Capítulo 25

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Nirek finalmente me convenció de ayudarle y me juró que no era él quien se comía mi comida así que eso lo arreglaría con Kerick. No había sido tan difícil mudarme de nuevo al cuarto que había compartido con Nirek, solo me había llevado una parte de ropa y mi cosmetiquera.

Mi celular sonó.

Contesté.

―¿Si?

―¿Está todo listo?―preguntó Nirek del otro lado de la línea―.Estamos llegando...

―Si ya está todo listo mi amor―dije con voz dulce pero poniendo cara de disgusto.

―Gracias―dijo con una voz bastante amigable.

―De nada mi amor―le contesté―.Te...quiero.

Se escuchó una risita del otro lado del teléfono.

―Eso no es necesario bonita―habló con voz risueña―,nadie te está escuchando―soltó otra risita murmurando.

―Adiós Nirek.―Le colgué.

Pues bien, yo ya estaba entrando en mi papel aunque antes de tiempo. A las seis de la tarden los señores Khan llegaron a la casa, Nirek y Kerick parecían bastantes nerviosos y la madre de Nirek seguía mirándome tan desagradable como lo recordaba, no miré a su padre solo incliné ligeramente la cabeza recordando lo que se suponía debía hacer frente a ellos pero sinceramente no recordaba nada, así que permanecí en silencio mientras la mamá de Nirek daba un rondín por la casa.

―Bonita casa―dijo con un acento extraño. Me sorprendía que no estuviera hablando en hindi.

―Le están haciendo arreglos todavía―contestó Nirek.

―¿Te gusta Indira?―me preguntó su madre y me lanzó una mirada filosa.

Me aclaré la garganta.

―Sí, creo que con los arreglos que le ha hecho Nirek está quedando muy linda.

Nirek se colocó por un lado de mí y tomó mi mano con cierta discreción, no quitarme fue complicado. Su madre asintió aunque no sé si con satisfacción.

―Indira, ¿puedes mostrarle a mi madre su habitación? Kerick y yo tenemos que atender unos asuntos con él.―Nirek me miró y yo desvié la mirada ligeramente, asentí.

―Claro―respondí como toda una maldita sumisa cuando en realidad estaba irritada.

Yo había escuchado de suegras que no eran mala onda pero la mía definitivamente sí era considerada la tapa del pan que nadie quiere.

―Gracias bonita, espérame en la habitación―dijo y se dio media vuelta.

Casi me daba un tic nervioso en el ojo debido a tanta amabilidad.

―¿Le ayudo con su bolso, señora?―pregunté a su madre señalando el bolso.

Ella negó con la cabeza y me arrugó la nariz.

―Dime por dónde tengo que ir―habló mientras emprendía el camino hacia las escaleras.

Rodé los ojos aprovechando que no podía mirarme.

―Gire a la derecha...la puerta de la izquierda―le indiqué.

La señora entró a la habitación pero antes de cerrar asomó la cabeza.

―¿Sabes que Indira?―cuestionó y me volví a mirarla―.Tu y Nirek están muy sospechosos...―Cerró la puerta.

Hice unos cuantos dengues afuera de su puerta y caminé hacía la habitación, estaba derrotada por los niños de la escuelita. Entré busqué mi pijama y me metí a la ducha. No quería pensar pero cuando uno se queda a solas con uno mismo la cabeza empieza a dar vueltas.

Para toda la vida.Where stories live. Discover now