Capítulo 21.

185 18 2
                                    

Henry.

La conferencia hace que me dé vueltas la cabeza, todos hablan y hacen preguntas al mismo tiempo, no hay descanso; el bullicio aumenta con el pasar de los minutos, al igual que el pitido que insiste dentro de mi cabeza. Me siento perdido, tanto que mis compañeros de equipo responden todas las preguntas que pueden, sin mí. Aun así, nadie pasa por alto el hecho de que no doy ni una sola palabra a los reporteros, por lo cual, más y más personas se lanzan sobre mí, preguntando sobre mi misterio y todo lo demás. No cabe recalcar que de igual manera los ignoro, no tengo nada que decir. O al menos, no quiero decir de algo.

—Debo irme —el representante del equipo me detiene.

—No puedes irte, Henry ¿qué dirán los medios el día de mañana? No querrás ver tu mal comportamiento reflejado en la portada de una revista.

Trago fuerte. Lo miro directo e intento no soltarle todo mi enojo encima. Quisiera decirle que nunca me ha importado lo que digan, que nunca me he sentado a leer lo que escriben y mucho menos lo que inventan. Estoy cansado de fingir que me duelen cosas que en realidad no lo hacen tan solo para cubrir las que en verdaderamente me importan y destrozan.

—No será la primera vez —contesto— además, de igual manera inventarán de cosas. Simplemente no puedo, me voy.

Me duele la cabeza, tengo náuseas y un horrendo mareo. Uno de mis guardaespaldas se levanta de su lugar, y se acerca a mí en medio del pasillo. Ignoro el llamado de los periodistas, de mi representante y del resto del equipo. Debo salir de aquí lo más antes posible, siento que podría caer en cualquier momento.

Mi guardaespaldas abre la puerta del auto, siento flashes por todos lados, estoy siendo fotografiado, me aturden.

—¿Los alejo, jefe?

Niego con la cabeza.

—Solo llévame a casa.

Subo al auto y él cierra la puerta detrás de mí. Cuando el motor arranca y nos encontramos lejos de la sala de conferencia, me tomo el tiempo de respirar hondo y masajear mis sienes. Ya van dos días desde que vi a Destiny, y debo decir, que tengo esta incesante necesidad de mirarla otra vez; de hablarle, tocarle, de confesarle todo lo que en mí duele y lo que no. decirle que llevo sintiéndome entumecido desde que mi vida dio un giro tan grande que aún no lo supero.

Estoy consciente que no quiero saber qué es lo que sucede entre nosotros, definirlo me haría convertir todo esto aún más verdadero, y temo que, si eso sucede, mi realidad podría opacar la de Destiny, y no de una buena manera.

Mi celular vibra. Lo tomo, se trata de ella.

( Wilson ha desaparecido, no ha llegado esta mañana y no está fuera del edificio. ¿Le diste día libre? )

No le contesto, tan solo me apresuro a marcar el número de Wilson. Me envía a buzón todas las veces que intento acceder a una llamada. Cuelgo, vuelvo a llamar y tras recibirme nuevamente el buzón, vuelvo a colgar para esperar y llamar. Cuando voy por el quinto intento la contestadora me anuncia que el número ha sido deshabilitado. Doy un largo suspiro, liberando la tensión. Esto no puede estar sucediendo.

No quiero pensar lo peor. Pero tengo una muy grave sospecha. Y solo Paul me puede ayudar.

—¿Makensey?

—Lawrence, ¿todo bien? —escucho sus pasos a través de la línea— Esperaba tu llamada ayer.

La llamada, lo he olvidado.

—Todo bien —miento, se me da excelente— ¿Qué tal todo por allá? ¿Tienes mi encargo?

Comienzo a sudar a pesar de tener el aire acondicionado del auto dándome de frente, me siento exhausto. No sé qué me está sucediendo, pero sí sé el por qué me sucede.

Hasta el Final #1 ✅Where stories live. Discover now