Capítulo 7

144 6 0
                                    

Boda.

Era mi boda.

Estaba tan nerviosa que me sudaban las manos y por un momento llegué a pensar que se borrarían los tatuajes de henna que me habían hecho en las palmas, me limpié el sudor en mi bata y suspiré.

Miré mis manos y los bellos dibujos rojizos que habían trazado en ellas, después observé mi vestido de novia color rubí y los bellos bordados, mi corazón latió desbocado y mi estómago dolió.

―Relájate Indira―me dije a mi misma en voz alta.

Nirek se había marchado una hora antes que yo y yo tendría que ir detrás de él en unos minutos, ahora que pensaba en él no lo había visto y por suerte al idiota de su hermano tampoco...

Comencé a reflexionar y de pronto todo me parecía una ilusión algo irreal y distante...

Me miré en el espejo tan hermosa que de pronto algo hizo click en mí.

De un momento a otro tomé todas mis cosas y las metí en mi maleta, apresurada guardé mis sandalias y me quité la bata para ponerme un pantalón deportivo con una sudadera. No sé en qué había estado pensando cuando dije que sí quería casarme, ¿Y si me iba y listo? Eso parecía una buena opción, me coloqué unos calcetines y me puse mis tenis, seguí cuestionándome, ¿Si dejaba a Nirek plantado? Si, al carajo, lo haría... Tal vez yo podía usar mis ahorros y alejarme del todo el mundo...pero, ¿Y mi padre?

Me detuve en seco ¿Le importaba la felicidad de su hija, no? Bien, la felicidad de su hija no era un hindú cabrón que la besaba cuando quería y que encima tenía muy pocas pulgas...

Cerré la maleta con fuerza frustrada y cuando estaba a punto de tomarla para salir corriendo de aquel lugar mi celular vibró, todo estaba tan callado que el vibrar que tenía contra la mesita de noche de madera me resultaba un sonido estridente y delatador, corrí a ver quién llamaba.

Julio.

Vacilé un minuto pero contesté.

―Dira―pronunció mi nombre aliviado.

―Julio―dije cautelosa.

―Yo...

―Me has dejado de hablar―hablé ya que él había permanecido en silencio.

―Yo...solo quería decirte que...te amo Indira―su voz estaba derrotada.

Me quedé en silencio escuchando su pesada respiración y buscando las palabras exactas para decir...

―No te cases―suplicó.

―Julio...―No sabía con exactitud lo que iba a decir, ahora ni siquiera estaba segura de querer huir, Julio me suplicaba que no me casara y de pronto yo estaba ahí sentada en la orilla de la cama mirando la alfombra queriéndole decir «Tengo que hacerlo», la realidad era que hacía apenas unos momentos que había querido salir corriendo y que de no ser por su repentina llamada lo hubiera hecho, pero la realidad me golpeó de nuevo, ¿Realmente que estaba haciendo?

¿Por qué no le decía, «Estoy a punto de huir Julio, llévame contigo»?

―Indira, yo te amo, te amo, lamento tanto no habértelo mencionado antes y esperar a besarte apenas solo unos días antes de que te enteraras de que ibas a casarte, ojalá hubiera sembrado en ti el amor y entonces...

Y entonces yo jamás hubiera tomado en cuenta la opinión de mis padres...

―Basta Julio―ahora había suplicado yo, mis manos comenzaron a temblar y no eran de nervios, era de incertidumbre y miedo―, te quiero Julio, te quiero muchísimo, pero de verdad...tengo que hacerlo, mi familia depende de esto, perdóname por no admitir que estoy enamorada de ti, perdóname, no sabes cuánto lo siento―susurré por último y colgué antes de que me escuchara sollozar y mucho antes de que de verdad le dijera que saldría corriendo tras él y aclarar de una vez mis estúpidos sentimientos.

Para toda la vida.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu