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Escondido, tapado entre mantas para el baño escondiendo mi aroma entre ellas, en un pequeño armario conteniendo la respiración, para que los intrusos no me encontraran. Los cuales parecían hacer vandalismo, desarmando entre hurtos la gigantesca oficina de Park Jimin.

— ¡Toma lo que puedas Jun!, ¡Después vamos por ese Omega, Chanyeol quiere intacto a ese chico! — Exclamo uno de los ladrones, parecía agitado mientras vagas silabas salían de la boca del otro chico.

Nada me extrañaba que Chanyeol me quisiera secuestrar, después de sus ultimas intenciones. Aquel Alpha rompió toda confianza ante mi persona, aunque lo asustado parecía impedirme buscar ayuda, cerré mis ojos y lentamente empecé a contar números para tranquilizarme.

No podría dejarme vencer ante dos incompetentes Alphas, Chanyeol no se saldría con la suya. Si era preferible que Jimin acabara con cada uno de los idiotas que mandaba el pelirrojo Alpha, bienvenido sean las muertes seguras que esto traería.

Lagrimas salían de mis ojos ante el constante dolor en mi zona baja, y lo incomodo que era estar en un estrecho espacio para salvarme, solo pedía a todos los dioses que mi aroma a pánico no me delatara.

Aunque odiara la opción de llamar a Jimin, mi omega ofuscado parecía no entender que Park Jimin no vendría a por nosotros, no tendríamos una medida de comunicarnos. No estábamos marcados, para ser más sinceros veía esa oportunidad demasiado lejana.

Jimin no quiere otra relación cercana, y menos quisiera tener como compañero al causante de cada una de mis pesadillas.

Mordí mis puños para lograr calmar las saladas lagrimas que bajaban de mis ojos, las cuales no cesaban desde que sentía los pasos cada vez mas cerca de donde me encontraba.

Cerré los ojos y apreté más mis pequeños dientes, hasta que la sustancia metálica invadió mis papilas gustativas. Temblando bajo las mantas que tapaban la gran parte de mi cuerpo, mi cuerpo parecía una gelatina ante el temor, temía caer en las manos de Chanyeol.

Temía ser marcado...

— ¿Hueles eso? — Pregunto uno de los delincuentes, acercándose hacia el baño su prepotente presencia parecía dañar a mi omega, el cual escondía su cola envuelto en el mismo terror. — ¡El omega está en celo! — Exclamo ante la aparición del otro Alpha, el cual parecía mas afectado que el primero, gruñidos venían de su parte, asustando a su compañero.

— ¡Tranquilo Jun!, ¡Ya podremos divertirnos con él! — Contesto seguro de sus palabras, abriendo el armario donde me encontraba escondido, analizándome con sus rasgados ojos. Soltando una sonrisa escalofriante para mi cuerpo, que no dejaba de erizar todos mis pelos faciales. —Perdona la demora, pero me temo que reglas son reglas. —

No quería esto, odiaba el pensar, ¿En qué jodida mierda, habría hecho en mi vida pasada para merecer toda esta tortura?

Pero no todas las cosas salen como uno podría esperar, al parecer mi aroma a celo estaba volviendo a mi cuerpo, apoderándose de uno de los involucrados en mi supuesto secuestro.

Logrando hacer chillar a mi omega en mi interior, el cual desesperado espantaba con su aroma aterrado.

— ¡Joder Jun!, ¡Tranquilízate, estas estropeando las cosas! — Gruño, apartando a su cómplice el cual no resistió más en acorralarme contra la pared restregando su repugnante nariz entre mi cuello y collar, dificultando mi respiración, que parecía matarme de un paro cardíaco ante tantas emociones.

Mi cuerpo no se movía de la impresión, y el segundo chico solo miraba la escena con cierto deseo en sus ojos. ¡Jodida mierda lo que estaba pasando en estos momentos!

Tremendas ganas de vomitar invadieron mi cuerpo, y ante la cercanía del otro Alpha en la escena solo ocasiono que explotara.

Mi vista me dificultaba ver, solo podía sentir sus manos en mi cuerpo, la ropa cayendo una tras de otras, gruñidos y jadeos ahogados, se escuchaban por toda la habitación.

Mis lagrimas manchaban mi cuello húmedo por las lamidas de los involucrados, y mis piernas se tambalean ante los fuertes movimientos.

"Jimin ayúdame..." Fue mi ultimo pensamiento.

¡Me temo que ese omega es de mi pertenencia! —La rasposa voz de Jimin apareció, retumbando y provocando un poderoso eco en la habitación, erizando los bellos de cualquier ser humano, que se encontrara en este lugar.

— ¿Y qué si lo es?, ¡Sigue siendo un sucio omega! — Desafío uno de ellos, sonriendo ante el desastre que era en sus manos.

— No te negare las obscenidades que hacemos, ¿Pero sabes? — Susurro entre cortos pasos, vacilando de un lado a otro un armamento entre sus hábiles manos. — Él solo puede cometer todos mis deseos sexuales. — Termino de hablar en voz de mando, lo suficiente cerca para posar el armamento entre una de las cabezas de ellos, disparando a sangre fría.

Sus orbes ardían, la furia se notaba en cada una de sus movimientos bruscos en que atacaba al otro chico, destrozándolo entre sus puños sin compasión.

Un alivio invadió mi cuerpo, como una droga. Una exquisita droga, la cual me permitió ver los mejores colores del mundo del sueño.

—"Siempre un héroe vendrá al rescate de la persona que uno ama YoonGi, solo sabrás quien es esa persona cuándo encuentres a tu persona destinada. Esa persona siempre vendrá a tu rescate, aunque ponga en riesgo su propia vida en ello." — .

— "¿Como lo sabré madre?" —. 

"Porque vendrá siempre a por tu rescate, sin necesitar de una marca mi amor." —. 

"Siempre vendrá..."

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora