Sasuke se rió sombríamente mientras los otros ninjas de arena gemían de vergüenza. Su amigo ahora es como un chico fan cuando se trata de la esposa del Kazekage. Hinata-sama realmente ha ganado al pobre por todas partes. Hinata también sonrió, sobre todo por el hecho de que Tanko solo se enfrentó al único Sasuke de la hoja solo para defender su apariencia. El ninja de la arena es realmente querido, así que le dio un suave apretón en el hombro para tranquilizarlo.

-Tanko-san. Está bien. Soy una buen amiga de Sasuke-kun. Tiene buenas intenciones. - Ella le dijo a Tanko, quien asintió con la cabeza en respuesta y lentamente retrocedió.

Sasuke sacudió la cabeza y se preguntó por qué Hinata no tiene problemas para tocar a nadie excepto a él en el pasado; tocaron mucho, en términos de entrenamiento. Ahora la chica estaba actuando como si fuera una especie de bastardo que inflige enfermedades. ¿Estaba todavía enojada con él por gritarle cuando se entero sobre el matrimonio?

Qué idiota. Si él supiera que todo fue por su bien...

Inconscientemente, Sasuke se encontró sonriendo. Bueno, eso solo lo hace más divertido, ¿no?

-o-

Gaara se movió incómodo en su silla y miró el reloj de pared a su derecha. Ya eran las diez de la noche y la Hyuga aún no ha regresado con el resto de su unidad. Si sus cálculos eran correctos, solo le tomaría hasta las ocho para volver si había llegado tan lejos como la frontera oriental de Suna.

Tal vez algo ocurrió en el camino?

Con un gruñido, volvió a centrar su atención en el diario Kazekage en el que estaba garabateando. Decidió matar dos pájaros de un tiro escribiendo en su diario y esperando a su esposa al mismo tiempo. Mientras garabateaba, Gaara encontró su mente a la deriva en otra parte, especialmente hacia el peliazul.

Solo unos minutos más... y él iría a buscar a algunos confiables Anbu y seguir su rastro. Sería difícil rastrear la unidad de su esposa en un desierto, pero sería de gran ayuda...

-¿Gaara-sama? - Era la voz de Matsuri y fue acompañada por un leve golpe. -Gaara-sama, ¿puedo pasar?

-Hai.

Cuando la cabeza de su estudiante se asomó, vio que ella no estaba usando su chaleco Jounin, sino algo que alguien usaría si estaba a punto de salir de fiesta. Matsuri llevaba un vestido hasta la rodilla del mismo color marrón que su cabello. En reemplazo de sus sandalias Shinobi estándar, ella estaba usando algún tipo de botas que Gaara sospecha que era una especie de arma secreta simplemente basándose en lo alto y puntiagudo que eran los talones.

Él frunció el ceño. ¿Por qué sus labios eran tan rojos? Hace que su boca se vea grande. -Te ves... diferente. - Comentó al fin.

La mujer sonrió radiante. ¡El Kazekage notó que ella es diferente! Y eso era todo lo que podía pedir. Gaara no tenía ni idea en términos de moda y con mucho gusto confundiría el maquillaje con el colorante de alimentos.

Ella quería que él supiera que ella no era solo una nin de Suna.

Ella quería que él la reconociera como mujer.

Todavía sonriendo, Matsuri dejó que sus delgados dedos rastrillaran su cabello castaño. -Estamos celebrando el cumpleaños de Gento y bueno... el grupo decidió divertirse en el club donde podemos beber mucho sake y comer hasta saciarnos. Estoy de regreso, pero un camarada me dijo que puedo encontrarte aquí, sensei.

-Eso es bueno. - Gaara dijo sin darse cuenta, inconscientemente haciéndole saber a la niña que no estaba interesado en las fiestas nocturnas y el consumo de alcohol. Volviendo a mirar su diario, continuó garabateando donde lo dejó, aunque unos momentos después; levantó la vista nuevamente y recordó que Matsuri podría tener algo que ella necesitaba para que ella viniera a él en este momento.

ᴄᴀsᴀᴅᴀ ᴄᴏɴ ᴇʟ ᴋᴀᴢᴇᴋᴀɢᴇ ↝ ᵍᵃᵃʰᶤᶰᵃ ✓Where stories live. Discover now