XVII: Noche de blues

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Mi teléfono volvía a sonar pero no lo tomé en cuenta, de seguro era Mikey y prefería que él le prestara atención a la serie que a mí. Cambié el canal a History channel y estaban transmitiendo una maratón de Alienígenas ancestrales, por lo que tenía al menos unas diez horas para ver eso mientras horneaba. Dos horas más tarde y el teléfono seguía sonando con notificaciones que ignoraba, lo tomé sólo para revisar la hora y apenas eran las once de la noche, mamá había salido muy temprano para irse de fiesta.

Revisé los mensajes y nunca fue Mikey, era ¡Frank!

"Hola (:"

"¿Qué harás esta noche?"

"Tocará una banda de blues, si te interesa podrías decirme y nos juntamos a verla"

"Me encontré con tu mamá, me dijo que te quedaste en casa"

"Le pregunté porque no te trajo y creo que fue algo raro ja ja"

"Estás molesta por lo de mi papá?"

"Pensé en llamarte pero al ver que no contestas los mensajes comienzo a pensar que estas dormida"

Siete mensajes de Frank en mi teléfono, me sentí emocionada al leer cada uno de ellos, me invitaba a salir y yo por pereza de no querer contestar el teléfono me había perdido esa oportunidad.

"No estoy enojada ni dormida, sólo no tenía el teléfono cerca" — mentí "¿Qué tal la banda?"

Respondió al instante."Acaban de tocar, ya me voy a casa, vine solo"

¿Quién iba sólo a un bar? — me pregunté observando el teléfono.

"¿Te gusta el programa alienígenas ancestrales? — sabía que la pregunta había salido de la nada, era ridícula pero no quería dejar de hablar con él y en un intento desesperado tomé eso como tema de conversación.

"El programa del tipo que tiene el pelo raro y dice aliensssss?"

"Ese ja ja"— solté una carcajada al leer su mensaje. 

"ja jaa, si me gusta" — respondió y sentí un impulso extraño de invitarlo a casa, estaba sola, mamá no llegaría en horas y...

"Si quieres puedes venir a mi casa, estoy aburrida y sola un día viernes por la noche"

"Ignoraste mi invitación"

"Nunca vi tu invitación"

"En cinco minutos estoy allá"

Sentí como mi corazón parecía desbordarse cuando leí su mensaje. Limpié todo lo que había usado en la cocina, pero sentía que no terminaba nunca, no es que hubiese ocupado muchas cosas, pero como se habían quemado un poco, lavar la bandeja donde los había horneado hacía más difícil la tarea de limpiarlos. Una vez secos y en su lugar iba corriendo a cambiarme de ropa pero el timbre de la puerta sonó.

¡Mierda!

Tenía dos opciones, o lo dejaba afuera en el frío esperando para vestirme porque llevaba ese viejo pijama con un cárdigan felpudo o lo dejaba pasar y me vería así, con la vieja camiseta de The Smiths y el pantalón pijama de franela a cuadros.

Me quedé inmóvil en la escalera hasta que el timbre sonó otra vez.

— ¡hola! — decidí perder mi dignidad una vez más y abrir tal como estaba — lindo cárdigan — tocaba mi hombro dando pequeños golpes — suave — rió.

No sabía si era yo, pero esa noche se veía más guapo de lo normal, incluso cuando parecía llevar mil capas de ropa. Vestía una chaqueta de denim con unos pequeños pins de bandas, bajo de ella un polerón con capucha de tono mostaza, una camisa de franela y debajo de eso una camiseta negra con unos jeans apretados negros.

𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆 𝐀𝐍𝐃 𝐃𝐎𝐎𝐌𝐄𝐃Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt