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Paso seguro a la puerta y vuelvo a guardar mi llavero en el bolsillo

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Paso seguro a la puerta y vuelvo a guardar mi llavero en el bolsillo. Creí que hoy sería un día de mierda en el instituto dedicándome a cuidar de Kakarotto, sinceramente, en ningún momento pensé que Bulma Brief lo hiciera entretenido. Y mucho menos que terminaría yéndose conmigo, cantando cosas de mí banda favorita (y de ella también) al igual que de otros artistas en mi auto, con una sonrisa verdadera y un extraño sentimiento de diversión.

Escucharla cantar todo lo que yo pusiera me impresionó y gustó, porque lo hace muy bien. Es... Agradable. Se nota que en aquél evento de hace tiempo me equivoqué al juzgarla tan rápido.

Oh, ese día... Nunca recibí una llamada de ella. Es más, muchos números desconocidos me escribieron, el primero pensé que era Bulma, sin embargo eran personas pidiendo fotos muy comprometedoras y hablandome de una forma bastante vulgar. Recuerdo que tuve que borrar varias imágenes indeseables y traumantes de mi teléfono.

En fin, más nunca volví a la Capital del Oeste por un evento de mis padres por lo que no la volví a ver, casi nunca pasaba de visita y si lo hacía era poco tiempo o sólo me dedicaba a mi familia aquí dentro, si es que no nos íbamos a un hotel.

Ahora todo ha cambiado y, por los momentos, estoy satisfecho de volver.

—¡Geta! —gritan las gemelas al unísono, corriendo hacia mí escaleras abajo. Sin poder evitarlo abro mis brazos y cuando se estrellan en mi pecho trato de elevarlas a las dos, disfrutando internamente al oírlas reír.

Sí. Satisfecho.

—Oye, ¿Y para mí ya no hay avioncito?

—No, Vegeta es nuestro —afirma Oddy, sosteniéndose de mis hombros y cuello al igual que su hermana. Bien, no iré al gimnasio, con ellas basta.

Shu shu, él nos quiere a nosotras, consiguete a otro fortachón —Vilandra le muestra la lengua al "ofendido" Tarble, quien haciéndole caso omiso ríe y se acerca más.

—Creo que me aman —digo, levantando las cejas.

—Papá ya no las carga, y yo no soy capaz de llevarlas a las dos en brazos —Frunce el ceño—. Todavía —resalta, alzando la cara y suavizando el semblante—. ¡Hola, hermano! ¿Qué tal tu día, algo que contar, alguna chica o chisme? —su tono de broma me hace girar los ojos.

—Pue...

—¡Cero chicas! —Vilandra me interrumpe antes de responder y señala con su dedo, entornando los ojos—. Sólo mamá, Odette y yo seremos las mujeres en tu vida. Hmf.

—Já —Le muestro una sonrisita piadosa, mientras bajo al par y estiro los brazos—. Bueno enano, qué te puedo decir sin que ellas me maten —me burlo—. No la pasé mal. Es más, creo que entraré en un curso de música como antes, ya sabes que me gusta tocar y... Será algo extra para salir de la rutina.

Me encojo de hombros para restarle importancia aunque no es algo que me deje indiferente. Incluso cuando vivía con el abuelo estaba en uno.

—Me parece una fantástica idea —felicita mi padre, asintiendo cuando asoma su cabeza al pasillo de la entrada, en donde estamos reunidos—. A tu madre le encantará.

Todos se aparecen aquí como fantasmas.

—Lo haría de todas formas —Guiño un ojo, por fin saliendo de allí y entrando a la sala de estar con mis hermanos detrás.

Me cuesta un poco adaptarme al hecho de vivir en una casa tan grande y elegante. No es que en la Capital del Sur viviera mal, estaba cómodo y tranquilo en aquella casa de un piso con mi cuarto que consideraba amplio, una pequeña cocina, dos baños, la normal sala de estar y un pórtico con espacio suficiente para algunas flores y césped, estaba bien para un viejo y un adolescente. Sin embargo, vivir con los dueños de Empresas Dragón es un giro algo drástico. Supongo que me acostumbraré luego.

Mis hermanas corretean por todos lados, mi padre volvió a la cocina y mi hermano ríe apoyado en la barra desayunador.

Por un momento, de nuevo me siento un poco fuera de lugar.

—¡Eh, hijo, recuerda que en dos horas tendremos una cena con los vecinos!

—Sí, lo sé —respondí, elevando la voz para hacerme oír hasta allá.

—Veg, ¿Por qué no vienes a ver cómo papá quema la cocina?

—Iré a ducharme y a desempacar algunas cosas arriba —Me encojo de hombros ante la mirada de Tarble, forzando una sonrisa—. Usa el extintor con cuidado. O llama a Bardock, era bombero ¿No?

—Correcto.

—Hablando de tu tío —interrumpe con cautela Vegeta, mi padre—, ¿Qué tal las cosas con Kakarotto actualmente?

—No es momento para hablar de Kakarotto. O al menos no sobre ese tema.

—Quiero que me mantengas al día. ¿Bien?

—Claro.

Y con eso me retiro, dejando atrás los gritos de Vilandra y Odette, la mirada curiosa y preocupada de Tarble, y al hombre interesado en mi ayuda para su sobrino. Quizás el buen humor deba esperar.

Aquí mi habitación tiene un lindo balcón, y allí me encuentro, sentado con mi guitarra

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Aquí mi habitación tiene un lindo balcón, y allí me encuentro, sentado con mi guitarra. Llevo un rato tocando y tarareando con una vista de la casa de los dueños de Corporación Cápsula. Por fin paro y cierro los ojos, ahogado en paz y tranquilidad.

Así sí me siento cómodo.

Esa paz y tranquilidad se rompe al escuchar aplausos venir desde abajo.

Con los ojos abiertos de par en par, lentamente me asomo y me sorprendo al ver a mi familia allí. Caigo en cuenta de que estaba tocando con fuerza y sin pensar en que podrían oirme, debido a que sólo buscaba sentirme en mi zona y no de nuevo fuera de lugar.

No sé qué hacer mas que, algo sonrojado, asentir en su dirección e ir a guardar mi instrumento.

Deslizo el vidrio con cuidado y entro a la habitación pintada a mi estilo. Dejo sobre su soporte la guitarra, que se encuentra justo al lado de la puerta corrediza que ya cerré. Suelto un suspiro y elevo mi muñeca para poder ver la hora en el hermoso reloj que mi madre me ha regalado sin motivo alguno.

«5:43 pm»

Con algo de flojera me cambio de ropa a algo más decente para la cena en casa del reconocido científico, Hank Brief.
En donde también vive su flamante hija de cabellos azules. A la que le gusta la misma música que a mí y hace chistes extraños.

Sí, bien, creo que eso me mató.

Love music and you «Vegeta y Bulma»Where stories live. Discover now