Capítulo 15.

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Acepto la bandeja de comida que Wilson deja frente a mí, en la cama. Me sigue pareciendo intimidante, y el que nos encontremos en una misma habitación lo empeora. Bajo la vista hasta la comida, no quiero parecer una mujer paranoica y hacerle creer que soy una desquiciada, ya de seguro tiene bastante con la escena que monté desde un principio.

En la bandeja hay jugo de mango, huevos picados, pan tostado y crema de ajo. Mi estómago ruje hambriento ante lo delicioso que se ve. Aun así, no como, tan solo miro la comida, indecisa.

Sé que ya le he dado mi voto de confianza a Henry Lawrence, pero muy en el fondo existe ese sentimiento de duda. Estoy temerosa de haber aceptado y al final acabar peor que ahora. No quiero morir, no quiero echar mi vida como adulta a perder, mucho menos quiero ir a la cárcel o aun peor, acabar mirando como mis seres queridos mueren.

—No la he envenenado, son simples huevos picados con sal —levanto la mirada ante la fina y dulce voz que se escucha.

Me encuentro con un par de ojos verdes mirando a mi dirección. Debo decir, que la voz de Wilson es muy tranquilizante, es como un leve susurro al oído, eso lo hace ver menos peligroso.

—No he pensado en ello —le contesto.

—Muchos menos te asesinare y cortaré en pedacitos.

Bueno, eso sí que lo he pensado.

—No puedo sentirme cómoda con un desconocido mirándome —confieso.

—Pues deberás aprender a hacerlo, no pienso perderte de vista hasta que Henry regrese —se descruza de brazos y camina con tranquilidad hasta un pequeño sofá cerca de la cama— a partir de hoy soy tu guardaespaldas.

Agradezco el no haber estado comiendo, porque de hacerlo me estaría atragantando ante semejante revelación.

—No necesito...—me reservo las palabras, frustrada— bah, diga lo que diga no cambiaré nada.

Wilson se encoje de hombros, toma una revista al pie de la mesita de noche y me deja comer con tranquilidad. No sé quién se supone que sea Henry, me idealización del hombre reservado ante su vida famosa ha cambiado a una nada. Puede que sea peor de Taboa y yo esté aquí, sentada en la que supongo es su cama, comiendo de la bandeja no envenenada de mi guardaespaldas.

¿En qué punto de mi vida salte a esto? ¿Cuándo dejé de ser una mujer ordinaria con problemas de adaptación a ser la protegida de un famoso? Esto del misterio y el peligro no es algo que vaya conmigo y aunque haya cedido a todo ello me encuentro llena de nervios.

Estoy entrando de ojos cerrados a un lugar oscuro.

Ese lugar es Henry y todo lo que él pueda ser.

***

Cuando Henry regresa al departamento me apremio por haber perdido un poco de miedo hacia Wilson, después de todo, este hombre vendrá detrás de mí todo el día.

—Toma —Henry sostiene una de mis manos y deja mi celular en ella— te he dado mi nuevo número, al igual que otros contactos en los que puedes confiar, no dudes en llamar si notas algo raro, de igual manera yo estaré llamando para saber sobre ti.

Mira por sobre su hombro, dando con Wilson.

—Él te llevará a casa todos los días, irás y regresarás con él de tu trabajo —respira hondo— no está de más pedirte que confíes en mí.

Me remuerde un poco la conciencia el mirarlo a sus ojos y recordar el sentimiento de angustia que me persigue. Henry lo sabe, sabe que aún no confió de lleno en él. Pero tampoco es que se trate de mí yendo a denunciarle, no.

Hasta el Final #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora