FÉNIX EL HEREDERO DEL INFRAMUNDO

Cap 37 El Principio del Final 1

Entonces ya todo estaba casi listo, Jápeto últimaba detalles para dar el golpe final, ese tiro de gracia que cambiaría el Cosmos para siempre.

Afortunadas criaturas que gozaban de la ignorancia, ya que, el golpe caería sobre ellos, serían extintos y nisiquiera se darían cuenta de los horrores que en pocas horas serían desatados. El infierno literalmente sería liberado, los secretos ocultos tras las puertas del Tártaro estaban a punto de despertar, después consumirian todo sin dejar nada a su paso y luego llegaría su Salvador, Jápeto les daría el veneno y el antídoto, luego sería tan amado por unos, pero odiado por otros y resurgiria el Cosmos tal como el lo soñó.

***

Géminis ingresó Tambaleante al lugar donde Fénix yacía, se permitió observarle por algunos minutos y derramó lágrimas silenciosas al darse cuenta que después de esto era difícil sino casi imposible que él la perdonara. Ella lo había enviado a un sueño consciente y todo fue por una razón. Ella sí pretendió darle una oportunidad al amor, ella si pretendió entregarse a Fénix y vivir para siempre a su lado, solo que una cosa es lo que quieres y otra lo que él cruel destino desea que suceda.

Hades había generado la duda en ella con su visita, gracias a él ella tomó el camino del perdón, pero antes de hacerlo quería estar cien por ciento segura que él no la había traicionado y por ello tomó la imagen de Apolo para averiguarlo, solo que antes de salir fue interceptada por su padre, ese ser en el que ella realmente jamás confío. Jápeto era malvado, no había en su ser ningún restigio de bondad. Todos los seres tenían tanto luz como oscuridad y estaba en cada quién decidir hacía qué lugar mandar la balanza. Sin embargo, Jápeto sólo albergaba odio, orgullo y soberbia. Solo deseaba poder y tomaría ese poder sin importar sobre quien tendría que pasar.

-Te vas. _Dijo Jápeto mientras se acercaba a su hija. _Vas a traicionarme. _No fue una pregunta, era una clara afirmación.

Géminis permanecía en silencio, ella tenía el poder pero su padre era astuto y aún seguía siendo un Titan por ello no se fiaba de esa tranquilidad.

-Sabes una cosa Géminis, pensé que al unir la locura de tu madre con mi grandeza saldría un ser implacable y decidido, pero no.
Llegaste a este mundo sufriste lo insufrible, conociste el lado perverso de todo y aún así no fue suficiente para que te dieras cuenta que el Cosmos tal y como lo conoces debe desaparecer, que el amar es solo una debilidad que te llevara al fracaso. Entonces hija mía como ya has decidido yo te daré ese empujon que te hace falta para que recapacites.

-¿De qué estás hablando? _Preguntó Géminis suspicaz.

-Habló de que es hora de que devuelvas lo que es mío y que además hagas exactamente lo que yo te diga si no quieres ver morir a la querida hermana de ese despojo de guerrero por el que piensas traicionarme.

Geminis quedó congelada en el lugar, entonces Jápeto tenía a Jade, este le reveló con una sonrisa maligna y gran satisfaccion todo lo que había hecho mientras ella se debatía entre ese resentimiento y el gran amor que tenía por Fénix.
Su padre había tomado el Tártaro y también a la hija de Hades, las instrucciones eran claras, ella tenía que traerle a Fénix y luego despojarse de todos sus poderes pues ya su padre había hayado la forma de tomarlos de nuevo, solo que esa forma implicaba su muerte.

Geminis le reveló todo a Fénix pero lo hizo mientras este yacía dormido, ya que, esa era la única forma de que él la escuchara sin atacarla primero, no lo culpaba de hecho ella también se odiaba por haberse dejado cegar por el poder, por no haber luchado a toda costa con ese deseo de cobrarse todas la humillaciones, pero ya de que valía flajelarse cuando el final estaba tan cerca y la oportunidad de salir bien de esto era casi nula. Sin embargo, aunque ya su padre se había hecho de casi todo el poder ella tenía claro que sólo se deja de luchar cuando estas muerto y ella aún respiraba, con dificultad pero lo hacía.
Entonces sin esperar más respiro profundo y envío la orden.

Fénix se levantó del letargo con la fuerza renovada, la rabia lo tenía casi ciego, sin importar nada empotro a Géminis contra una pared y poso sin cuidado una de sus grandes manos en el frágil cuello de la mujer.

-Demonio, eres un maldito demonio, que planes oscuros tienes, ahora que clase de engaño tienes preparado para mi. _Siseo Fénix mirando con odio esos ojos que a la vez tanto amaba.

Géminis no dijo nada, de todos modos que podría decir, él tenía todo el derecho de estar enojado, de odiarla como se veía que la odiaba, ahora estaba en él sacar viva a su hermana del lugar, pues a ella ya le quedaba poco tiempo, una sesión más con su padre y el dolor por fin acabaría.

***

-Fénix se ha liberado. _Manifestó Hipnos mientras se materializada en la sala del Olimpo.

-Lo he sentido. _Respondió Hades sin intentar ocultar el alivio, ya que, sabía que su hijo haría todo lo que estuviera en su mano para salvar a Jade.

-Entonces que estamos esperando, es hora de joder a ese malnacido. _Dijo Adara ganándose una mirada divertida de su esposo. Ella más que nadie sufría por sus hijos y estaba ansiosa por tener a Jápeto en frente.

Dioses, diosas, y criaturas de todo el Cosmos fueron convocadas para la gran batalla pues era el momento de recuperar el orden, era el momento de mandar a Jápeto a donde pertenecía.