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- Recuérdame una vez más por qué estamos aquí.

Ir de compras con Ning a veces podía ser demasiado fatigoso. Mirae, nada más salir de la Universidad, condujo hasta el gimnasio, donde la morena tenía su turno de tarde. Lo que tardó en aparcar, entrar y pillar a su amiga desprevenida comprobando que todo estaba en orden, fueron aproximadamente menos de dos minutos sin exagerar. Para suerte de Mirae o infortunio de Boreum, su jornada terminaba a las seis. Solamente faltaba una hora.

Como otras veces atrás, Min argumentó todo tipo de cosas para que a la boxeadora le fuese imposible decir no. Se trataba nada más y nada menos de una salida para celebrar la graduación de su amiga. La primera fiesta a la que accedió a ir no tuvo ninguna razón aparente, pero esta vez....

- Porque en tu armario no hay nada más que chándals, sudaderas, mayas y zapatillas de correr. Con suerte encontré dos faldas al fondo del armario, que seguro ya te están pequeñas -contestó- ¿Hace cuánto no vas de compras? ¿3 años?

- No exageres tanto. Y la falda negra si me vale - reprochó, cruzada de brazos justo al lado de varios estantes y percheros.

Min ojeaba cada prenda de cada estante, percha o maniquí, cogiéndolas y probándolas por encima de la desganada a ojo. Definitivamente, ambas eran unas exageradas. Tal vez, Mirae solo quería tener una escusa para ir de compras; al igual que no era para tanto como lo estaba pintando Boreum.

- Toma, coge esta - colgó una camisa en uno de sus brazos, junto con otras cinco o seis más. La más pequeña suspiró y asintió.

Treinta minutos más tarde, acabaron de registrar toda la tienda y una arrastró de la otra hasta los probadores, haciéndole modelar todas y cada una de las prendas que debía probarse. Eligieron bastantes cosas, las cuales cargaron hasta la caja y pagaron. La recién titulada había quedado muy satisfecha. No eran más de las diez de la noche, únicamente quedaba conducir hasta casa de Ning para dejarla allí y poder volver a su casa.

- Por cierto... -Mirae inició la conversación en el coche con un todo reprochante- No has hablado con San.

- ¿Qué te hace pensar eso? - disimuló.

- ¿Tal vez su comportamiento a la hora de la comida en la Universidad? ¿O el echo de que evade cualquier situación en la que se te mencione? Boreum... Tenéis que hablar...

- Ya, ya lo se. -suspiró pesadamente- No tuve momento.

- Descartando el domingo, has tenido dos días para hablar con él en el trabajo. Y no me digas que no habláis porque no te voy a creer. -argumentó con los ojos pendientes de cualquier cosa en la carretera- Seguro hablasteis de cualquier cosa referente a las clases, o yo que sé, podías haber sacado el tema.

- Si pero no es mi culpa. Hablamos lo justo y necesario. Intenté hablar con él varias veces, pero siempre me esquivaba o tenía cosas que hacer - explicó.

En un semáforo muy oportuno, Mirae puso su mirada sobre su amiga, sin ninguna expresión, sin embargo, consiguió transmitirle bien su mensaje.

Tenían que hablar.

Y no tenía pinta de que la más alta fuese a dejar más plazo que hasta el Sábado. Ya dependía de Boreum hacerlo antes o no.

La luz verde la obligó a acelerar y seguir su camino. Ninguna dijo palabra hasta que aparcaron en doble fila para que la más baja pudiese bajarse.

- Adiós, nos vemos en sábado. Te mando un mensaje para avisarte de cualquier cosa - se despidió Mirae a la vez que la morena se bajaba del asiento.

𝘠𝘰𝘶 𝘓𝘰𝘰𝘬 𝘓𝘪𝘬𝘦...                 « 𝐂𝐡𝐨𝐢 𝐒𝐚𝐧 »Where stories live. Discover now