Todos tienen un antes y un después marcado en el momento que coincidieron en aquella aula de clases. Sin saberlo, las primeras miradas fueron el inicio de la montaña rusa en la que se transformarían sus vidas, pero claro, con su música de fondo.
Veg...
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Salgo del trance con el corazón amenzando con salirse de mi pecho.
Puedo sentirlo, es tan familiar y desconcertante a la vez. El miedo siempre ha estado allí, en cada paso que doy, en cada vez que las personas me miran como si supieran de donde salí y vieran que no sé a donde voy.
—Alguien me está acosando —digo, sujetando con fuerza mi teléfono a pesar de que lo siento como si quemara justo ahora, como si esa cámara frontal fuera el ojo de la persona escondida tras números falsos.
No he hecho nada. No he molestado a las personas equivocadas... ¿O sí lo hice? ¿Lo hice? Tal vez antes sí, pero ¿Por qué ahora, en ese caso?
Miro las reacciones de mis amigos alternando entre sus rostros. Milk dejó de tocarme pero me observa con un semblante extrañado, Goku no parece comprender del todo y Vegeta arruga su entrecejo notablemente.
La pelinegra le sugiere a nuestro estimado chofer que estacione mejor e intento inhalar y exhalar porque sé que debo explicarles con calma lo que está sucediendo. Siento que sudo frío, escucho mi corazón latir a galope.
—Pero ¿Cómo así? —Goku es el primero en indagar, dándose una mejor vuelta para verme en el asiento trasero, su primo no demora en hacer lo mismo.
—Empezó ayer —titubeo—. Me llamaron pero cuando contesté nadie habló, pero estoy segura de que había una persona escuchándome. Luego me envió un mensaje de texto, quería asustarme o eso creo porque sólo decia “Buh, perra”.
Milk toma mi mano antes de que siga, murmurando que estoy temblando y así es, no es mi intención pero tampoco puedo evitarlo. Ellos siguen atentos a lo que digo.
—Creí que estaba exagerando, pero mi hermana… Ella me llamó, me contó que en su caso le había llegado un "Dile a tu hermanita que va a caer primero. Esto no es un juego" —recito. Ninguno aparta la mirada—. No tenemos idea de quién pueda ser ni qué quiere, yo… No entiendo nada. Pero me volvió a hablar —murmuro, pero por el silencio se escucha claro.
—¿Ahora mismo?
Miro a Vegeta con rapidez ante su pregunta. Mis ojos se cristalizan un poco al recordar lo que leí, pero asiento repetidas veces. Me pide mi celular con un gesto y se lo paso algo dudosa, diciendo mi clave en voz alta para que pueda ingresar.
Inhala, exhala.
—“No tienes ninguna ventaja en este juego” —comienza a leer, con voz seria—, “Que el rebaño se junte me dificulta un poco el trabajo, pero nada lo impide”.
Mi mejor amigo hace una pausa. Parece también quedarse estático mirando la pantalla pero la ensoñación se le va en un par de segundos, alternando su mirada entre el texto y yo.
—… “Espero que te diviertas hoy, disfruta respirar mientras puedas, lleva el bikini blanco contigo. Zangya querrá llorar al verte en el.”
