencio incómodo cargado de la importencia de Richie por ayudar a Eddie, y mierda, lo que él mismo estaba haciendo estaba mal. ¿De verdad negociar con Bowers era bueno?

—Hasta aquí llego, me van a escuchar.

—Richie, no...

—Iré con Bowers, Eddie; hablaré con él y dejaran de molestarte por las malas. —aseguró una vez que salieron de la casa—. Y no me importa volver a golpearlo, valdrá la pena cada maldito segundo.



pink shirt.➸ reddie;Where stories live. Discover now