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Como era de esperarse por parte de este sucio trabajo, no había un día en que no me decepcionara de ser parte de este trabajo de mierda.

Hoy era un día especial para la mansión.

Los comensales, como clientes regulares, ingresaban con sus mejores vestimentas. Trajes adinerados, con sumos costosos, mostrando sus lujos ante cada paso. Sin dejar de sonreír gustosos, ingresando de forma glamurosa.

Como también lo hacían los omegas, liberando sus molestos collares de mascotas. Dejando libres sus cuellos de sumisión, listos para otros dueños esta noche.

Hoy era el cambio de Alphas para los omegas que trabajaban como "Sugar Baibys".

Algo bastante repugnante a mi simple vista, pero pareciera que para los bastardos de estos Alphas, el hecho que vengan vestidos tan elegantes, demostraba lo bastante hipócrita que eran sus vidas, ante su fascinación por estas mierdesillas.

Incómodo por la situación que se estaba viviendo en estos momentos, trate de apartarme. El aroma de tantos Alphas me molestaba, de tan solo tener que pensar en las infinidades de indecencias que se les pasara por la cabeza me daba un asco.

Sediento fui tras un vaso de agua, pero en tan solo segundos este se encontraba en el suelo, hecho un sinfín de pedazos rotos. La sangre me hervía sin razón alguna, pero el ver a Jimin besándose con otro hombre, me asombraba y empezaba a molestar.

Estaba claro que con Jimin no éramos nada más que un "Daddy y Sugar Baby", además jamás dejaría entrar a un desastroso Alpha en mi vida, más de lo que estaba involucrado.

Sigilosamente salí de la habitación, mientras una fuerte presión se posaba por mi pecho, trate de ignorar aquello, para retocarme en el baño. Hoy como todos los días, era un día más de trabajo.

Aunque ahora me tocaría más pesado que otras veces, un día importante, más gente que atender y tener que lidiar.

Suspire cansado, al ingresar a la grandiosa sala, en donde las fuertes luces atacaban mis ojos, notando como estas se iba llenando de Alphas, de diferentes estatus, alturas, colores. Aunque claro con la misma cara hambrienta por un omega para satisfacerse.

Rodé los ojos e ingrese, esperando que la función acabara luego el sueño estaba entrando en mi cuerpo.

Tome asiento en las primeras filas, dándole ánimos a Seok Jin el cual hecho un manojo de nervios se removía inquieto. Trate de sonreírle, aunque parecía más una fea mueca que una sonrisa, pero no podría sonreírle, y decirle que todo estaría bien. Cuando mi interior se negaba aceptar esto para mi mejor amigo.

Cualquier amigo no sonreiría ante la idea de que sería subastado, vendido a una persona que no sabría nada del, ni que le haría tras pasar los días.

Pero este era su trabajo y tendría que cumplir con las reglas, al ser Sugar Babys también requería de sumos cuidados anuales, así que eso me tendría con tranquilidad, además nadie quería meterse con los Park, eran de temer claramente.

Las luces bajaron y una rasposa voz se escuchó en todo el salón, el bullicio acabo tras segundos. Todos atentos bajo la voz de NamJoon, el cual se notaba tenso y molesto. A su lado estaba Jimin, sin dejar de mostrar sus perlados dientes, elegante para la ocasión.

Lo entendido era que no solo vendrían Alphas también una mafia aliada vendría a darles un vistazo, así que esta ocasión era importante para los Park.

Iniciando con un pequeño sermón, en donde daban inicio a la subasta anual de cada 6 meses. En donde el Omega dejaba de ser Baby del Daddy, dependiendo de cada contrato, si se subastaban o reanudaban mas meses a su lado.

"Lustrum" » |JimSu. «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora