Capítulo 6

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   Gisely

Estaba muy concentrada en revisar algunos papeles y contestar algunas llamadas de juntas y empresarios. Hasta el momento no había tenido mas inconvenientes ni malos ratos por lo cual me sentía sumamente agradecida.

Pero todo lo bueno no puede ser eterno.

    —Montell—la voz de Carlota me hizo pegar un respingon en mi silla.

Levante la vista de los papeles que estaba revisando para mirarla.

Me miraba de una forma amenazante desde su altura como si se creyera superior a los demás o en este caso a mi.

Se inclino en mi escritorio apoyando las manos en este y entre cerro los ojos.

    —No creas que te has liberado de mi, me encargare de hacer tu vida un infierno aqui, haré que seas tu misma la que que haga la carta de renucia—susurro para que solo yo la escuchara—Estas advertida.

Se recompuso en su lugar y me miro con una sonrisa hipócrita dándome a entender que haría todo lo que había dicho.

Me levante de mi silla y la enfrente por primera vez en todo este tiempo.

    —Carlota porque no me haces el favor de sacar tu asquerosa presencia de enfrente de mi escritorio y vas a tu oficina para tener tus citas exclusivas con el cartero.

Escuche algunos chillidos de sorpresa por parte de mis compañeros y las demás personas que se encontraban en el lugar.

Tal vez lo había dicho demasiado alto.
Pero no me importaba, lo que había dicho era la verdad. Ella llamaba al cartero cada martes y jueves de la semana a la hora del almuerzo cuando todos se iban a comer para que el le diera su maratón personal. 

Para su mala suerte yo los había descubierto hace unos cuantos meses atrás sin que ellos lo notaran.

Las mejillas de Carlota se tornaron de un rojo carmesí por la rabia y la vergüenza.

     —Sabia que eras una mosquita muerta—gruño.

  —Llamame como quieras, en el fondo sabes que lo que digo es verdad—le sonrei con descaro.

Esta levanto su mano para golpearme pero mucho antes de que su mano llegara a tocar mi rostro un brazo la detuvo, dejando su mano en el aire.

 Contuve el aliento al verlo ahí parado detrás de ella, con su mano aguantando la de Carlota.

   —Señorita Ramires debería darle vergüenza el escándalo que esta formando en estos momentos—su voz era tranquila y suave—Hagame el favor de retirarse.

Cuando soltó su mano, Carlota salio de prisa sin decir nada.

Todos habían vuelto a trabajar y nadie nos miraba ahora o eran buenos disimulando.

   —La quiero en cinco minutos en mi oficina señorita Montell—su rostro estaba serio lo que me hizo pensar si estaba en serios problemas.

 No aparte mi mirada de el hasta que entro en su oficina, dejando la puerta abierta.

 Daved se acerco a mi una vez que el desaparecio.

      —¿Estas en problemas? —pregunto.

Me mordí el labio un poco nerviosa, no quería que me despidieran tan rapido, eso sería hacerle las cosas mas fáciles a Carlota. 

AtracciónWhere stories live. Discover now