El diagnóstico.

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Son las diez de la mañana, el sueño ha vencido a Roy, toda la adrenalina ha bajado por fin, pero el sueño es alerta, superficial en expectativa.

Despertó a las ocho cuando le fue traída su maleta para la muda de ropa por uno de los choferes de Oliver, agradeció y volvió a acurrucarse para descansar un poco más, tenía que estar fresco para su amigo en caso de necesitarlo.

Por fin alguien del cuerpo de enfermeras entro, la condición de Jason no había mejorado, pero no había empeorado afortunadamente. Así que Roy decidió darse una ducha para quitarse la mugre de la noche anterior.

El baño era pequeño, típico de un hospital, con barandales y una silla de plástico por si el convaleciente tenía que ducharse sentado, Roy la retiro y se desnudó colocando su ropa en ella.

El agua se sentía bien, empezó a enjabonarse y fue cuando se dio cuenta que tenía sangre seca de su amigo pegada en la piel, la tallo se enjabono varias veces al igual que hizo con su cabello. Se quedó un rato más dejando que el agua golpeara su piel, cerró los ojos y estiro su cuello dejando que el agua golpeara su rostro. Deseaba que todo eso fuera una pesadilla, donde abriera los ojos y estuviera en alguna misión con Jason o simplemente de juerga emborrachándose y metiéndose en problemas como era la costumbre de los dos.

Pero cuando los abrió el lugar no cambio era el mismo horrible baño blanco, pequeño del hospital. Roy saco un fuerte suspiro, cerro las llaves y se dispuso a vestirse para salir del baño.

Cuando salió ya se encontraba Oliver en el lugar, se veía algo cansado también

-Oli te vez hecho mierda

-Igual que tu, solo que menos mojado me imagino – le lanzo un nuevo teléfono

-¿Y esto

-Fácil, contestaras las llamadas de los murciélagos o cualquiera del clan de las ratas voladoras e los mandaremos a volar en círculos. – Oliver tenia una postura soberbio y orgullosa, de solo imaginarse derrotando a los murciélagos en su mismo juego

Roy lo miro y le devolvió una sonrisa de lado – Oliver eres lo máximo,

-alguna noticia.

Roy paso una mano en su cabello mojado – sigue igual, tal vez a medio día pueda verlo.

-bien, Roy, estás de acuerdo si te dejo solo por unas horas – Olvier tenía que descansar y atender pendientes. Esperaba que Roy lo entendiera.

-claro que si Oli, has hecho demasiado por nosotros. No sé cómo agradecértelo

- no es problema niño.

Oliver sonrió y abrazo a Roy tomo su saco y se despidió con agitando una mano en la puerta.

Roy fue a desayunar algo y encendió el nuevo teléfono, tenía más de 10 llamadas perdidas de Dick y una de Donna, suspiro cansado. No estaba de ánimos de hablar con nadie. Sin embargo Donna hubiera sido buena compañía si no hubieran estado algo distanciados por la sospecha de su recaída.

Roy se dirigió a la sala de espera, para ver si era posible saber algo de la condición de Jason ya casi era medio día, no quería sentarse estaba estirando las piernas.

-Familiares del señor William Johnson

Roy sintió como el corazón le salto del pecho – Si yo

La enfermera lo al pelirrojo de ojos verdes, ciertamente no había mucha similitud.

-Hermano adoptivo – aclaro el arquero ante las sospechas de la enfermera.

-Perdón no quise entrometerme – dio una rápida sonrisa – venga por acá por favor.

La enfermera lo llevo al cuarto al consultorio donde se están reunidos un grupo de renombrados cirujanos contratados por Oliver bajo un contrato jugoso de estricta confidencialidad. Roy entro y el grupo de batas blancas lo miro pidiendo que tomara asiento, mientras la enfermera cerraba la puerta por detrás.

-El señor Queen? – Pregunto uno de ellos

-Lo siento dijo Roy, mi padre tuvo que ir a una cita de negocios

-Oh, bien, entonces permítame hacer las persentaciones-

La lista era grande y de nombres remontes y otros apellidos extrajeras impronunciables, el equipo de neurocirujasos contaba con un ortopedista, dos neurocirujanos uno especialista en columna vertebral y otro en daño cerebral, cirujano plástico, gastroenterólogo, un hepatólogo, oftalmólogo, traumatólogos, psiquiatras y anestestisistas.

Diagnóstico, perdida de la visión del ojo derecho, si lograban salvarlo a tiempo, ya que solo habían logrado mantenerlo estable con las maquinas, tendría que someterse a varias cirugías de espalda y las cervicales para ver si lograban recuperar movilidad pero estaría destinado a una silla de por vida. Sin embargo eso no era lo peor, su hígado presentaba grave daño, era necesario encontrar un donante una costilla lo había perforado y los golpes recibidos habían hecho un daño irreparable, un riñón también era necesario, pero no indispensable, esperaban poder salvar el bazo.

Otro reto era la grave conmoción cerebral, varias fracturas, posiblemente pérdida de memoria, habla y motricidad.

Otros daños menos importantes era el desgarre del hombro y las fracturas del brazo derecho, tobillo y costillas.

Por el momento lo importante era salvarle la vida, sin embargo había otra opción más humana.

-Sabemos que es su hermano, pero dado los resultados, es muy probable que William no despierte y hemos registrado que lo analgésicos por algún raro motivo no funcionan como deberían, se encuentra en mucho dolor. – El doctor Auerbach toma la muñeca de Roy hablando pausadamente.- Creo que debería hablar con su padre para ver la opción de darle descanso con un procedimiento paleativo.

Roy lo mira furioso – Ustedes no conocen a Jason, a William a Willam Jason – corrigio rápidamente – el es un luchador y saldrá de esto a pesar de todos sus pronósticos.

-Señor Queen

-Harper, Harper-Queen – Les corrigue Roy mientras se levanta con los puños cerrados.

-Señor Harper – continúa pausadamente del Dr Auerbach – Nosotros pondremos todo nuestro esfuerzo, sin embargo es nuestro deber informarle de todos los procedimientos, avance y opciones para el paciente. –hace una pausa- Entiende eso

-Sí, pero ustedes no saben nada de él

-Bien, discútanlo con sus familiares y en cuanto tomen una decisión háganosla saber, mientras nosotros seguiremos el protocolo para mantenerlo con vida y si hay avance iniciaremos las cirugías.

-Puedo verlo – demanda Roy

-Claro – suspira el medico a cargo, se levanta del asiento mientras la cacofonía de los médicos inicia – enfermera Martínez - una mujer vestida toda de blanco de aspecto latino sale del cubículo contiguo.

-Doctor Auerbach

-Por favor lleve al hombre con su paciente.

-Por aquí señor –indica la enfermera

DIA CEROWhere stories live. Discover now