22: Los buscados

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—Buenas tardes, dormilón —le repartió besos en sus labios sellados

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—Buenas tardes, dormilón —le repartió besos en sus labios sellados.

Él no abrió sus ojos, solo frunció su entrecejo.

—Tiene que ser un pecado despertar a alguien después de una noche como la de anoche.

Emma se echó a reír, sentada, y desnuda, en la cama.

—Pecado es lo que hicimos anoche —contestó.

Colin sonrió con sus ojos cerrados, acostado bajo la colcha.

—Abrázame —pidió.

Emma se inclinó a rodearle el cuello con sus brazos.

—Tienes pintura donde no deberías tener pintura, Oschner —habló sin soltarlo.

Colin abrió sus ojos. Cortando el abrazo, sostuvo el mentón de Emma entre sus manos.

—Alguien jugó paintball en la cama.

Los dos tenían pintura donde no deberían tener pintura. En sus rostros, torsos y manos.

La noche estuvo fuerte, esa es la palabra correcta para describir todo lo que ocurrió en esa recámara. Ella nunca antes le había dado esa clase de amor a ese nivel. Él sabía que los problemas no se solucionan con sexo, pero su cerebro había producido acuarelas cuando ella lo montó de esa manera, así que ahora estaba untado en hormonas de felicidad y bienestar.

—Ha sido la mejor noche de todas. —Emma le dio un beso en su muñeca, luego se acercó a darle uno en la línea de su mandíbula. Ya hacía una semana que Colin no afeitaba su barba, y eso a ella le encantaba.

—Tú hiciste que fuera la mejor noche de todas. Y no me refiero al sexo —usó su dedo índice para dibujarle una línea invisible en el abdomen, trazó un círculo alrededor del ombligo—. Te amo demasiado, y te lo digo como si anoche no lo hubiese repetido cincuenta veces.

Emma sonrió con sus ojos entrecerrados. ¿Cuántas veces le había repetido realmente? Le gustaría saberlo. Pero recordaba que, en pocos segundos, se lo había dicho alrededor de cinco veces en medio respiraciones jadeantes, fueron unos te amo delirantes, pero muy honestos.

—Te amo bien —contestó.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

—Te acompaño. —Colin insistió, bajándose del auto que pidieron para regresar a Lex.

Eran las 3:20 p.m.

Emma rió, cruzando la puerta de Crystal Empire.

—No necesitas depositarme en mi ático, Colin.

—Necesito asegurarme de que llegues bien hasta arriba. Pasan muchas cosas en el ascensor.

—¿Cosas? ¿Cómo cuáles? —lo abrazó de costado mientras caminaban.

El Novio De Emma© #2Where stories live. Discover now