Despierta.

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Laia POV:

Cuando me levanté Ross ya no estaba a mi lado. Sorprendentemente sentí un resquicio de decepción, aunque quedó oculto con el alivio. No había tenido más pesadillas en toda la noche y había dormido bien, lo que era algo sorprendente. Me quité las sábanas rápido y bajé al piso de abajo con cuidado. Aún sentía los puntos tirantes en la pierna y debía tener cuidado, aunque según me habían dicho en el hospital, podía hacer vida normal. Temía que Ross se hubiera marchado sin decir nada, pero le encontré en el sofá con la televisión encendida y su móvil en la mano. Parecía que se acababa de levantar y aún se estaba espabilando.

—Buenos días— le saludé.

Él se volivó y sonrió levemente mientras yo me apoyaba en la parte de atrás del sofá.

—¿Estas bien?— le pregunté

—Claro— contestó— He dormido estupendamente y eso que llevo la ropa desde ayer—

— Puedes usar el baño si quieres, ya sabes, darte una ducha caliente. Puedo prestarte ropa, ¿sabes? Tengo un hermano mayor que ya no vive con nosotras, dejó practicamente todas sus cosas en su habitación. Puedo prestarte algo. —

Ross me miró sorprendido. Todo el mundo se sorprendía cuando mencionaba que tenía un hermano mayor. Sobretodo porque nunca hablaba de él, ni parecía muy emocionada cuando lo hacía.

—Esta bien, gracias, una ducha no me vendría nada mal.—

—Puedes usar mi baño, te dejaré la ropa fuera.Hay toallas limpias en el armario de dentro.— dije mientras iba hacia la cocina.

Escuché como Ross volvía a subir las escaleras y yo maldije en mis adentros. Aquello había sido malditamente incomodo. Bueno no tan incomodo en realidad, solo que me resultaba raro que en realidad me pareciese normal que Ross estuviese allí en mi salón recien levantado y medio despeinado. Y habíamos dormido juntos. ¿Qué significaba aquello?

— Ai Laia, solo te metes en problemas— susurré para mi.

Miré el movil que había bajado conmigo. Hacia cómo un día y medio que no lo había usado y cuando lo encendí los mensajes y las llamadas se sucedieron uno tras otro en una desagradable sintonía. La mayoría de las llamadas eran o bien de Evelyn o bien de Ethan o bien de Gabriel. Los mensajes más de lo mismo, todos pidiendo que respondiese sus llamadas y pidiendo perdón, Gabriel pidiendo explicaciones y demás rollos. Dejé el móvil sobre la mesa frotándome los ojos con la mano. Hoy tocaba vuelta a la rutina. Volver a ver a Evelyn, volver a verla e intentar no escuchar sus palabras hirientes en mi cabeza, volver a ver a Gabriel y tener que contarle todo y soportar sus comentarios de ánimo e incluso volver a ver a Ethan con el que había acabado tan mal. Escuché el agua correr en la ducha de arriba y suspiré. Sería mejor que preparase las cosas de Ross y me empezase a duchar yo misma o llegaríamos tarde al instituto. Aún no sabía qué pensar de Ross, ni qué pensaba él de mi. Recordé a Ross en su coche la tarde anterior con lágrimas en los ojos y luego le recordé dormido en mi cama, aún con la ropa del día pero con una expresión de paz que me asombró tanto que simplemente me dejé llevar ¿que otra cosa podía haber hecho? Sin embargo aquello se había ido un poco de las manos y lo que necesitaba en esos momentos era volver a la normalidad. Volver a mis días aburridos de ir al instituto con Gabriel y Evelyn y las tardes estudiando o viendo series o leyendo o haciendo cosas normales. La normalidad... ahora sonaba taaaan bien. Demasiado bien para ser verdad.

Ross POV:

Cuando asomé la cabeza fuera del baño sentí el frío de la mañana en la habitación. La puerta estaba cerrada y sobre la cama ya hecha estaba colocada pulcramente una muda de ropa formada por unos pantalones negros y un jersey oscuro. Suspiré y me acerqué a la ropa agarrandola y volviendo al calor del baño generado por el vapor del agua.

El ladrón de mi diario.Where stories live. Discover now