9. Navaja

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— A lo mejor tienes fiebre, estás un poco roja.

Murmuró Rose junto a mi en un sofá increíblemente enorme y atascado de cojines, llevaba un rato inspeccionando mi rostro.

Giré para verla aguantando una carcajada.

— Estaba imaginando que nos besabamos — solté una risa avergonzada.

— ¿Eso haces cuando te aburres? — me dio una sonrisa.

— A veces también tengo viajes astrales...

— ¿Y porqué sólo lo imaginas? — Nos quedamos mirando hasta que de repente todo se hizo borroso excepto esa cercanía y la sangre que se movía por nuestros cuerpos.

Se me vino esa conversación a la mente, como un recuerdo ocasional que sin sentido aparece, y también otro más, de hace tanto tiempo, cuando como ahora me gustaba mirar a la gente haciendo cosas, y mi novia de entonces compraba muchas gominolas de ositos.

— Le regalas a Delgado los amarillos, verdes, blancos y naranja — afirmé, ella me sonrió — y dejas para el final azules, rojos y violeta... Además te los comes de a uno para que se acaben a la vez.

Después de un tiempo de observación había llegado a la conclusión de que Rose claramente tenía varios comportamientos obsesivos colaterales al padecimiento de su vida, pero los disimulaba tanto y tan bien que hasta me entretenía.

— ¿Enserio? — preguntó negando, yo afirmé — Que va...

Pero luego me reveló que también contaba cuantas habían de cada color y les sacaba el porcentaje.

.

Sostengo temerosamente el brazo de Danielle mientras ella camina con determinación hacia el cúmulo de gente al rededor de los modelos de Lil Anthony, no encuentro ninguna forma de detenerla y tampoco tengo la necesidad de hacerlo, hay mucha gente y yo entiendo perfectamente lo que es estar allí entre las figuras públicas, no te fijas en nadie.

Pero tal vez mi miedo no es que la mujer de ojos verdes, que se ve extraordinaria hoy se fije en mí, quiero decir, no soy lo suficientememte egocéntrica como para querer ó creer que si ella me ve en la proximidad apartará a todos a su paso hasta quedar frente a mi y con su voz intrépida dirá «Hola Skyler Grey», Así, todo completo (Que es rarisimo escuchar a alguien llamarte por el nombre entero) aquí el problema es que no lo haga, o que vea a Danielle, o que Danielle la vea a ella, yo no soy una persona de secretos porque sé que ellos retumban demasiado en mi cabeza pero ella es ese detalle omitido, aislado de cualquier historia en retrospectiva como método de defensa.

Además hace poco me había convencido de que la trascendencia de Rose en mi vida era lo suficientemente poca como para que me dé igual, pero cabe aclarar que mentirosa he sido siempre y eso no es así... Por más que quiera estar tranquila, en el buen orden de las cosas uno no puede jugar a tener secretos y mantenerlos tan próximos los unos de los otros.

—... Lo de ser revolucionario lo veo como algo muy rebuscado, nosotros apoyamos cosas un poco más reales — habla Lil Anthony, creo que están en una ronda de preguntas del público – La diferenciación no indica nada... Creo que para mi no se trata de ser distinto sino del que mejor lo haga, eso resalta mucho más, es exótico lo perfecto porque en realidad casi nada lo es...

Observo a Danielle, tiene una sonrisa amplia y fascinante, la imagino pidiendo el micrófono para hacer una pregunta, decido soltar su mano para tener la posibilidad de salir corriendo en cualquier momento.

Hoy es un día nublado, miro con más detenimiento a esos modelos, no me considero ni una fracción de lo guapos y atrevidos que se ven allí todos juntos, están como quieren estar y en cuanto a Rose Huffman... Bueno, que puedo decir, resalta y no le puedo tapar los ojos a Danielle, la está mirando, yo también la estoy mirando, es difícil no reparar más de una vez en ella, yo la evito por todas las cosas que me pasan por la cabeza al verla allí, pero los demás a mi alrededor no tienen ese problema y siento celos porque la pueden desgastar con la mirada sin reparar en nada más que su físico.

LIVING IN SIN © LesbianWhere stories live. Discover now