Capítulo 25.

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Henry.

Abro la puerta, y lo primero que nos recibe es un chirrido aterrador causado por las oxidadas bisagras, seguido a ello el ambiente asfixiante y el olor a bosque adentrándose por completo en mis fosas nasales. Me cercioro que Destiny no se haya despertado, luego entro con ella sobre mi espalda, con sus brazos alrededor de mi cuello y mis manos sosteniéndola por las piernas.

Todo es oscuridad aquí dentro, por lo cual enciendo el interruptor y una a una las luces se encienden. Quisiera no sentir que me asfixio por encontrarme aquí, en casa. Quisiera no sentir que soy la única persona capaz de regresar, encender las luces y darme cuenta, como una bofetada infinita, que ya no hay nadie más que reirá detrás de mí, que me dirá, como a un niño, que el hogar es donde están todos juntos.

Entonces entiendo, hasta ahora, el por qué todo me parece distinto: porque esta casa ha dejado de ser mi hogar desde que los perdí a ellos.

Suspiro, aun ante la puerta.

Recuerdo cada rincón de este lugar con exactitud; cada fotografía, mueble, florero hasta quizá alfombra. Recuerdo con lujo de detalle las veces que pise esta casa, las personas que entraban y salían de ella. Toda risa y llanto vivido en ese lugar está impregnado a mí como parte de mi piel.

Podría recorrer cada pasillo con los ojos vendados y no tropezaría.

En cada una de estas paredes se encuentra gran parte de mi verdad, y aunque no esté seguro de dejar a Destiny ver todo esto, al menos soy consciente de que no puedo dejarla atrás y privarla de un lugar en el que podremos estar seguros.

La llevo hasta una de las habitaciones de esta casa, la dejo dormida y arropada en la cama. Miro cómo se arrulla contra la almohada y no dejo de pensar en que todo es mi culpa, en que su sufrimiento a partir de ahora será mi carga y mi condena. Cuando lo salgo lo único factible que encuentro es tumbarme de espaldas a la puerta cerrada y comenzar a llorar.

Ya estoy cansado de todo esto; cansado de mentir, de callar para no herir... estoy cansado de arrastrar cadenas invisibles de un pasado que me pesa más que cualquier otra cosa. Estoy harto de esta mala vida que me estoy dando tan solo para lograr una meta que no me ayudará en nada; pero que sí me garantizará una paz que nadie más me podrá dar.

Esta no es la vida que me imaginé de pequeño, esto no es lo que quiero encontrar en un futuro al mirar atrás. Siempre he querido lo tradicional: una familia, trabajo, ser lo suficiente feliz como para no arrepentirme de nada. No tener que huir a altas horas de la madrugada por todos los problemas que me he montado encima.

—¿Henry?

Levanto la mirada del suelo y limpio mi rostro. Su voz se escucha asustada.

—Oh Dios...—susurra.

Me levanto y abro la puerta.

La encuentro de rodillas ante la cama, con su vista puesta en mí. Me reconforta un poco ver como su cuerpo se relaja al verme entrar. Después de todo me hace ver que guarda confianza en mí, que no espera que termine haciéndole daño.

—Creí que dormirías hasta tarde —le digo. Noto secuelas del llanto en mi voz.

—Y yo creí que iríamos a tu apartamento.

Estiro mis brazos señalando el lugar.

—Este definitivamente no es mi apartamento —intento bromear.

Destiny frunce el ceño, y entiendo que está disgustada.

—Lo siento, realmente lo siento —digo— no creí que me perseguían yo solo...

Hasta el Final #1 ✅Where stories live. Discover now