CAPITULO 16

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-Umm... no. Andrew no se encuentra, se ha dejado su teléfono.- le contesté, tragándome el nudo en la garganta.

-¿Quién eres? ¿Samantha?- preguntó, con una voz más segura. Ya no tenía esa voz que le temblaba, como al principio. Apreté fuertemente el móvil contra la palma de mi mano y la oreja, irradiando rabia pura. ¿Quién era esta mujer y por qué preguntaba por Samantha?

-No... eh, yo... ella... ella tampoco está. – dije, tartamudeando.

-¿Y quién eres?- insistió.- Tu voz no me suena.

Tragué saliva, intentando pensar en una respuesta.

Soy Lea, la chica que se come a besos a Andrew por las noches.

-Soy Lea....- tragué nuevamente.- Soy amiga de Andrew. ¿Quién es usted?- me atreví a preguntar, aunque muy en el fondo sabía que no debía meterme en la vida de Andrew pero, la curiosidad me dominaba.

-Soy su madre, Gina.- contestó de forma alegre.

Me quedé en silencio sin saber que decir nuevamente aunque sí... Quería saber todo lo posible sobre el chico que me hacía perder los sentidos.

-Encantada Lea. Andrew nunca me ha hablado sobre ti.- volvió a hablar.

Algo me molesto. Me dolió. Y sabía, en ese momento, que era una tontería pero, me dolía. Ignorando mi malestar, iba a hablar pero, ella prosiguió. 

-Lo he llamado para decirle que el sábado por la tarde si podía ir a almorzar a su casa. –Prosiguió, rápidamente.

Solté un suspiro, otra vez, quedándome en blanco. Esta conversación me estaba costando y no sabía por qué. Las manos me estaban empezando a sudar y tenía los músculos contraídos, sin sentido.

-¿A almorzar?- le pregunté, extrañada después de unos segundos.

-Sí. Él me llamó el viernes y quedó conmigo pero, no sabía si podía ir pero, ya sé que puedo pasarme por su casa.

-Ah.- solté, casi en susurro. 

-A las dos me dijo él. – dijo, de repente.

Por alguna razón quería caerle bien y darle una buena impresión pero, no podía decirle que sí cuando su hijo no me había dicho nada, cuando su hijo no habla nunca de ella, cuando su hijo me había dicho que no éramos nada...

-Pero es que...-dudé.- Andrew no me ha dicho nada y yo no pue...

-Andrew es reservado y tiene mala cabeza.- dijo, riéndose entre dientes . Sonreí y relajé mis músculos.

-Ya, ya lo sé.- le dije dulcemente.- pero, es que no puedo decirle que sí cuando no sé si su hijo podría.

-Pero si él mismo me ha dicho que a esa hora.- dijo, soltando un suspiro.

-Mire, llámelo por la noche. Él suele llegar a casa a las nueve o diez. – le dije, esperanzada de que lo aceptara.

-De acuerdo.- dijo después de varios segundos, soltando otro suspiro. Me mordí el labio, repitiéndome mil veces que no debía decirle que sí aunque poco me faltaba. Su voz era tan dulce y suave...

-Gracias, espero que me entienda.- le dije al escuchar su respuesta. Ella se rió suave y me hizo sonreír de nuevo.

-Sí, te entiendo. – dijo con una voz más alegre. – un placer conocerte Lea... aunque solo haya sido por teléfono. Espero conocerte personalmente, pronto. 

-Igualmente. Y no se preocupe que, yo le digo a Andrew que llamó. – le dije, antes de que colgara.

-Vale. – respondió, segundos antes de escuchar como la llamada acababa. 

Durmiendo a su ladoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz