Capítulo 43

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Un gran silencio se instauró en el comedor, mi hermana parecía satisfecha con su sugerencia mientras que mi madre nos miraba atenta sin comentar absolutamente nada, solo pendiente de nuestros movimientos, de nuestros rostros y nuestras reacciones como si lo  estuviese analizando todo al detalle a la espera de algo que no sabía exactamente lo que era. 

Por otro lado, yo sentía mis mejillas arder, no era capaz de alzar la vista, me mantenía con el rostro mirando la mesa mientras me tapaba la boca con la servilleta, las toses queriendo sonar pero manteniéndose aún en mi garganta como si esperase el momento en el que poder ahogarme y acabar con este vergonzoso momento, sin embargo, Harry no parecía tan asombrado o alucinado con la sugerencia de mi hermana, su mano golpeaba mi espalda en un intento fallido para recomponerme, no podía ver su rostro o su expresión desde donde me encontraba, sin embargo, podía oler y su aroma no había cambiado, seguía oliendo a él sin ningún tipo de alteración, estaba tranquilo y divertido a partes iguales lo que me hizo respirar un poco aliviado ya que al menos, no se lo había tomado a malas o se había ofendido.

Para mi sorpresa, de repente Harry estalló en risas, su mano acariciando con más lentitud mi espalda y su cuerpo meciéndose en la silla.

Alcé el rostro para poder encontrármelo mirando un punto fijo de la cocina con una sonrisa en el rostro atento a las palabras que mi hermana pequeña le estaba contando en su oreja con la mano tapada contra sus labios.

La mano del alfa dejó de moverse para acabar colocada en la parte baja de mi espalda, fija. Mi omega me instaba acercar la silla más a él y tener más contacto pero me negaba, demasiada vergüenza había pasado ya.

"¿De qué habláis?" pregunté con la voz baja a causa de la tos.

Mi madre se levantó de la mesa y se excusó con que tenía que irse a trabajar.

"Cosas de cuñados" respondió natural Harry mientras me guiñaba el ojo juguetón.

Parpadeé varias veces sin aceptar lo que acababa de decir a la par que Lottie se tapaba la boca para reír fuerte.

"Nos vemos esta noche Lou, si acaba los deberes tu hermana podéis ir al parque, hay dinero por si queréis comprar algo para comer sino, en la nevera hay cosas para hacer, aunque bueno, ya sabes, mientras no incendies la casa o cosas de esas, ya sabes" mi madre ya preparada se acercó a darnos un beso a mi hermana y a mí. "Adiós Harry, eres bienvenido siempre que quieras" se despidió.

"Adiós señora..." no pudo acabar la frase pues mi madre le había interrumpido ya.

"Jay, cariño, llámame Jay, un gusto volver a verte".

Abrió la puerta principal y salió.

"Con que estoy al lado de un pirómano..."

"¿Qué? no, yo no quemo nada" me excusé.

"Loulou eres un mentiroso, ¿recuerdas aquella vez cuando...?"

"Lottie cariño ¿no tienes deberes que hacer? ¿a qué esperas a que se hagan solos?" moví la cabeza y abrí los ojos para que se diese cuenta de que debía callar.

Ella rodó los ojos y formó un puchero.

"Los deberes están sobrevalorados" respondió Harry.

Mi vista viajó hasta él.

"Me gusta este cuñado más que Josh" dijo mi hermana con una sonrisa.

Aparté la mirada y pude fijarme en que Harry se tensó pero decidí no darle importancia y recoger los platos del desayuno.

Escuché murmullos desde el comedor, luego pequeños pasos alejarse y después silencio otra vez mientras me encontraba lavando los platos en el fregadero cara a la ventana y al patio trasero.

InstintoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant