C A P Í T U L O 31

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Y lo llevé a Paris, la ciudad del amor, un lugar perfecto para  ir dos enamorados. Aquel viaje fue increíble, al igual que pasar tanto tiempo con Jungkook y volvernos oficialmente pareja tras tantos desastres.


[...]


— No ataques tan fuerte.

— No seas tú tan flojo. Yo me lo paso bien.

Nos encontrábamos jugando a baloncesto Yoongi y yo. Notaba que me faltaba el aire y estaba empapado en sudor mientras que mi compañero no se le veía ni una pizca de cansancio.

— Anda, levanta.— Estiró su brazo y me levantó del suelo por décima vez porque Yoongi atacaba a canasta llevándose por delante a todo el que se interpusiera.

Agarré mi botella de agua y bebí desesperadamente intentando que el cansancio disminuyera. Cogí mi móvil para revisar si tenía algún Whatsapp nuevo, y ahí está el que realmente solo me importaba ver.

Bebé ❤️:
Buenos días, te recuerdo que te
quiero muchísimo. — 11:45

Una sonrisa apareció entre mis labios al instante, esas de enamorado que no puedes parar aunque tu quieras. Jungkook se encargaba de recordarme todos los días que me quería. Si él supiera cuánto le quiero yo...

Iba a contestar pero fui llamado por Yoongi.— ¡ Tae ! ¿ Qué hora es? —

— Las doce.

Yoongi sonrió y recogió sus cosas rápidamente.— Vamos, no me quiero perder el espectáculo.— Agarró mi mano y me sacó corriendo de la cancha para llevarme hasta nuestro pasillo.— Bueno llegamos a mitad de escena.— Sonrió con superioridad.

Dirigí mi mirada hacia donde observaba mi amigo, si es que se puede llamar así, podía ver a Jimin abrazando a alguien que lloraba, no podía ver quien era porque mi hermano lo tapaba.

Y entonces fue cuando noté que me faltaba el aire al ver aquello, al ver a dos hombres con los uniformes de una empresa sacando cajas de una habitación, la habitación de Jungkook.

Jimin se giró dejando a la vista a la persona que abrazaba. Ahí estaba mi novio, llorando desesperadamente, yo no me podía creer lo que estaba viendo. Lo estaban dejando fuera de la residencia.

Mis piernas estaban paralizadas, mis pies no se movían, el corazón latía de manera descontrolada. Quería romper a llorar, quería abrazar a mi novio y decirle que todo iba a ir bien, quería pegarle un puñetazo a los que sacaban las cajas para que dejaran las cosas donde estaban, y sobretodo quería pegarle a Yoongi por estar riéndose.

El enfado mezclado con la frustración hizo que saliera de mi shock y me acercara corriendo hacia él, dejando todas las cosas que llevaba en la mano, ahora solo quería tenerle a Jungkook en mis brazos.

— Te quiero. — Me besó .— Te quiero con locura.— Estaba paralizado, no soportaba verle llorar era la mayor tortura para mí y tampoco asimilaba que ya no estaría nunca más en este pasillo.

Le rogué al padre de Yoongi que Jungkook se quedara conmigo, que yo lo pagaría, a este punto era capaz de hacer todo por él, no quería perderle una vez más, pero lo único que conseguí fue un duro rechazo.

Ya habían bajado todas las cosas de Jungkook y el padre de Yoongi le dijo que se marchara. Yo estaba llorando junto a Jimin sin poder aceptar  lo que estaba pasando.

Vi como Jungkook se alejaba a paso lento de la residencia, intenté correr tras él pero el director bloqueó la puerta.

— Déjeme salir.

— Me temo que no puedo hacer eso, tiene que dejar que se marche él solo.

— Eso no tiene sentido, yo tengo todo el derecho a salir de la residencia cuando quiera.

— Pues justo hoy no podrá.

— Deje que se quede conmigo... no tiene a donde ir.

— Tiene padres.

— Pero no le tratan como es debido. ¡Es muy injusto lo que está haciendo!

— El mundo es injusto.

Quería meterle un puñetazo para que dejara de decir estupideces pero no lo haría porque es el padre de Yoongi, y hablando de Yoongi pude escuchar como se reía. Me acerqué a él aceleradamente .— ¡ Dile algo! — Le grité señalando a su padre.— No puedes dejarle ir así.—

Yoongi aún no borraba la sonrisa de su cara aunque lo que estábamos viviendo era de todo menos gracioso.— Siento decirte que se lo merece.— Le miré incrédulo por lo que acababa de decir.— Te avisé Taehyung, te dije que no te volvieras a juntar con él y mira lo que has conseguido.—

Oh no,no,no... No me podía creer lo que acaba de decir.— Yoongi no me digas que esto es culpa tuya.— Afirmó con la cabeza. — ¡ Me dijiste que me expulsarías a mí no a él! ¡ Él no tiene culpa de nada! ¡ Eres un idiota!— Le agarré del cuello mientras le gritaba.

Le odiaba, le odiaba por lo que le había hecho a Jungkook.

— Sabía que sufrirías más si el que se iba era Jungkook.— Y ya no aguantaba más, le di un puñetazo en toda la cara y cayó al suelo de inmediato con la nariz sangrando. No me arrepentía ni sentía pena ninguna, llevaba tiempo queriendo hacerlo.

Rápidamente su padre junto a más profesores corrieron hacia nosotros, algunos fueron a ver como estaba Yoongi y otros me agarraban para alejarme de él.

— Volverás Taehyung, no tienes a nadie más aquí que no sea yo.—



[...]



Me pesaban los ojos, tenía un aspecto horrible, se notaba que no había dormido en semanas y que llorar se había vuelto mi día a día. Me alejé del espejo y cogí una chaqueta.

Volví a hacer el recorrido que llevaba haciendo hace unas tres semanas, caminaba por todas las calles posibles de Seúl en busca de una pista de Jungkook.

Le necesitaba, necesitaba saber si estaba bien, quería besarle, decirle que le quería pero era imposible porque no tenía ni idea de donde estaba y no respondía a los mensajes, ni siquiera los recibía.

Después de dos horas caminando volví a mi habitación y comencé a llorar como todos los días porque las voces de mi cabeza me repetían constantemente que todo había sido mi culpa, que había sido un egoísta por no haberle hecho caso a Yoongi y alejarme de él, ahora por mi culpa no sé dónde está Jungkook, ni siquiera había asistido a clases después de su expulsión de la residencia.



[...]


Limpié mis lágrimas una vez más. Había perdido ya la cuenta de las veces que había llorado pero no del tiempo que llevaba sin saber nada de Jungkook que eran veintitrés días.

La puerta sonó inesperadamente. Corrí al baño y me tiré agua en la cara para intentar disimular que no estaba llorando aunque el rojo de mis ojos me delataba sin ningún problema. Abrí y me encontré a Jin tras ella.

— Hola...— Susurré algo cabizbajo.

— No aguanto más.— Entró y se sentó en el borde de mi cama. Caminé tras él algo extrañado.

— ¿ A qué te refieres?

— Se donde está Jungkook.— Dejé de respirar por unos segundos después de escuchar esa confesión.


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Bueno empieza lo entretenido:))

Desde ahora en adelante ya volvéis a no saber que va a pasar jajajaj

Espero que os haya gustado

Seoul University  -  VkookWhere stories live. Discover now