C A P Í T U L O 23

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— Sube más el cartel imbécil.— Oí decir a Yoongi al chico de gafas al que molestaba todos los días.— ¡Taehyung! La novatada saldrá genial.—

Dos horas más tarde empezó la fiesta, específicamente la novatada, aquella en la que yo me vi afectado también en su momento pero era dirigida por mi hermano. La diferencia era que Jimin no te lanzaba harina y agua, no claro que no, era mucho peor.

— ¿Están todos? — Pregunté mientras veía a la gente bailar.

— Falta un tal Jungkook, el de nuestro pasillo.— Me respondió Yoongi gritando para que pudiera oírle mientras leía el folio que había robado a su padre donde ponía todos los que eran de primer año.

— Jeon Jungkook...— Bonito nombre pensé.— Estará con mi hermano y por la hora que es debería estar cenando.—

Nos dirigimos hacia la puerta del comedor y como si el destino quisiera que nos encontráramos apareció saliendo de aquel sitio, coincidiendo una vez más.

— Chicos hemos encontrado a otro novato.— Crucé mis brazos y le miré directamente a los ojos para intimidarle. Tenía cara de inocente sin saber cómo actuar para lo que estaba pasando. Como se opuso a acompañarnos, como era de esperar, le llevamos a la fuerza.

— Jimin tenía razón cuando dijo que erais unos idiotas.— Dijo Jungkook mientras se intentaba librar de su agarre.

— ¿ Jimin te dijo eso? Habrá que hablar con él seriamente después.— Y no era una amenaza tonta, hablaré con él después pero de una manera de la que le tengo acostumbrado.

Después de conseguir llevar al complicado Jungkook a la fiesta nos dirigimos a la parte delantera del escenario, donde analizábamos a los de primer año, estos inocentemente disfrutaron de una hora de música para que unos veinte minutos después fueran arrojados con agua y harina. Nos reímos, lo grabamos, nos burlamos y todo eso porque es lo que todo adolescente hace en esta juventud.

Mi reloj marcaba las tres de la mañana, volvía a mi cuarto cuando me encontré a Jimin por el pasillo camino de su habitación.

— Jimin...— Se giró sorprendido al oír mi voz. Aceleró el paso para llegar a su puerta y encerrarse pero le agarré del brazo.

— Quiero hablar contigo.— Dije mientras me reía y podía notar como Jimin comenzaba a temblar.

Tiré de su brazo hasta que lo metí en mi habitación y cerré la puerta con llave.

— Que haya vecino y no tengamos una habitación no va a impedir que suceda lo que va a suceder.— Me acerqué hacia Jimin mientras él retrocedía a cámara rápida.— Con que soy un idiota eh...— La espalda de Jimin chocó contra la pared dándole a saber que ya no podía huir más.

Agarré el cuello de su camisa y le acerqué hacia mí de manera muy brusca produciendo un fuerte dolor en su cuello. — ¿ No te acuerdas de que aquí no están papá y mamá?— Desvío su mirada para evitar hacer contacto con mis ojos.

Y segundos después recibió el primer golpe, un puñetazo en el pómulo derecho que le hizo tambalearse y provocó que al segundo le apareciera una mancha roja pero que a la mañana siguiente ya no estaría.

— T-Taehyung ya te pedí que me perdonaras... He cambiado.

Cerré mi puño aguantando la ira y le di un fuerte puñetazo a la pared muy cerca de la cara de Jimin lo que hizo que se sobresaltara. — ¡Me da igual que hayas cambiado! ¿ Quién va a cambiar lo que me hiciste de pequeño? ¡ Me arruinaste la vida por ser un puto egoísta!—

Me separé de él y caminé por mi cuarto mientras alborotaba mis pelos recibiendo todos los recuerdos de golpe de mi infierno de infancia. Un mini Taehyung apareció llorando, como hacía cada noche. Una imagen de mi padre pegándome porque Jimin se inventó que yo le había hecho daño.

Seoul University  -  VkookUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum