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Josephine

Danielle y Matia Fiennes Langford nacieron el once de octubre, pesando tres kilos con ochocientos gramos y midiendo cincuenta centímetros. Eran los bebes más adorables que había conocido.

— Estan dormidos ya. —me dijo Hero llegando a la habitación.

Habíamos salido del hospital hace unos días y desde ese día Hero no se separa de los bebes.

— ¿Vas a dormir con ellos otra vez? —le pregunté. Se había quedado a dormir más de tres veces con ellos.

— En realidad voy a salir. Necesito arreglar una cosa de la empresa. —dijo rápidamente mientras se ponía los zapatos. Yo estaba recostada en la cama, estoy con reposo hasta recuperarme completamente. Hero me trae los bebes para alimentarlos y cambiarlos.

No es que este tan mal, pero el busca cualquier excusa para pasar tiempo con ellos.

Una vez que me dio un beso de despedida y salió de la habitación, fui al baño para tomar una ducha.

Cuando ya estuve duchada y cambiada, me dirigí hacia el cuarto de mis hijos. Eran unos angelitos dormidos.

Hero

Sabía que mentirle a Jo estaba mal, pero necesitaba hacer esto por mi.

Llegué a la cafetería, cuando entre el olor a café y pan inundó mis fosas nasales. Hice mi orden y cuando ya la tuve en mis manos fui a sentarme.

Esperé alrededor de quince minutos a que llegara.

— No esperaba tu llamado. —Martha se sentó en la silla frente a mi, dejó sus lentes sobre la mesa, los cuales seguramente habían sido comprados con mi dinero.

— Hasta a mi me sorprendió. Pero necesito hablar contigo. —la taza de café entre mis manos quemaba, pero necesitaba el sentimiento de calor para saber que esto es real y que esta pasando.

— No he buscado a tu padre si eso te preocupa. —salió de sus labios con un tono ácido.

— No es por eso que te llame. Quiero saber una cosa. ¿Por qué? —notaba como mis manos comenzaban a sudar, tenía miedo de la respuesta.

— ¿Por qué, qué? —comenzó a jugar con sus uñas.

— No te hagas la tonta. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? —ya no pude mas y lo dije.

¿Por qué me había dejado? ¿No era un buen hijo? Tantas veces me había hecho esa pregunta.

— Creo que no estamos listos para esa conversación. —¿me quiere ver la cara de estúpido?

— Han pasado años. Solo quiero saber cual es la razón por la que te fuiste. Yo tengo hijos ahora... Y se que nunca los dejaría como tu hiciste conmigo, ni yo ni su madre. Solo quiero entender. —lo último lo dije en un susurro.

Martha se me quedó viendo. Creí ver sus ojos cristalizados, pero no.

— ¿Ya nacieron tus bebes? —me preguntó. ¿Acaso no había escuchado nada de lo que le había dicho?

— ¿Eso fue lo único que escuchaste? —ella frunció el ceño.

— Nosotros no teníamos dinero. —comenzó. — Créeme que lo mas difícil que he hecho en mi vida ha sido dejarte, pero no tenía otra opción. —tomé un trago de mi café para poder pasar el nudo de mi garganta.

— ¿Otra opción? A ti nunca te importó el dinero o eso decias, ahora cada que lo necesitas me buscas a mi, ¿de verdad piensas que me creo el cuento de que fue lo mas difícil que haz hecho? A otro perro con ese hueso, no soy idiota. —estaba seguro que mi rostro estaba rojo del enojo.

Alquiler| HerophineWhere stories live. Discover now