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(012)

— Hombre, quiero que me cuentes todo lo del revuelo con nuestro jefe. — Alarmado me perseguía Seok Jin, mientras tratando de esquivarlo lavaba algunas mesadas hechas desastres.

Como siempre en la vida, los rumores no se hicieron esperar, y ahora Kim no me dejaría tranquilo hasta que le contara todo, y para Seok Jin es todo. Y todo sería hasta del padre sin nombre de mi pequeño.

Solo le mire, suspire en grande y sin esperar más le hice una seña para que nos dirigiéramos a un sector más alejados de los clientes cotillas.

Y la mirada feroz de Seok Jin, no me tranquilizaba en nada de lo que contaría.

Aun que aun habitaba un agujero gigante en mi corazón, contar de la desgracia que hizo de mi vida Park Jimin, dolía en grande y aún más al tener que verle la cara al infeliz cada día.

— Te contare todo Seok Jin, pero antes que nada ni una palabra de regaños hasta que acabe todo. — Sabría que Jin al saber toda la verdad, sería capaz de regañarme por preferir este trabajo en donde mi pesadilla es mi jefe. Y que además pase una noche con él, nada gravé la verdad.

Pero para el castaño, esto no sería así, ya se podría decir que lo conozco lo bastante.

— Empezare desde el inicio. — Apreté mis puños y procedí a cerrar mis ojos, no quería verle el rostro a mi compañero. — Hubo una vez un alegre chico de 18 años, que a pesar de su vida apretada, era muy feliz, tendría mejores amigos que eran todo en su vida, estaba en segundo año de técnico en computación, su vida no era la gran cosa, pero para el morocho era lo justo y necesario. — Mordí mis labios inferiores, sintiendo como la sangre se me congelaba mientras temblaba ligeramente.

— Tranquilo estoy aquí, continúa. — Las cálidas manos de Seok Jin siempre me relajaban, y mucho más si acariciaba las pálidas y frías mías.

— Un día, apresurado supo la noticia de que uno de sus mejores amigos tuvo un accidente. Nada grave, pero para un universitario en pruebas finales, era lo peor. Así que sin esperar más, el pálido hecho un manojo de nervios llego al destino de sus amigos. Que risueños contaban su anécdota que termino bajo leves daños, y este no tardo en regañarles, esas tonteras podrían ser peligrosas. Entonces ese mismo día, ocurrió lo más doloroso para él... Era tarde... Lo recuerdo bien, su auto no estaba muy lejos... P-pues prefirió dejarlo apartado del estacionamiento, daba un poco de pena verle el mal estado en el que estaba... Pero él no se dio cuenta de lo tardísimo que era, pero estaba muy feliz para darse cuenta del peligro que corría. — Mi respiración costaba tranquilizarla, y podría sentir el nudo en mi garganta pero aun así seguí relatando todo. — Esa misma noche llego su celo, nunca espero que los supresores en estos momentos fueran tan necesarios, pues su celo llego inesperadamente. Y incluso más fuerte que muchas veces, y ante la desesperación de un caminar más en su dirección, empezó su carrera contra su vida. — Ya no podría retener las gruesas lágrimas que bajaban de mis parpados, y como la mirada de Seok Jin buscaba de la mía, que perdida en mis recuerdos, se mantenía apagada. — Esa noche de invierno, fue violado contra su voluntad siendo un juguete más para un Alpha de situación poderosa. —

—Cariño, tranquilo. — Solo pude saltar abrazar al castaño, que sobaba de mi cabello. Apretándome en sus delgados brazos, cobijándome del dolor que apretaba mi corazón.

— Q-Quede embarazado, la decepción de mis padres al saber de mi condición. E-el rechazo al trabajar, tra-trate muchas veces de matarme... Me odiaba... Pero entonces nació mi hijo, y me prometí que jamás nadie pasaría por mí, que... Seria fuerte por mi retoño... Entonces ese aroma volvió Seok Jin, y descubrí la verdad. — Escondí la mirada, estaba muy avergonzado de lo que diría, por mucho que lo odiara la rabia teñía de mis mejillas húmedas. — Park Jimin, es el padre de mi hijo... —