32: El error

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Era una noche calurosa del 2 de julio

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Era una noche calurosa del 2 de julio. Había hamburguesas asándose en la parrilla del balcón. A su hermano se le había antojado cocinar para la cena, lo planificó temprano, y ella pasó el resto de la tarde visualizando un sándwich de doble carne y mucho queso cheddar entre sus manos. Pero se quedó dormida alrededor de las siete y despertó tres horas después con hambre. Dejó la habitación atrás. Caminó con sus calcetines blancos, eran largos, pero el izquierdo no estaba estirado. Su estómago habló cuando olfateó el delicioso aroma que provenía de afuera. En el balcón encontró a J.J., Olimpia y Gael. Emma los notó felices, tenían una conversación fluida y aparentemente graciosa. Fue directo a sentarse en una silla acolchonada frente a la mesa redonda, subió su pie derecho sobre el asiento. Tenía un moretón en su rodilla por haberse creído capaz de hacer ejercicio en su recámara el lunes después de haber almorzado ravioli, cabe resaltar que abandonó la rutina sin haber llegado a la mitad.

—Hola, Emmy —saludó Olimpia con una linda sonrisa. Tenía una botella de Heineken en su mano.

Emma sintió envidia al mirarla mejor. Olimpia era tan alta y delgada. Era la clase de persona con metabolismo bendecido. Tenía sobras de hamburguesa en un plato cercano a ella, y ahora estaba bebiendo cerveza sin contar las calorías que estaba ingiriendo.

—Hola —saludó Gael. Lo hizo con seguridad y bastante naturalidad.

Emma les sonrió sin mostrar sus dientes. Le dio un golpecito amistoso a J.J. cuando éste se acercó a dejarle un plato con doble hamburguesa frente a ella. Estiró su brazo para agarrar la botella de kétchup del medio y colocó la salsa de tomate con emoción. No emitió palabra porque seguía dormitada.

—¿Dormiste bien? —J.J. se sentó en un sillón cercano y recogió su botella llena del suelo.

—Sí. ¿Dónde está el más puerco? —preguntó antes de meter una gran porción del sándwich a su boca. La salsa se derramó sobre su mentón, pero masticó y saboreó antes de agarrar una servilleta blanca.

—Seguro que a esta hora con Bianca. Pero se supone que fue a cenar a casa de tío Jamie.

Emma tragó. No soltó su sándwich en ningún momento.

—¿Crees que hacen el amor?

—Es tan obvio, Emmy.

Emma no se había permitido pensar en ello hasta ese momento.

—¿Hablaste con Holly últimamente?

—Sí. No sabe del nuevo romance. Pero me contó que tiene varios solteros detrás. Pienso que solo lo comentó con la pretensión de que yo se lo transmitiera a pa en algún momento. Eso no pasará —bebió de su botella. J.J. mantenía un buen relacionamiento con su madre. Le dolía mucho la enemistad de ella y su hermana, pero jamás podría odiarla. Su madre le había dado amor cuando más vulnerable él se hallaba.

—Ah. Está desesperada por demostrar que le va bien. —Emma no le dio importancia. Se adueñó de una pequeña botella de vidrio de gaseosa. No se le ocurrió preguntar si le pertenecía a alguien más.

El Novio De Emma© #2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant