COMO UNA NOVIA EN SU LUNA DE MIEL

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(...)

-Aunque dormido te vez adorable, debía despertarte Takaba Akihito.

-Ahhh, ¿dónde estoy?.....¿Qué. Qué me estás haci-haciendo idiota?

El chico no lo podía creer ni entender, esta vez ese hermoso hombre de ojos color miel, el que le hacía latir su corazón velozmente, lo tenía  atrapado, atado y completamente desnudo,  más que una práctica de sado, parecía que estaba siendo víctima de una brutal tortura. 

El torturador lo veía con ojos de satisfacción mientras degustaba pedazos de frutas. El menor hervía de coraje....

Mente del chico: ¿Qué he hecho para merecer tal tortura?, ¿por qué este señor está tan obsesionado conmigo? ...en su mente el chico gritó, gritó pero sabía que nada podía hacer.

Empezó a sacar los gritos de su mente y comenzo a exteriorizarlos: gritaba, gritaba hasta que su  voz se fue ahogando y sus cuerdas vocales estaban a punto de romperse.

- Maldito, enfermo, sádico ¿POR QUÉ MIERDA ME HACES ESTO? Y ¿POR QUÉ ESTOY SIENDO VÍCTIMA DE TORTURA? reclamaba el chico.

Es qué, cualquiera que está en su sano juicio pensaría lo mismo,  !pobre chico!, ahora mismo  está siendo víctima de un escrupuloso Yakuza,  debido a una deuda pendiente o por decir  algún secreto de esa agrupación, al menos así se sentía el menor.

Quién aguantaría sus pies incertados en un pedazo de madera, la misma con cadenas y bien asegurada con  candados, como si fuera un fugitivo de la más alta peligrosidad.

Sus manos estaban unidas y hacía arriba, estaría de más decir que también tenían 2 candados y cadenas. El chico cuando vio tanta seguridad se dio cuenta que cuando Asami las puso  estaba fuera de sus cabales. Nadie normal haría eso. 

El chico asustado pensaba - Está loco, demente, dicen que los genios tienen su lado oscuro, pero este hombre ha rebasado los límites de la imaginación, genio, loco y yakuza.

Asami seguía viendo las reacciones de su pequeño y rompe el silencio, 

-¿Te cansaste de gritar?  el pequeño le lanzaba unas miradas fulminantes, el adulto sigue saboreando las frutas y dice: - que mal,  disfruto cada lamento de tu parte y tus lágrimas me encienden de una manera única. Chicos como tu me gustan torturarlos - Una sonrisa se figuró en sus labios.

Akihito se sonrió también y dijo: - Bastardo, ya me di cuenta que solo eres un completo enfermo. 

Con su risa cínica el adulto le tomó su mentón y le miraba a sus ojos fijamente, como esperando algo y dice: 

-¿y qué?, acaso eso importa, loco o no, debes saber que no me importa lo que digas, debes entender de una maldita vez que debes ser obediente

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-¿y qué?, acaso eso importa, loco o no, debes saber que no me importa lo que digas, debes entender de una maldita vez que debes ser obediente. 

El menor lo rechaza con su cuerpo - Creo que te pasas de majadero, ya cansas con la misma canción, cuando entenderás que no me podrás dominar y ni con  cadenas  podrás ponerme a tus pies. 

ATRAPADOS EN LA  ESFINGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora