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- ¿Te perdiste? - pregunta el moreno nada más Ning ingresa en la habitación.

- No. ¿Por qué lo dices?

- Dijiste que ibas a dar un paseo -comentó-. Tardaste como una hora y media - bromeó, mirando el típico reloj invisible en su muñeca.

- No quería molestarte - dejó su teléfono en la mesilla y abrió el armario en el que ya habían guardado ambos, posteriormente, todas sus pertenencias.

- ¿Por qué ibas a molestarme? La habitación es de los dos Boreum - obvió sin entender.

La chica alcanzó un pantalón de chándal ancho de las baldas altas poniéndose de puntillas y lo tiró sobre la cama. Después se sentó en esta, se descalzó y los guardó.

- ¿No la habías dicho a Jira que viniese?

- No... -alargó la palabra-. ¿Te lo dijo ella?

Le dedicó una cara neutra y pronunció un convincente "no" para, después, desaparecer por la puerta del baño. ¿Entonces la había mentido? ¿O era San el que no decía la verdad? No. San no estaba interesado en Lee.

- ¿Por qué te crees lo que dice esa niña? - se reprochó en un susurro frente al espejo.

Lee Jira lo único que hacía era actuar y actuar, no era de extrañar que lo hubiese hecho en venganza por anunciar que tanto ella como su entrenador, por el cuál estaba hasta las trancas de amor, durmiesen en la misma sala. Se refrescó la cara como intento de olvidar esa escena que se reproducía una y otra vez en su mente para después, cambiarse a los pantalones de chándal.

Serían las seis de la tarde, en unas horas bajarían a cenar, pero no sería así de simple. Debían reunir a los chicos para que bajasen y así, asegurarse de que no se saltaban las comidas. La competición era mañana por la tarde, pero por la mañana deberían estar temprano en el edificio para conocer las instalaciones y poder practicar antes, cosa que requería fuerzas y energías. No podía obligar a todos a irse temprano a dormir pero, por lo menos, ella si lo haría.

- El organizador me ha mandado otro mensaje - avisó nada más vio salir a la mayor del baño.

- ¿Qué dice?

San miró la pantalla y leyó el mensaje con un tono técnico.

- "Los horarios de apertura serán a las nueve horas. Si desean utilizar las instalaciones antes del campeonato, los horarios son desde las diez horas, hasta la una de la tarde. Buenas tardes".

Ning prestó atención para no dejarse ningún dato importante y después corrió a apuntarlo en su teléfono para no olvidarlo. De paso, también programó la alarma que usaría para despertarse a las ocho y media.

San revisaba algo más en su teléfono, tumbado en la cama, deslizando su dedo de abajo hacia arriba.

- Me dormiré pronto hoy. Tu puedes hacer lo que quieras, pero no hagas ruido - pidió.

- A sus órdenes señorita -se llevó la mano a la frente, imitando a un soldado. Boreum río y se tiró boca arriba en la cama-. Es broma. Yo también me dormiré pronto. ¿A qué hora te despertarás?

- Puse la alarma para las ocho y media...

- ¿Tan temprano...? - se quejó.

- ¿A qué hora te quieres levantar? - dijo con sarcasmo.

- ¿A las nueve y cuarto...?

- Voy a escribir al conductor del autobús para que venga a recogernos a las nueve y media. ¿Estás seguro que te dará tiempo a levantarte, vestirte, asearte y desayunar en quince minutos? - adoptó una mueca en la que, a San, solo le quedaba aceptar que levantarse a las ocho y media sería lo mejor.

𝘠𝘰𝘶 𝘓𝘰𝘰𝘬 𝘓𝘪𝘬𝘦...                 « 𝐂𝐡𝐨𝐢 𝐒𝐚𝐧 »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora