Capitulo 20

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Me miré las uñas mal esmaltadas, tomé la acetona y comencé a despintarlas mientras escuchaba a través de los audífonos a Dua Lipa, tenía que ir presentable a la entrevista donde haría mis prácticas. Dos semanas después de la aparición de Shaila y el hijo de Nirek me encontraba bastante adormilada, no era depresión, era como si una parte de mi cabeza se negara a aceptar que las cosas no iban a arreglarse y mi matrimonio no funcionaría jamás.

Dos veces, solo dos veces Nirek había intentado hablar conmigo y yo acepto que me había negado pero él no había insistido. Eso me tenía herida, porque me daba entender que yo solo era su esposa de mentira.

Lo siento mucho Indira.

―Esta bien, arregla lo que tengas que arreglar, hablaremos después.

Y así, una semana pronto se convirtió en otra más y la mitad de la siguiente, estaba por entrar a la escuela y empezaba a desear tener una habitación para mi sola en donde no tuviera que evitar a un esposo fantasma que no veía cuando llegaba por la noche y no veía por la mañana, la única evidencia de su presencia era la almohada de mi derecha arrugada.

Mi refugio era Kerick, él a veces me informaba sobre cómo iban las cosas con Shaila y Nirek.

―Él duda que el niño pueda ser de él, quiere hacerle una prueba de ADN, pero Shaila se niega a aceptarlo―dijo Kerick aquella mañana mientras compartíamos el almuerzo juntos.

―Creo que Nirek está en su derecho―respondí.

―Dijo que si era su hijo lo traería a vivir aquí, Shaila dijo que entonces ella también vendría a vivir con su hijo, te imaginas que viniera y las tuviera aquí a las dos, estoy seguro que terminaría en desgracia―.Nunca había visto a Kerick tan serio y tan preocupado.

Y yo estaba totalmente de acuerdo, no conocía a Shaila pero no me gustaba la idea de ella viviendo en mi casa, yo gustosa podía aceptar al hijo de Nirek porque el tiene derecho a estar con su padre y no tiene la culpa de nada y, además me gustaban los niños. Pero la mamá del niño, eso era otra cosa y no hacía click en mi cabeza.

Respiré profundamente y repasé en mi cabeza las posibles preguntas y respuestas que podrían hacerme en mi entrevista, necesitaba pensar en otra cosa.

Me puse un vestido negro pegado hasta la rodilla, unas zapatillas con un poco de tacón y un saco que daba a entender seriedad, sí, estaba lista para que me dieran empleo. Bueno, tal vez, no me sentía del todo comoda vestida así, pero Valeria había dicho que tenía que impresionar.

Salí de la habitación, bajé las escaleras y fui hasta la cocina.

―Buenos días, ¿A dónde con ese look de profesora sexy?―escuché cotillear a Kerick.

Me di la media vuelta después de servirme mi café y miré a mi cuñado.

―Tengo una entrevista, necesito empezar mis practicas ya―le contesté a Kerick y agregué―¿Me veo formal, así como para trabajar con niños?―pregunté―¿O necesito otro look?

Kerick me miró de arriba abajo.

Necesitaba otra opinión.

―Te ves ardiente.

―Esto es serio Kerick, estoy preguntando seriamente―gruñí.

―Te ves bien para una entrevista―dijo―, pero no creo que sea lo más apropiado para trabajar con niños, ¿Qué tal que tienes que correr detrás de ellos? ¿O agacharte? Vas a hacer que esos niños se conviertan en golosos.

Para toda la vida.Where stories live. Discover now