Un tatuador y un gato

2K 80 4
                                    

BRISA

Entro en el estudio encontrándome con Tiryon corriendo de un lado a otro. No puedo evitar sonreír.

- Buenos días, Ty - hablo aún con esa pequeña sonrisa en mi boca. Éste al oírme corre hacia mí y me da un rápido abrazo.

- Que suerte que estás aquí Bri - confiesa agotado - Sin querer me he levantado tarde y acabo de llegar, no me ha dado tiempo a ordenar nada y está hecho un desastre, no puedo atender a los clientes sin tener las cosas en su sitio - habla sin parar mientras sigue caminando de un lado a otro. Niego divertida ante la situación y cambio el cartel de "Cerrado" a "Abierto".

Tiryon es el dueño del estudio en el que trabajo, un estudio de tatuajes que abrió no hace más de un par de años, que siendo sincera tuvo muchísimo éxito. Él es un gran tatuador y con el tiempo empezó a enseñarme a mi, no soy una experta pero estoy orgullosa de poder decir que se me da bastante bien.

Lo que caracteriza a Tiryon por encima de todo es por ser un despistado, y llegar siempre tarde a todos sitios, con lo que la situación de hoy es habitual.

- No te preocupes - le agarro del brazo para que se quede quieto - Yo me encargo de limpiar y ordenar, y tú prepara todo el material - éste asiente, y antes de entrar en la sala que solemos utilizar para tatuar me abraza.

- Eres mi salvación, Brisa - deshace el abrazo y me revuelve el pelo.

- Y tú la mía, Ty - susurro antes de ponerme a trabajar.

Tiryon llegó a mi vida hace alrededor de 4 años. Yo hacía tiempo que era una pequeña alma solitaria que vagaba por el mundo sin saber exactamente a dónde ir, estaba pérdida, y Tiryon me encontró, no recuerdo muy bien cuando, ni cómo, pero me acogió en su pequeño piso, me cuidó y me reconstruyó como pudo. Me atrevo a decir que salvó mi vida.

Un tiempo después encontré trabajo en un bar cutre que me pagaba lo suficiente para poder mantenerme y buscar algún sitio dónde quedarme. Tiryon insistió en que podía quedarme con él, pero su sueldo no era mucho mejor que el mío, y sentía la necesidad de cuidarme por mi misma, ya no era una niña, no podía pasarme la vida refugiándome en los demás.

Así que busqué un pequeño piso, y ahí como dice la gente "empecé de cero". El pasado siempre nos persigue, y no podemos olvidar el dolor, y las malas pasadas, pero sí que podía seguir adelante, con todo aquello en mi espalda, pero debía seguir.

Tiryon y yo nos hicimos inseparables, aunque no nos unieran lazos de sangre yo lo consideraba mi hermano. Por lo que, irme a vivir a otro sitio no nos distanció, y cuando Tiryon me compartió su idea de abrir un estudio conmigo no dudé en aceptar la propuesta.

Así que sí, Tiryon ha salvado mi vida más de una vez, en muchos sentidos. Es la única familia que tengo, la única que me queda.

- ¡Brisa! - la voz de Tiryon me devuelve a la realidad - ¿Que haces? Te he gritado como 5 veces - me riñe - Coge el teléfono, está sonando, por favor - añade negando con la cabeza. Avergonzada descuelgo. Es mi amigo, pero en el trabajo es mi jefe.

- Buenos días - contesto nada más descolgar, con voz suave - somos "Estudio Vida" - cojo la libreta esperando a que la persona en la otra línea conteste.

- Hola, tengo entendido que aquí tatúa Tiryon - contesta una voz grave.

- Sí, así es, ¿quieres que te de hora con él? - pregunto mientras hago pequeños círculos en el papel.

- Sí - contesta de forma escueta, la amabilidad no parece ser su fuerte.

- Bien, pues mañana mismo - digo consultando la agenda de Tiryon - ¿A las 4 va bien? - responde un rápido "sí" antes de colgar, y sin darme tiempo a preguntar por su nombre. Miro el teléfono algo sorprendida por su comportamiento.

- ¿Un cliente? - pregunta Ty desde su mesa de estudio preparando nuevos diseños. Asiento - Ven, mira - me señala su tablet - Estoy acabando el diseño que me pediste - me acerco a él y miro el dibujo que tengo delante de mí. Los ojos se me aguan y abrazo a Ty emocionada.

- Gracias - susurro - Es justo lo que quería - lloro en su hombro como una niña pequeña.

Soy demasiado sensible con todo, las emociones me rodean, y mandan sobre mí, siempre he sido así, pero después de todo lo ocurrido en mi vida ese aspecto de mí no ha hecho más que intensificarse, casi llegando a ser insoportable.

Me separo de él lentamente mientras limpio mi rostro borrando cualquier rastro de mi debilidad.

- Debo irme a comer o llegaré tarde a la universidad - le informo mientras cojo mi bolso del sofá que tenemos en la entrada. Le lanzo un beso y él finge cogerlo y ponerlo en su mejilla. Cuando estoy a punto de salir recuerdo algo - ¡Mañana tienes un cliente a las 4! - cuando me he asegurado de que ha recibido mi mensaje salgo corriendo.

El piso que tengo alquilado no está muy lejos así que no tardo más de 15 minutos en llegar. Subo las escaleras a toda velocidad y abro la puerta de mi piso. Al segundo de abrir una pequeña bola de pelo salta del sofá y viene para dame la bienvenida.

- Hola, Karma - cojo al pequeño gato negro entre mis brazos mientras le reparto besos por toda su carita.

Karma es un gato que encontré hace menos de un año en el portal del edificio metido en una caja no más grande que la caja de un par de zapatos. Era bastante más pequeño que ahora y sus grandes ojos azules eran lo que más destacaba de su pequeño rostro. En seguida caí enamorada de él y no puede resistirme y me lo llevé conmigo. Era un ser indefenso en un mundo lleno de cosas crueles, y me vi en él, me vi a mi siendo acogida por Tiryon.

Dejo a Karma en el suelo y observo mi hogar. No es un piso grande, solo hay dos habitaciones, una cocina, un baño, y un salón, pero es suficiente para mí. La luz entra en él, y supongo que eso es lo que me acabó convenciendo para quedármelo, solo necesito luz en mi vida y todo irá bien.

- Todo irá bien - suspiro.

* * *

Cicatrices con tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora