Capítulo 50

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No sé en qué momento sucedió ni cuando acabamos hablando sobre el tema, pero de lo que sí estaba seguro era de que estaba demasiado nervioso.

No dejaba de caminar de un lado a otro de mi habitación mientras me mordía las uñas de ambas manos, mi omega estaba inquieto y yo estaba seriamente considerando llamarle y avisar de que al final no podría ir, aún estaba a tiempo de inventarme una excusa ¿no?

El timbre dio a entender que no, ya no había tiempo de inventar alguna excusa barata, él ya estaba aquí y debía bajar cuanto antes, no quería hacerle esperar, seguramente eso sería muchísimo peor, ¿llegar tarde? daría una muy mala imagen y no estaba dispuesto a ello, no al menos de manera intencional.

Me eché un vistazo por décima vez en el espejo de cuerpo entero que tenía en una esquina de mi habitación, ¿y si iba demasiado elegante? ¿y si los demás se dan cuenta de que mi traje no es de diseñador y no cuesta cientos de libras? ¿qué pasa si ven que soy un pobre omega? tragué duro tras imaginar cientos de escenarios en los que me dejaban en muy mal lugar delante de todas aquellas personas de la alta sociedad.

Me aparté el flequillo que caía por mi rostro y carraspeé justo antes de que mi madre subiese a avisarme de que Harry estaba a bajo esperándome.

"Estás estupendo cariño" me dijo ella observando mi reflejo.

Sonreí al ver cuan feliz se le veía.

"Me alegro que seas feliz" dijo.

Me giré y la abracé con fuerza.

"Te quiero".

"Y yo mi cachorro".

Tras varios segundos en los que el olor de mi madre quitó cualquier rastro de nerviosismo, nos apartamos manteniéndonos la mirada aún.

"¿Puedo pedirte algo?"

Ella asintió.

Tragué duro y aparté brevemente la mirada de ella por el temor a que lo que acabase diciendo no se lo tomase bien o se preocupase más de la cuenta.

Me armé de valor y volví la vista hacia ella que me miraba con una gran sonrisa en el rostro animándome a contarle aquello que me preocupaba.

"Lo he estado pensando y..., bueno, creo que va siendo hora de que vaya a un profesional y me ayude".

Sus ojos se humedecieron pero en ningún momento desapareció su sonrisa, sino todo lo contrario, se amplió más si es que eso era posible y volvió a abrazarme.

"Tan orgullosa de ti mi amor, no sabes cuánto tiempo he estado deseando que pidieses ayuda de un psicólogo, nunca te dije nada porque quería que saliera de ti".

Me separé de ella y le di un sonoro y fuerte beso en la mejilla.

"Bueno cachorro, no hagamos esperar más tiempo a Harry".

Asentí y bajamos de la mano por las escaleras.

El alfa se encontraba sentado en el sofá al lado de mi hermana viendo unos dibujos animados que echaban en la televisión, ella parecía estar explicándole algo y Harry parecía estar prestándole absoluta atención, algo que me enterneció.

El alfa pareció notar mi presencia y dejó de mirar un punto fijo para posar sus orbes esmeralda en mí. Alzó las cejas algo sorprendido y no dudó en ponerse en pie, llevaba un sombrero que le hacía verse más atractivo de lo que era si es que eso era posible.

"Vaya" fue cuanto dijo.

Sonreí avergonzado por su reacción.

"Espero vestir bien para la ocasión" comenté.

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