"Epílogo "

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[Diez años después]

[POV ALEC]

El lugar estaba repleto de personas. Algunas habían tomado sus asientos correspondientes mientras que otras aún trataban de buscar sus asientos.

Mi familia y yo ocupábamos una fila entera. El escenario frente a nosotros comenzó a llenarse de anfitriones rápidamente. El director de la preparatoria subió al escenario y dio comienzo a la ceremonia.

Pasaron varios minutos hasta que comenzó el pase de lista de los alumnos graduados de la correspondiente generación. Todos los alumnos iban acompañados de un familiar.

Pase de lista por orden alfabético...

A...B...C...D...E...F...G...H...I...J...K...

"L"

—Lightwood-Bane Amelia —anunció el director.

Mi familia y yo nos levantamos de los asientos aplaudiendo en celebración, exclamando en nombre de mi hija.

Mi -ya no tan pequeña- Amelia subió al escenario con una enorme sonrisa en su rostro. Sus ojos buscaron los míos y yo asentí, orgulloso de mi niña.

Luego de tomar sus papeles y estrechar la mano con los anfitriones, Amelia se acercó a la bajada del escenario donde le esperaba aquella pelinegra en un hermoso vestido lila.

Amanda...

Mis dos ángeles caminaron hacia nosotros luego de bajar del escenario.

Me levanté de mi asiento tomando a la pequeña Amalia en mis brazos.

Amalia, nuestra segunda hija. Decidimos que nuestra familia podía crecer un poco más. Amalia tiene apenas cinco años y es la niña más tierna y hermosa del mundo.

—Papá... —Amalia estiró sus brazos hacia Amanda cuando llegaron a nosotros. Amanda la cargó de inmediato y yo me acerqué a mi hija para abrazarla.

—Estoy tan orgulloso de ti, hija.

—Gracias papá —susurró correspondiendo al abrazo.

—Aquí está mi nieta —se escuchó la voz de Marco antes de abrazar a mi hija y felicitarla.

Marco Bane. Padre de Amanda.

Fue Marco quien le donó su Médula Ósea a mi Amanda. Luego de que Maggie tomara un vuelo a Atlanta y buscarlo, le contó la situación de Amanda. Le habló sobre el cáncer.

Según lo que me contaron, Marco no dudó en venir y ayudar a su hija. No pudo hacerlo con su esposa, pero quería darle la oportunidad de vivir a Amanda. Quería arreglar las cosas con ella, más que nada.

Luego del trasplante, que por cierto, funcionó, Amanda necesitó de muchos años para poder aceptar de nuevo a Marco en su vida. En nuestras vidas.

Hablé con ella, al igual que toda la familia y por fin, ambos decidieron comenzar de cero.

Fue la mejor decisión.

Ahora somos una familia mucho más grande.

—¿Qué les parece ir a casa y celebrar la graduación de esta hermosa señorita? —preguntó Marco.

Todos asentimos en acuerdo.

Comenzaron a caminar hacia los autos cuando toda la ceremonia terminó. Me quedé un poco atrás con Amanda pues quería hablar con ella.

—Amanda...

—¿Si? —volteó a verme.

—Si tuvieras la oportunidad de cambiar algo en tu vida...¿lo harías? —pregunté.

Amanda se quedó en silencio unos segundos antes de responder.

—Si te refieres a esos años en que el cáncer estaba en mi vida...entonces la respuesta es No. Si tuviera que pasar por eso una vez más, por todo el dolor y sufrimiento que experimenté, lo volvería a hacer si el resultado es este —tomó mi mano y la entrelazo con la suya.

—Te amo más que nada.

—Ya lo sé, y yo te amo a ti —se acercó a mí y me besó—. ¿Sabes? Jamás olvidaré aquel día. El día en que entré a tu biblioteca. Fue un día bastante normal para mí, si te soy sincera. Fue el mejor día de mi vida, un día que lo cambió todo, un repentino rayo de luz a mi vida, un día como cualquier otro... Un 17 de Julio.

FIN


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Un 17 de Julio Where stories live. Discover now