CAPITULO 45

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Ozarks era un lago, situado en las afueras, rodeado de un espesa naturaleza e incluidos los animales pero, a pesar de tenerle un poco de miedo a los bichos desconocidos, la idea de ir se me hacía cada vez más apetecible.

Cameron nos recogió en la puerta del hotel donde nos habíamos quedado la vez anterior. Gina y Ally insistieron en que Andrew debía quedarse en casa y que alquilar una habitación, teniendo una casa a tan solo calles, era un gasto innecesario pero, Andrew seguía firme. Seguía con la misma excusa: Demasiados recuerdos en una misma habitación.

La frase me rebotó en la mente durante toda la noche y estuve a un paso de peguntarle lo que se escondía detrás de esas palabras pero, no quería que el día se fuera al garete solamente por mi curiosidad. Andrew siempre era así y me molestaba. Cada frase que salía de sus labios, era algo que llevaba doble sentido. Estar con él era como jugar a los acertijos y era agotador.

Gina tampoco preguntó pero, ella sabía el motivo. Ally tan solo asintió y me dieron a entender que la única persona que estaba alejada de la realidad, de lo sucedido, era yo.

Samantha seguía allí pero, ni siquiera colocó un pie en casa de Gina cuando nos vieron llegar, al salir del bar.

El cuatro por cuatro de Cameron era antiguo pero, como dijo Andrew, aún caminaba como la seda. Sus ojos verdes se iluminaron al ver el coche de su amigo y casi conduce por él.

La carretera se extendía a lo largo de mis ojos como si no tuviera fin. No había tantas curvas pero, la naturaleza nos empezó a rodear dándonos a entender que aquello era puro. Bridget y Jane se encontraban a mi lado, intercambiando comentarios con Andrew y Cameron delante.

-Veniamos aquí cada domingo.- me informó Cameron. Andrew, a su lado, asintió, recargando su brazo en la ventanilla completamente abierta. Su pelo se ondeaba con el viento y por sus mejillas regordetas supe que estaba sonriendo abiertamente.

-Era como una especie de ritual.- me dijo Bridget.

Le sonreí, volviendo mi mirada a mi ventanilla. El aire que entraba por la ventanilla de Cameron, me molestaba, provocando que mis ojos empezasen a arder a causa de la brisa pero, a pesar de eso, me gustaba la sensación del impacto contra mi piel.

Los arboles verdes y altos seguían pasando a mi lado a toda velocidad mientras el sonido del viento se unía con una melodía que desconocía. El ritmo me gustaba y de alguna forma me hizo sonreír, viendo mi entorno.

-No recordaba que estaba tan lejos...-dijo Andrew, de repente, mirando a Cameron.

-Solo faltan un par de millas. –le dijo, sonriendo.

Un par de minutos después, doblaba a la izquierda, metiéndose en un camino de tierra. La cabeza de Andrew se balanceaba de un lado a otro a causa de los obstáculos y me hizo sonreír.

-¡Lea!- me llamó, Cameron, justamente cuando mi dedo presionaba el botón para sacarme el cinturón y él apagaba el motor. –Bienvenida a Ozarks.

Le sonreí a su cálida mirada y bajé, detrás de Bridget. El coche estaba aparcado en lo que suponía que era una especie de parking dentro del bosque. Mis pies crujieron y Andrew me sonrió, agarrando la mochila que habían preparado para pasar la mañana allí.

Cameron llevaba otra y una especie de nevera. Bridget y Jane lo siguieron y, segundos después, agarré la mano de Andrew. Caminamos por el sendero creado, escuchando el silencio y como Cameron discutía con Jane sobre el camino.

-Tranquila Lea.-me susurró, Andrew, sonriendo.- Estoy segura que Cameron se sabe el camino.

Asentí, aliviada. Jane seguía diciendo que debíamos girar hacia la derecha y seguir el sendero. Cameron rió y Andrew intervino.

Durmiendo a su ladoWhere stories live. Discover now