(069)

3.2K 331 49
                                    

El camino de regreso nunca había sido tan malditamente largo, pareciese como si estuviese manejando por las mismas calles una y otra vez, mientras mi nerviosismo no queriendo acabar provocaba que mis manos temblaran y sudaran más de lo normal, mi estomago se revolvía al estar cerca del lugar seleccionado, donde todo había iniciado con Min YoonGi.

Mi mente no dejaba de recordarme lo que tenia que hacer al llegar, pero mucho antes de ir por el tesoro de mi vida, primero tenia cosas pendientes que atender y de demandante urgencia.

Como el simple hecho de haber huido sin decirle a nadie, tirar a un barranco mi móvil, abandonar mi coche en un bosque y ocultar cualquier pista de mi presencia al huir.

Solo por prevención, y para que nadie cambiara mi decisión, nadie seria capaz de entender el sufrimiento que estaba arrastrando por años, y ya era tiempo de comenzar a cambiar las cosas.

Estaba comenzando apreciar mi vida, el ser un mafioso es un tema delicado de llevar y altamente peligroso, mantener todo bajo control, ocultar rastros de cada movimiento. Nunca bajar la guardia ante ninguna persona, y al ser alguien reconocido traía sus consecuencias y sus ganancias.

No era un juego de niños, cualquier paso en vano aun que sea por equivocación traía la muerte segura.

Ahora al tener un futuro previsto al lado de mi omega, los peligros cada vez se avecinaban, tendría que mantenerme fuerte y sacar los dientes ante el peligro que se acercara ante mi familia.

Ya no me encontraba solo, ahora era un Park Jimin completamente nuevo.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— Cuando me pediste acompañarte a tu mansión, demasiado peligrosa, tan temeraria por todos los medios, el lugar donde mataban por diversión y secuestran a mujeres con dinero, jamás me imagine que seria de este modo. — Confesaba Chungha al bajarse del automóvil a mi lado, analizando Lustrum, dejando el sarcasmo de lado. — Me imaginaba un lugar más destruido, sucio, y lleno de tus hombres con pistolas apuntando a quien se acerque. — Siguió relatando mirando con atención ante cada detalle delante de sus ojos.

— No todas las películas dicen la verdad de un mafioso. — Le respondí sin borrar sus expresiones de asombro, asegurando el auto para darle las llaves a uno de mis guardias, que miraban con atención cada de mis movimientos, avisando mi llegada a la mansión.

— ¿Deberías darme un recorrido?, nunca se ve una mansión de este nivel en busan. — Pregunto con una sonrisa, para seguirme el paso hacia una de las puertas secretas, despistando y camuflando mi llegada para prevenir cualquier peligro.

Seguido de uno de mis hombres en cada momento, como dictaba el protocolo en su contrato, la cabecilla importante se cuidaba como si de un oro se tratase, en estos momentos cada mafioso quería decorar su oficina con mi cabeza.

— Entonces querida, ¡Bienvenida a Lustrum! — Le seguí el juego expandiendo mis brazos sin dejar de sonreír. — Donde todos tus sueños se hacen realidad. — Termine con una leve inclinación de mis piernas, recibiendo una risa estruendosa de mi invitada que pasaba de un lado mio sacándose las lagrimas de sus ojos.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora