7. Quierete Un Poco

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Rose's POV

— ¡Dame eso Delgado! — doy un salto sobre la silla para luego deslizarme a través de una mesa metálica.

El hombre mueve en su mano las llaves de mi moto, no alcanzo a atraparlo en el aire así que de la mesa doy un salto al mueble.

— Vamos al maldito edificio Huffman — dice con tono serio.

Caigo con fuerza en el sofá así que me impulso y vuelvo a quedar de píe, lo miro con molestia.

— ¡Claro que iré! Pero dame las putas llaves.

Él se cruza de brazos pero yo me preparo para seguir correteandole por el lugar.

— Aquí vamos de nuevo, son unos niños — un chico músculoso, rubio y alto le quita de las manos a Delgado mis llaves — Rose, no pises el sofá hermosa.

Alargo la mano para que me pase las llaves pero él arquea una ceja y Delgado a su vez sonríe.

— ¡Pero qué les he hecho! Tengo cosas que hacer — exclamo furiosa — y la moto es mía.

— Rose mantén la calma, ¿A dónde vas a salir? Tenemos un photoshoot en una hora — Otro hombre, llamado Jayden de piel oscura y cuerpo muy bien ejercitado sale sin camisa de una de las habitaciones.

— No tengo porqué decirles todo — respondo en voz baja.

Estamos en un piso alquilado por Jayden, amigo de Taylor y Delgado, que vino con su esposo Anthony, un gurú del maquillaje en la ciudad, a trabajar con nosotros.

En total somos cinco, estos cuatro hombres altos, musculosos, guapos, gays y yo, que soy casi parte de la indumentaria de ellos, los trabajos que consiguen son bien pagados pero sofocantes y exigentes, y se supone que Delgado es mi único manager pero a todos les gusta opinar, yo hago lo que me pidan en tanto paguen bien y no sea nada muy extremo.

— Sí, pero últimamente estás muy rara — opina Taylor — Apenas y te has vestido.

Me señala, no llevo sostén bajo una camisetilla blanca y unos shorts rotos.

Delgado mientras tanto se desviste para probarse un outfit diferente, aquí al parecer todos andan sin camisa.

— Es verdad ¿Qué pasa Rose? Terminaste con el sureño de la otra noche — ríe Paul entrando también a la sala.

— No pasó nada... — todos encarnan una ceja — Bueno, osea una noche y ya estaba exagerando todo, él no me gusta, para nada.

— ¿Y la pelirroja? O la otra modelo — vuelve a hablar Taylor.

— Real que hablo con alguien y ya todo el mundo exagera — me cruzo de brazos.

— Hablar con alguien y que salga de tu cuarto en la madrugada son cosas diferentes.

— ¡Déjenme en paz! — le quito de las manos las llaves a Taylor.

Doy un salto y corro hacia la salida tomando un abrigo y unas zapatillas.

— ¡Rose malditasea ni se te ocurra faltar! — Delgado corre atrás mío.

Me intento escapar pero él es indudablemente más rápido que yo así que terminamos enojados vistiendonos en el ascensor.

— No entiendo la desconfianza, obviamente no faltaré, tengo la dirección en mente, Nordstrom por la avenida Michigan — ruedo los ojos.

— Sabes el pánico que nos da cuando sales de repente a dar vueltas, la gente te reconoce, es peligroso, no es que te estemos prohibiendo nada, pero las personas que nos contratan son muy serias — dice Delgado.

LIVING IN SIN © LesbianWhere stories live. Discover now