Capítulo 4

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Gisely

Solte un gemido de dolor al sentir los dedos de Jennifer untar un poco de crema en mi barbilla.

-Mira como te dejo ese animal-señalo la marca de dedos en un tono medio violeta-Y ni hablar como tienes esa espalda.

Levantó mi camisa con cuidado de no lastimarme. No necesitaba mirarme para saber que tenía uno o otros moretones en mi espalda.

-Deberias denunciarlo-espeto con rabia.

Solte otro gemido al sentir la crema fria en mi espalda adolorida.

-Sabes que no puedo hacerlo, sabes lo que el hara si lo hago.

Luego de terminar de aplicarne la crema me coloco de nuevo la camisa en su lugar, me regalo una mirada de lastima que me hizo sentir peor de lo que ya me sentía.

No necesitaba la lastima de nadie.

-¿Que haras de ahora en adelante?-me pregunto.

Se me había olvidado ese pequeño detalle. Había llamado hoy en la mañana a Carlota para comunicarle que no estaba en condiciones de ir a trabajar pero lo unico que dijo fue "Estas despedida". Ni siquiera me dejo explicarle las cosas simplemente me colgo. Tuve que llamar a Daved para que recogiera algunas de mis cosa. Estaba oficialmente despedida y podría jurar que Carlota era la mujer mas feliz de este mundo en estos momentos.

Tenia que buscar un nuevo trabajo, los gastos y las cuentas no se pagaban solas.

Estoy jodida-pense.

-No lo se-respondi sincera.

Ella me miro por unos segundos, tal vez pensando en algun trabajo que podría ayudarme.

Sonrio como si una idea magnifica hubiera llegado a su mente.

-Puedes ir con mi jefe y perdirle trabajo, eres buena con la camara seguro te aceptara y mas con tu situacion-propuso.

Me lo pense unos segundos pero negue con la cabeza.

-No, necesito buscar otro tipo de trabajo-le sonrei de medio lado-Gracias por la intención.

Iba comenzar a protestar pero el sonido del timbre la interrumpió, se levanto y fue a atender la puerta ya que casi yo ni podía pararme por mi misma.

-¡Es Daved!-grito desde le entrada.

Senti un poco de tristeza, sabia que venía con mis cosas y la verdad aun me costaba asimilar que estaba despedida.

El moreno de ojos marrones y pelo color chocolate se poso enfrente de mi y me examinó con cautela.

-Fue el ¿Cierto?-fue mas una afirmación que una pregunta.

Le sonrei de medio lado en forma de respuesta.

El apretó las manos formandolas en puños y se sento donde hace un tiempo atrás estaba Jennifer.

-Juro que cuando lo vea le dare una paliza que aprenderá a respetar las mujeres-solto en un gruñido.

Tome sus manos y comenze a cariciarlas con mi dedo pulgar.

-No pierdas tu tiempo en personas que no valen la pena-le dije con cariño-Es mi problema no el de ustedes, no los involucrare a ninguno de los dos-les di una mirada ambos.

Tanto Jennifer como Daved sabían de mi situacion con Rodrigo no era un secreto y lamentaba que tuvieran que verme asi en estas condiciones.

-¿Donde estan mis cosas?-le pregunte al ver que no traía ninguna caja con el.

El me sonrio por primera vez desde que llego.

- Parece que tienes alguien que te aprecia del alto rango- sonrio mas.

-No entiendo.

-Cuando Carlota reporto que iba a despedirte, parece que uno de los jefes o el dueño actual verdadero se nego a despedirte, por lo cual significa que te ascendieron y ahora tienes un estacionamiento cerca del edificio.

Mire a Jennifer y luego Daved y asi consecutivamente como si te trata de alguna especie de broma de mal gusto.

-Estas bromeando ¿Verdad?-dije sin poder creerlo.

El nego con la cabeza.

- Es cierto, has sido ascendida, seras la secretaria personal del jefe de nuestra jefa osea el dueño legalmente de la compañia.

Pegue un grito de emocion acompañado con el de Jennifer.

-Gracias a Dios.

El sonrio con satisfacción al ver que había causado una sonrisa de felicidad en mi rostro.

-El quiere que vayas a trabajar mañana mismo.

Mi sonrisa se borro por completo.

Mañana los moretones no desaparecerían y tampoco mis dolores de espalda, no quería mostrarme en estas condiciones ante mi jefe por el ascenso.

-Estaras bien-me consolo Jennifer, ella sabia lo que pasaba por mi mente.

Asenti.

Los dos se fueron de mi departamento dejandome sola.

Aun no entendía como un hombre que no conocía había hecho eso por mi, practicamente estaba en deuda con el y ni siquiera sabía quien era.

Con un poco de dolor en mi espalda comenze a ordenar las cosas para mañana, quería darle una buena impresión a mi nuevo jefe.

Mañana iria y le compraría algunas galletas y se las regalaria como agradecimiento.

AtracciónWhere stories live. Discover now