Cap 33 Elijeme

4.2K 608 42
                                    

Fénix miraba contrariado a Géminis, se preguntaba hasta donde habría sido capaz de llegar si él no hubiese llegado, no comprendía el por qué había arremetido contra Afrodita y tampoco era el momento de indagar teniendo en cuenta el estado de alteración en el que estaba su chica.

-Yo te amo con todas tus facetas. _Se escucho decir al guerrero.

-No mientas. _Respondió Géminis.

-No miento, no soy dueño de lo que siento, tampoco decidí amarte como te amo solo paso, en cambio tú si decidiste ser lo que eres ahora. _Se atrevió a decir Fénix a sabiendas de que quizás ella se iría.

Ella se iría de nuevo y ese pensamiento le aterraba.
Se alejaría tal como lo hacía siempre que era confrontada pero se negaba a dejarla marchar de nuevo, ella tenía que enterder así fuera a la fuerza que él la amaba, ella tenía que elegir de una vez y se negaba a no ser elegido. Entonces cuando Géminis se dispuso a desaparecer él actuó rápidamente tomándola del brazo logrando con esto ser transportado con ella a donde fuera que se dirigiera.

Fénix divisó oscuridad, no había luz en el lugar en el que estaban, sólo reinaba el silencio y una espesa niebla. No la divisaba pero sabía que estaba allí, ella guardaba silencio y también distancia.

-¿Qué es este lugar? _Se atrevió a preguntar el guerrero mientras trataba de adaptar su visión.

-El fin del mundo. _Dijo ella en un susurro.

-¿Por qué me has traído a este luga?

-Dijiste que me amabas con todo lo que soy, esto es gráficamente lo que soy, oscuridad. _Explicó la joven con amargura.

-Eso no es verdad, yo tuve la oportunidad de ver más allá, tú quieres creer que no tienes opción ni salvación, pero yo elijo creer diferente. Elijeme a mí Géminis, escapa conmigo, vámonos juntos a otro lugar y empecemos de nuevo.

De la nada la oscuridad desapareció revelando el verdadero lugar en el que se encontraban, un hermoso jardín silencioso y alejado de toda la mierda que los perseguía.
Él la vio sentada cerca del acantilado mirando la lejanía con ese gesto tan triste.

-Eres poderoso pero ingenuo, nosotros nunca podremos escapar de nuestro destino, somos lo que somos y no podemos evitarlo.

-Si es ingenuidad tener esperanza entonces soy el más ingenuo de todos.

-Esperanza Fénix, ¡esperanza!, mírame, es que acaso no vez, acaso eres tan ciego para no darte cuenta.

-Te miro y solo puedo ver a un ser confundido, tú no quieres seguir las órdenes de tu padre Géminis, solo quieres convencerte de que es tu destino, pero sabes algo, por más criaturas sobrenaturales que seamos por más protectores o destructores del Cosmos tenemos derecho a renunciar. Renuncia y elige amarme.

Géminis miraba a Fénix con anhelo, cuanto le gustaría poder decirle que si, pero en definitiva su príncipe desterrado a pesar de verse tan tosco era un enamorado del amor, él confiaba en que ese sentimiento podía con todo, pero que equivocado estaba. Ojalá esta fuera una historia de amor con un final feliz, ojala fuera tan fácil pero él ignoraba muchas cosas y esas cosas eran exactamente lo que nunca permitiría que sus sentimientos pudieran ser liberados.

-Te amo Géminis, te amo como nunca he amado. _Dijo él desterrado mientras se sentaba al lado e la joven. - Permitente demostrarte que tan grande y honesto es este amor.

Géminis no pudo detener el temblor que le generaban las palabras profesadas por su guerrero, a quién quería engañar, ella también lo amaba, le amaba con un sentimiento fuerte y enfermizo. Enfermizo porque todo su ser se sentía atraído hacia él, hasta ese lado demonio le amaba y la fuerza de ese sentimiento podía ser devastadora para ambos.

-Entonces ámame ahora. _Dijo ella rendida ante la mirada de súplica del guerrero.

El pecho del guerrero se hinchó de emoción al escuchar la respuesta de su diosa, no lo pensó, no espero a que ella cambiará de nuevo de opinión y cerró el ligero espacio que los separaba, luego selló sus labios con un beso lleno de anhelo.
Como extrañaba esos labios, como extrañaba el intenso sabor de los labios de su demonia.
Que el Cosmos se apiadara de él pues no sabía como iba a hacer si ella no lo elegía, escogería la destrucción eterna de eso no cabía duda, él no podía estar por más tiempo alejado de su vida.

Géminis profundizó el beso, deseaba sentirlo en todo su ser, conectar como solo ellos podían hacerlo y ser uno solo. Usando sus poderes los materializó en un lugar secreto apartado de todo y de todos, la tierra sería testigo de su entrega.

Él mundo humano poseía lugares escondidos de la destrucción de sus habitantes, allí profundo en la tierra se hallaban socavones y cuevas llenas de misticismo y magia. Ese era el lugar adecuado para entregar su cuerpo de nuevo a quién le pertenecía. Separándose momentaneamente del guerrero y ante su profunda e intensa mirada se desnudo para él, la lujuria hizo su aparicion y el rugido casi animal del guerrero avisaron de su pérdida de control, cómo un animal acorraló a su presa y deshaciendose de su propia ropa se admiraron, ambos tan hermosos, ambos tan oscuros, tan fragmentados por los golpes de la eternidad.

-Voy a hacerlo Géminis, voy a demostrarte cuando te amo. _Prometió el guerrero con voz ronca.

Ella sonrió perversa y se lanzó a sus labios devorando y reclamando lo que por derecho era suyo.

Se amaron, se devoraron, los gemidos dominaron el silencio de la cueva, los gritos de placer convinados con el choque de dos cuerpos que puganaban por demostrar lo que las palabras no alcanzaban a expresar.

Él la hizo suya, ella lo reclamo como propio, pero cuando hay tanto odio y resentimiento no hay cabida para los finales felices.

Fénix y Géminis tal vez estaban cerca de enterarse que la felicidad puede ser efímera.

***

-Te dije que no debías confiar en ella, eres un idiota Jápeto, que lástima me da ver al despojo de titan en el que te has convertido.

Perséfone destilada veneno, pretendía convencer al titan de la traición de su hija. Sin embargo, ninguna de sus palabras lograban causar reacción alguna y esto la enfurecia aún más.

-Responde maldita sea, que vas a hacer al respecto esa estúpida esta con el hijo de nuestros enemigos, ella se unira a ellos y tú aquí sin hacer nada.

-Bien, si quieres que te responda aquí voy querida. _Dijo Jápeto con burla en su voz. - Tú hermosura se compara con tu estupidez, eres tan tonta, tan hueca que no te das cuenta de nada.

Las palabras de Jápeto y la forma en que las pronunció sólo procuró en Perséfone aún más ira.

-¡Como te atreves a insultarme, no olvides que gracias a mí esta libre, gracias a mí tienes la forma de recuperar tus poderes! Me debes Jápeto que no se te olvide!

-Y como podría olvidarlo si me lo recuerda día a día. _Dijo el titan con calma.

-Aún no entiendo como puedes estar tan calmado, haz algo Jápeto, me niego a ser la burla de Hades y Adara.

-Tú ya fuiste la burla de los reyes del Inframundo y fue gracias a tu propia estupidez. _Respondió Jápeto mientras bebía tranquilamente una copa del delicioso vino de Dionisio.

-Dame mi venganza, paga tú deuda lo has prometido.

-Y pienso cumplirlo, calma mujer, todo se ha dado según mis planes. _Habló Jápeto miéntras una sonrisa malvada se dibujaba en su rostro.

Ni la misma Perséfone conocía los planes del titan, él desde que fue liberado sólo iba soltando información según se le apetecía y su actitud le cabreaba y asustaba al mismo tiempo.

**Volví.... Hola..... He estado un poco alejada pero eso no quiere decir que voy a abandonar las historias ni mucho menos.
¡Aquí estoy aquí me quedo, he dicho caso cerrado!
Comenten please, amo leerlos.
Fin del comunicado**

FÉNIX EL HEREDERO DEL INFRAMUNDOWhere stories live. Discover now