Capítulo 9

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Recuerdo vagamente como la cama se hundió bajo el peso de Nirek y nos arropó, no me importó que se acomodara a mi lado y me pasara el brazo por la cintura atrayéndome a él, incluso busqué su brazo para tomarlo como almohada y suspiré cuando beso mi coronilla, aunque tampoco puedo decir con exactitud si había sido un sueño o solo una tonta ilusión porque cuando desperté, él no estaba.

Me estiré aun media dormida, abracé la almohada que había a mi lado, olía a él, un olor bastante agradable, suspiré.

―Qué bueno que ya has despertado, se nos hace tarde―habló Nirek desde algún punto de la habitación.

Me acomodé sobre mis codos y entrecerré los ojos buscándolo.

Pronto lo descubrí en la esquina sentado en un pequeño mueble mirándome directamente, ¿Había estado allí todo el tiempo?

Me cubrí con la sabana.

―Levántate, tengo que recoger unos papeles en casa de mis padres, puedes aprovechar para tomar tus cosas, comeremos con ellos por la tarde y entonces podrás escoger un lugar para ir a luna de miel―dijo tranquilamente mientras se levantaba del sofá―.Es más ve pensando a donde quieres ir...

―¿Luna de miel?―pregunté y fruncí el ceño―.No me voy a acostar contigo―dije antes de poder detener mis palabras y escoger las adecuadas.

―Por ahora.―Abrí los ojos con sorpresa al ver su actitud tan pasiva―.Estamos casados Indira, es algo inminente, un día sucederá.―Él estaba muy seguro, lo sabía por el tono de su voz.

Abrí la boca para protestar y decirle que estaba muy equivocado si creía que podría llevarme a la cama solo porque estábamos casados, pero no salió nada de ella, ¿En realidad creía que iba a durar célibe toda la vida si estaba casada con él? N...

―Soy un caballero y no voy a tocarte, incluso dejaré que seas tú quien me ruegue por un beso...―dijo con altivez.

Me levanté de la cama furiosa.

―Eres un cabrón―gruñí y salí.

―Solo digo la verdad nena―habló detrás de mí―.Me vas a rogar para que te toqué―susurró en mi oído y me estremecí―.Como sea, te mandé a traer un vestido con el portero...

―¿Él portero?―cuestioné mirando un vestido color amarillo sobre la mesa de la cocina junto con mi ropa interior seca.

Nirek revoleó los ojos.

―Sí, el portero de abajo, hay unas tiendas no muy lejos, no te compró ropa interior ¿No iba a permitir que un desconocido te la comprara, no?

Ahora fui yo quien revoleó los ojos.

Tomé el vestido y me metí al bañó, me lavé la cara con agua fría ya que mis ojos estaban un poco hinchados y me acomodé el cabello, el vestido era flojo de una tela muy suave y con decorados llamativos, me quedaba por debajo de la rodilla haciéndome ver aún más pequeña.

Salí y me encontré a Nirek ya arreglado también, lucía despreocupado con unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca arremangada por encima de los codos, hablaba con alguien por teléfono en hindi.

Colgó un momento después de verme.

―¿Este lugar es tuyo?―cuestioné dándole una nueva estudiada acogedor departamento.

Él asintió.

―De hecho, todos los departamentos son míos...

―Ah.

Para toda la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora