Ábreme tu corazón

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DRACO

Ate.

Ate y Brisa abrazándose.

Ate y Brisa riendo.

Ate y Brisa haciéndose bromas.

Ate y Brisa son amigas.

Me levanto del sofá rígido, la calma que hace un instante disfrutaba parece no haber existido nunca.

Me acerco a Brisa, quién sigue hablando animadamente con Ate. Me aclaro la garganta.

— ¡Hey! — Saluda Brisa apoyándose en mí. — No recordé decirte que había invitado a Ate también, vino casi cada día al hospital mientras tú estabas en coma. — Me informa. — La verdad es que fue un gran apoyo.

Quiero coger a Ate y echarla a patadas de nuestro piso, pero recuerdo nuestra última conversación, sus amenazas, y con mucho esfuerzo consigo relajar mi cuerpo y dedicarle una sonrisa suficientemente creíble como para que Brisa no sospeche nada.

— No tenía ni idea. — Confieso. Me acerco a ella para plantar dos besos en su mejilla, y antes de alejarnos le agarro el brazo con fuerza disimuladamente. — No me cabrees, o juro, que te mato. — Susurro en su oreja. La dejo ir y me alejo manteniendo mi encantadora sonrisa.

Es cierto que ahora ella lleva el control de la situación, es la jefa de la banda, pero no hay que olvidar que yo me pasé muchísimo tiempo siendo el hijo y mano derecha del jefe, mi padre. He visto cada una de las atrocidades que han hecho sus hombres, e incluso yo he formado parte de ellas, con que tengo muchísimo más conocimiento de cómo funciona, sé como se juega a esto, y sé como ganar.

La sonrisa de Ate tiembla, un par de segundos nada más, pero es suficiente para darme cuenta que sigue siendo una cría en busca de atención, movida por la furia del abandono de nuestro padre, y celosa de mí por ser el hijo elegido. Sus acciones vienen dictadas por las emociones, y eso siempre toma el control sobre ti.

El timbre vuelve a sonar, esta vez soy yo quien abre, detrás de ella hay un repartidor de pizzas, le cojo el pedido que hemos realizado y le doy las gracias.

Me doy la vuelta, y coloco un brazo encima de los hombros de Ate. — Bien, ya podemos cenar. — Sonrío. Brisa contenta me quita las cajas de la mano y se dirige al comedor, Farrah y Ty le siguen entusiasmados. — Tienes todas las de perder, hermanita. — Le digo a Ate, la suelto y me uno a los demás.

Segundos después se oye la puerta de entrada siendo cerrada. Todos, menos yo, dirigen la vista allí, confundidos.

— ¿Ate se ha ido? — Pregunta Brisa confundida. Yo me encojo de hombros, haciéndome el no enterado, y muerdo un trozo de pizza feliz.

— Bueno, pues a comer. — Sentencia Ty con un trozo de pizza ya en la boca, y Brisa y Farrah le imitan.

La noche transcurre tranquila, entre risas y bromas estúpidas que consiguen sacarnos a todos más de una sonrisa. Brisa somete a un interrogatorio exhaustivo a Farrah y Tiryon, que por lo visto ahora son algo más que un ligue y se lo tenían bien callado, supongo que hemos estado demasiado centrados en todo lo que ha estado sucediendo y hemos descuidado un poco a nuestros amigos.

* * *

— Ha estado bien, la verdad. — Confieso, tumbado boca arriba en la cama con los brazos detrás de la cabeza. Brisa, tumbada a mi lado, asiente, pero parece estar ausente, de hecho lleva gran parte de la noche pensativa. — ¿Qué ocurre?

— No es nada. — Responde susurrando queriendo evadir el tema.

— Dímelo.

Se gira y se recuesta en la cama de lado. — Es solo que ha ido todo demasiado rápido, y no hemos tenido tiempo de conocernos realmente. — Se muerde las uñas nerviosamente y mira a todas partes menos a mí.

— Tienes razón. — Respondo. Mi contestación parece agradarle, y sorprenderle, y su cuerpo se relaja.

— He estado pensando y creo que ahora es un buen momento para tomarnos ese tiempo de conocernos que antes no teníamos. — Me mira tímida y eso ablanda un poco más mi corazón, a este paso acabará siendo un bola de algodón de azúcar.

— Concuerdo. — Acaricio sus mejillas. — Sé que respecto a mi vida he sido muy reservado, y que a penas sabes algo más que lo que hemos vivido juntos. — Brisa abre la boca para replicar, pero la detengo. — Soy consciente de que no soy muy transparente, y que gran parte de la responsabilidad en este asunto es mía.

— Sólo quiero conocerte un poco más, ver que es lo que hace latir a este corazón. — Señala mi pecho. — Quiero que me veas como un apoyo, como tú lo eres para mí. — Confiesa y aparta la mirada.

— Lo entiendo. —  Respondo. — Y quiero que conozcas todo lo bueno que hay en mí, pero tienes que entender que hay ciertas cosas que nunca voy a poder contarte. — Acaricio su cara, me mira apenada y asiente resignada.

— Ojalá pudieras confiar tanto en mí como yo confío en ti, Draco. — Se mete dentro de la cama y apaga la luz. 

Ojalá fuera la persona que crees que soy, Brisa. Lo hago por tu bien, por el bien de los dos, por nosotros. 


¡hola, hola! Un capítulo súper corto, súper blando y con casi nada de avance. 

Nada orgullosa de este capítulo, pero he estado nada inspirada. El siguiente, prometo, que viene cargado de emoción, aventuras, y drama. 

Que sé que es lo que más os gusta, y a mí también. 

Cicatrices con tintaWhere stories live. Discover now