Capítulo 8.

215 27 7
                                    

Destiny.

Henry abre y cierra su boca ante mi pregunta. Lo he visto dudar, como si de un pronto a otro se haya dado cuenta que esto no está bien: que el que se encuentre aquí, conmigo, charlando de manera normal y sin presiones, está mal. Y por un momento no lo logro comprender el por qué, pero de un pronto a otro lo entiendo. Entiendo que no soy una de esas personas a las cuales decirles algo tan sencillo como sus razones para esconderlo todo.

Me remuevo ansiosa en mi asiento, él me mira con notable asombro y no puedo evitar sentirme incomoda por esta situación. Una situación que Lorraine ha causado, dejándome sin otra alternativa más que acompañar a Henry hasta aquí. Aunque, dejando de lado su gesto de asombro y la mirada que no aparta de mí; no ha sido tan vergonzoso como pensé sería al mirarlo. Porque sí, en esos tres días en que me permití no tener contacto con este hombre, pasé pensando en los diferentes escenarios en los que él y yo nos encontraríamos. Pero ninguno de ellos recreaba uno en el que sería el mismo Henry Lawrence quien se presentaría a mi trabajo para invitarme a cenar.

Genial, ¿no?

—¿Todo bien? —intento, porque callar más de dos minutos a una celebridad no debe ser algo bueno.

—Me has tomado un poco desprevenido con esa pregunta —dice, causando que me encoja de hombros.

—No quería incomodar —me disculpo.

Henry mueve sus manos, dejándome claro que no lo he incomodado.

—Solo es que lo estoy pensando —regresa a su lugar, apoyándose en su silla.

Lo veo pasar sus dedos entre las hebras de su cabello, y me abstengo de admitir para mí que esta vista que estoy obteniendo de él es digna de los dioses. Me ruborizo de solo pensarlo, genial, me estoy convirtiendo en una mujer hormonal por rodearme de un hombre así de apuesto.

—Puede que sí —responde después de unos minutos— no siempre es bueno callar, hay veces en las que ser el único sabedor de mis cosas es muy asfixiante. El tener que callar todo a entrevistadores también es un arma de doble filo, nunca sabes si puedes fallar en cualquier momento.

Me fijo en él, su cabello castaño, casi rubio, los rayos de sol que le dan al rostro y sus ojos en los cuales me reflejo. Habla lento, como si temiera decir algo que no está en su guion. Me fijo y los inspecciono lo suficiente porque lo que ha dicho tiene un sentimiento lúgubre de trasfondo, una angustia arrasadora que, de poder hacerlo, me levantaría y lo abrazaría para decirle que todo estará bien. Por un momento me quedo sin habla, porque me recuerda a mí, a cuando me daba miedo decir lo que me había sucedido. Lo inspecciono una vez más, apostando que me sé su rostro de memoria y porque me encanta la manera en que habla, no solo su voz, si no, la manera en que usa las palabras para expresarse.

—Lo dices como si tu verdad fuese el recuento para hacer explotar una bomba —contesto.

Sonríe, y es una bella sonrisa para admirar.

—Supongo, que hay verdades peores que una bomba —murmura.

Asiento ante sus palabras, y me pregunto qué tan grande tiene que ser su verdad como para esconderla de esta manera. No se sabe nada de él, el internet solo muestra lo que Henry ha querido que muestre: su profesión, su nombre... nadie sabe de dónde vino, ni quiénes son sus padres, si tiene hermanos o el instituto en el que estudió. Es tanto el misterio, que puede que ni ese sea su nombre.

Henry es como un fantasma que se rodea del mundo entero sin necesidad de contarles quién es o quién quiere llegar a ser. Tantas personas lo han visto por todos lados y tan solo saben su nombre. ¿Cómo puede alguien, al que todos miran, no mostrar ni un poco de lo que es?

Hasta el Final #1 ✅Where stories live. Discover now