CAPÍTULO LXXXI: Golpe bajo

Începe de la început
                                    

-          Es increíble la profundidad de tu sueño my lady – susurraba el oriental mientras la chica se acomodaba en el torso desnudo – Eres… - bajaba el tirante del hombro femenino – Aún no entiendo cómo antes pude resistirme a estar contigo, si ahora simplemente eres mi tentación… con mayor razón cuando estas así de indefensa, el intentar controlarme solamente provoca que me queme por dentro – hablaba mientras la latina comenzaba a quejarse por el calor del cuerpo del galante sol.

Quedando en silencio por unos segundos la posa en la cama, despejando la cabellera revuelta del rostro durmiente. Con sus dedos dibujaba los labios carmesí de la veterinaria y en un abrir y cerrar de ojos, posaba sus carnosos labios en el cuello de la fémina que comenzaba a sentir poco a poco el placer de aquellos dulces pero candentes besos. 

-          Young… Bae… - musitaba la veterinaria entre sueños.

-          ¿Qué ocurre my lady? – le susurraba de forma sensual despertándola completamente.

-          ¡Young..! – pero sus labios son sellados por un atrevido beso.

-          Lo siento pero no pude evitarlo, siempre terminas tentándome… - fundiendo su mirar intenso en la ya despertada veterinaria que estaba totalmente atrapada entre las redes del galán – Esta noche no te escaparás – decía mordiendo su labio inferior.

Enredados entre las sábanas, la pareja se despertaba con los finos rayos de luz que se escabullían por las cortinas del dormitorio. Marisol cubriendo su rostro con la almohada, se niega completamente a dar un paso fuera de la cama, al parecer el embarazo la tenía más cansada de lo normal y con mayor razón después de aquella noche. En cambio nuestro oriental, se levanta con toda la energía y estira su cuerpo para reacomodar sus huesos y su musculatura ante lo rezongos de la latina, que exigía silencio. 

-          My lady, tenemos que levantarnos. Hoy será un largo día, así que tenemos que prepararnos – decía destapándola.

-          ¡Cinco minutos más! – refunfuñaba la veterinaria.

-          ¡Eso será imposible! – decía tomándola en sus brazos en un fugaz movimiento.

-          ¡No! ¡Noooo! ¡Quiero dormir! – decía mientras revoloteaba en los brazos del galán - ¡Young Bae quiero dormir! –

-          Nos vamos a la ducha, porque iremos al supermercado y después al estudio, ¡No es no! – decía entre risas ante los alegatos de la veterinaria.

Marisol aun somnolienta, se acomoda en el copiloto del auto. Aún no procesaba la agenda que le había comentado el galán al despertar hasta que por fin le cae la teja y reacciona casi atorándose con su propia saliva. 

-          ¡QUÉ! ¿Iremos nosotros dos al supermercado? – decía con sus ojos como platos.

-          My lady que eres lenta – iniciando el motor del auto – Vamos a ir de compras, ya no las puedes hacer sola – decía con su sonrisa iluminada.

-          ¡Pero! ¡Te reconocerán! – exclamaba.

-          My lady… para eso están todas esas cosas atrás, sombreros, bufandas y esos lentes – decía con una mirada triunfante – Ten por seguro que no nos reconocerán – acelerando el automóvil.

 Mientras tanto en otra parte de Corea del Sur, la pareja de casados, se encontraban en una pequeña discusión o más bien Daesung tratando de controlar la indignación de Ammy al enterarse de esa forma. 

-          ¡La mataré! – decía frustrada – Soy su amiga, y la muy…. No me cuenta que está embarazada… ¡Itch! Mañana la veré y la haré picadillo – decía mordiendo un gran trozo de pan.

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