Capítulo 8 2.0

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ANDREW

Me importaba una mierda la conversación. Así de claro. El único objetivo estaba fuera de mi campo de visión, pero me las ingenié para mirarla por el rabillo de ojo hasta bizcarme, en algunas ocasiones, como un puto gilipollas. Cerraba los ojos y me los restregaba como si estuviera recién levanto. Samantha me miraba con el ceño fruncido preguntando si me encontraba bien y yo asentía, sin decir nada más.

Nuestros pedidos no tardaron mucho en llegar, algo que nos sorprendió dado que el local, con su rústica anticuada, estaba repleto. Habíamos tomado lo que caracterizaba al lugar: unos sándwiches untados de queso azul con unos batidos que te llenaban a los dos tragos. Samantha se decantó por una coca-cola y a mí se me quitó el hambre cuando escuché cómo Simon le preguntaba a Lea si quería probar su queso azul. El muy capullo me cabreaba no solo porque era un buen tío, sino también por conseguir engatusar a Lea con esa gentileza. ¡Joder! El niño rico no parecía perfecto, el problema es que era perfecto.

Y me reventaba a más no poder.

Por ello, decidí dejar de mirar a Lea y cómo las puntas de su pelo le acariciaban los antebrazos. Por un segundo, fui capaz de distinguir cómo la luz, que estaba encima nuestra, le provocaba unas mechas extrañas que iban del rubio al cobrizo en dependencia de sus gestos y movimientos de la cara.

Fijé mi mirada en la pantalla plana que había en una de las paredes del local. Perdí unos diez segundos en calcular de cuántas pulgadas era hasta que Simón me dijo:

-Andrew, -empezó y sonreí por el respingón que sobresaltó a Lea, aunque Simon se tomó mi sonrisa como una señal de que me importaba lo que quería decir. -¿Te has dado cuenta de que casi todos los nombres de los equipos de Seattle empiezan por S?

Lou se atragantó un poco con su batido de fresas y yo cubrí mi sonrisa bebiendo un trago del batido de Sam. Sabía que Simon era aburrido, pero nunca llegué a pensar en cuánto me podría aburrir con él en una simple pregunta. Lo miré, (a Lea esta vez no, porque no quería demostrarle que estaba hasta las cejas de celoso) y me sentí un poco culpable de odiarle tanto. Me miraba de un modo amigable, como si estuviera brindándome una birra en medio de un bar cualquiera. Sabía que era buen tío, solo tenía a la chica que no debía.

-No, la verdad es que no me había dado cuenta.- le dije, sin mentir. Me gustaba muchísimo el deporte, sobre todo el fútbol americano.

-¿Qué me estás contando, Simon? Si el equipo de beisbol es Marines y el de fútbol es Reign.

-Dije casi todos Louise, no todos. De los cinco equipos, tres empiezan por s y me parece curioso.

Yo lo estaba mirando y por ello fui consciente de la sonrisita de Lea como si estuviera orgullosa o algo así. Me removí en mi asiento y me mordí los labios, disipando todas las palabras que quería y no podía decir en aquel momento.

Dafne, con su característico humor, terminó la conversación alegando que era de muy mal gusto hablar de algo en lo que no podía participar. Me reí y observé con Louise la abrazaba por los hombros, como disculpándose antes de decir:

-Simon, el equipo de hockey hielo tampoco empieza por s.

Dafne gruñó y Samantha se rió por primera vez desde que nos habíamos sentado, lo que provocó que Lea mirase en mi dirección. Mentiría si dijera que aquello no me gustaba; es decir, me encantaba cómo rehuía de mi mirada porque eso significaba algo. Por mínimo que fuera ese algo, mi corazón se aceleraba como un quinceañero. Levanté la cabeza en su dirección y sonreí discretamente cuando bajó la mirada tan rápido que no pudo darse cuenta de que ella era mi objetivo.

Ella no había pedido nada, tan solo un batido de chocolate que le hacía un pequeño bigote en el labio superior. Bufé por lo bajo. Parecía un maldito acosador en su máximo esplendor y volví a mirar la mesa, después la tele en la pared. Ahora estaban pasando el resumen del partido del día anterior y volví a ver los mismos puntos, las mismas tácticas, los mismos pases maestros. Mi equipo cuyo nombre empezaba por S era la puta hostia.

Durmiendo a su ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora