Dónde todo ¿empezó o terminó?

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- ¿Mamá? ¿Papá? - una chica joven, alrededor de los 17 entró en la casa después de volver del instituto.

La escena que tenía delante de ella la dejó atónita, y paralizada en la entrada. Sus padres se encontraban en el comedor de rodillas, dos hombres les apuntaban la cabeza.

-¡La familia al completo! - exclamó el hombre que sostenía el arma contra la cabeza de su madre - Acércate, bonita.

La chica, que aún seguía demasiado impactada por la imagen que tenía delante, no fue capaz de moverse. Tenía a sus padres arrodillados delante de ella con pistolas apuntando su cabeza.

"¿Que es lo que está ocurriendo?" era lo que se preguntaba sin parar la joven.

- ¡Que te acerques de una maldita vez! - el hombre dejó de apuntar a la mujer para dirigir la pistola a la chica.

Aquello no hizo más que empeorar la situación haciendo llorar a la pequeña que ahora estaba siendo apuntada.

- Cariño, mírame - su madre decidió hablar ya que temía por la vida de su hija, ella no tenía la culpa del mal camino que ellos dos habían elegido - Hazles caso, ven.

La chica, haciendo caso a las palabras de su madre y sin dejar de llorar, se acercó. El hombre que aún la apuntaba con la pistola la cogió del brazo obligándola a arrodillarse justo delante de sus padres.

- Buena chica - apuntó de nueva a la cabeza de la mujer - Tus padres no han sido buenos, y como entenderás deben ser castigado - le explicó aquel hombre quitándole el seguro a la pistola.

Los ojos de la niña se inundaron de pánico. "¿Qué está ocurriendo?" "¿Mamá, papá, quiénes son?" "¿Qué quieren?" "¿De qué está hablando?" "¿Porqué os están apuntando con una pistola?" Esas y muchísimas preguntas más eran las que inundaban la cabeza de la hija.

- Y a veces, los castigos se pagan con la vida de nosotros mismos y la de los seres que queremos - continuó hablando - Hora de decir adiós - y antes de que alguno de los presentes pudiera reaccionar los dos hombres dispararon, justo en medio de la frente. La mujer y el hombre cayeron al instante. Estaban muertos.

- Buenas noches, bonita - el mismo hombre que había ejecutado a su madre le disparó en el hombro, y en el estómago. La chica cayó al suelo llena de dolor, sentía que si no moría desangrada moriría de dolor.

Después de aquello los dos hombres desaparecieron dejándola ahí tendida en el suelo, desangrándose, mientras miraba a los ojos a sus padres sin vida.

- Mamá - susurró - Papá - sentía que la respiración se le atascaba. Iba a morir, y ni siquiera sabía porqué. Aquello era injusto.

Las lágrimas no dejaron de inundar su rostro, y aún cuando cayó inconsciente siguió llorando.

En la lejanía oyó una voz.

- No vas a morir - y pensó que era un ángel.

Cicatrices con tintaWhere stories live. Discover now