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Milk necesita respirar un poco antes de continuar

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Milk necesita respirar un poco antes de continuar. Claramente va a responder a su pregunta (¿Por qué?), pero él no es el único temeroso.

La historia es un poco extraña y llena de coincidencias. Comienza con ella reemplazando a una de las empleadas en un bar-restaurant de su padre, siendo él parte de los baristas ese día. Todo estaba yendo como usualmente lo haría de no ser por una presencia especial dentro del local.

—Hija —la llamó el hombre, haciendo una seña para que se acercara a la barra—, necesito que cambies a ese cliente a una de las mesas atrás. Me preocupa.

Un signo de interrogación se plantó en la cara de la pelinegra, mirando hacia donde el ademán de su padre señalaba. Era una hombre que atraía diversas miradas del resto de personas, algunas incluso lo fotografiaban. Lucía completamente apesadumbrado e indiferente a la gente, perdido en una bedida. Nada nuevo, por la hora. Algunos iban a ahogar sus penas en el alcohol allí, asi que su padre tuvo que explicar.

—Es frecuente, lo conozco y muchos más también. Llama la atención —aclaró—. No es justo que lo vean así y tampoco quiero a algún periodista acosandolo, dile que eres mi hija y que debe sentarse al fondo. Después lo agradecerá.

Con algo de duda pero curiosidad a la vez, Milk se pasea hasta llegar a su lado. Musitó un "Disculpe" para llamar su atención y él como respuesta elevó su cabeza con desgana, mostrándole a la adolescente un semblante que jamás olvidaría: tristeza pura. En la actualidad podía agregar el gigante parecido que Bardock Son guarda con su hijo, pero en ese momento aquella fue la primera impresión.

Contrario a lo que creyó, fue sencillo pedirle que se moviera, ni siquiera hizo falta agregar quién enviaba el mensaje, sólo se levantó como si llevara todo el peso del mundo en sus caídos hombros y fue hasta la mesa final, en una esquina sin nadie alrededor. Ella ya iba a irse cuando escuchó su voz, fuerte y débil a la vez.

—Quiero otra botella de ésta. Añádala a la cuenta, por favor —pidió sin mirarla directamente, arrastrando las palabras. Cerró sus ojos y los volvió a abrir de golpe, evitando caer dormido por una evidente borrachera según lo que pudo deducir Milk—. Tú debes ser la hija de Gyuma.

Aunque no era una pregunta, ella lo afirmó, vacilante. Recordando que es amigo de su padre se acercó nuevamente.

—Él es un buen hombre. Debe estar cansado de… Verme así, tantas veces —hipó, riendo amargamente entre dientes.

—Veo que no viene precisamente por la comida.

—La comida no me noquea como esto —Movió un poco su vaso, con el fuerte liquido danzando de un lado a otro. Ella arrugó su nariz.

—No sé por qué necesitaría abusar tanto —comentó sin la intención de sonar muy entrometida, sacudiendo a la vez un poco de su delantal—. Digo, algo me dice que ya ha tenido suficiente por unos días.

Love music and you «Vegeta y Bulma»Where stories live. Discover now