Capítulo 18

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El silencio reinaba en el auto mientras Nirek se masajeaba el labio que yo le había mordido, yo miraba por la ventanilla retorciendo las manos sobre mi regazo, estaba debatida entre si debía estar molesta con Nirek o no. Quizás la mayor molestia era conmigo misma.

Todos los semáforos nos habían tocado en verde y ahora había uno en rojo por lo cual el auto no estaba en movimiento y hacía aún más incómodo el momento, los dos encerrados en aquel pequeño espacio a punto de matarnos.

―Pensé que podríamos ir comer para arreglar nuestras diferencias―habló Nirek por primera vez―, por eso iba por ti a casa de tu amiga.

Asentí y no dije nada.

Tenía hambre y no quería llegar a la casa en donde había poco que comer y en donde seguramente estaría Kerick para cotillear sobre nuestros problemas maritales. Morir de hambre ahora mismo no parecía una buena opción.

Por un lado sentía vergüenza sobre mí, ¿Cómo estuve dispuesta a perdonar a Nirek sobre llamarme Shaila solo para que no golpeara a Julio?

Llegamos al restaurant "Pujol", que era considerado uno de los mejores, nunca había entrado ahí. Nirek se estacionó frente a la fachada del restaurant que estaba cubierta por bambús, era una construcción muy moderna.

Un joven abrió mi puerta y me ayudó a bajar, Nirek le entregó las llaves del coche al joven que probablemente se encargaba del valet parking, tomó mi mano y nos encaminamos a la entrada donde estaba una señorita que miró con descaro a mi esposo.

―¿Tiene reservación?―preguntó mirando a Nirek directamente.

―Claro, Nirek Khan―respondió, me miró y me tomó de la cintura.

Al menos me estaba dando mi lugar frente a esa mujerzuela.

―Pasen, por aquí.

Caminamos hacía la mesa y Nirek sacó la silla para mí, la mujer se marchó.

―Si me permites ordenaré comida vegana que estoy seguro será de tu agrado―dijo Nirek mirando el menú.

Asentí.

―Indira, detesto cuando estoy hablándote y no respondes―Nirek parecía irritado de nuevo.

―Cuando no sé qué decir prefiero mantener la boca cerrada, antes que decir estupideces―contesté igual de irritada que él.

―A veces prefiero que digas estupideces a no saber qué es lo que estás pensando.―Nirek llamó al mesero y ordenó.

―Estoy segura que muchas veces deseaste que fuera muda―respingué.

Quería que la cosa estallara ya.

―Estoy seguro que sí―dijo Nirek y continuó―, creo que no has entendido que estamos casados, Indira, no voy a permitir que me pongas el cuerno con Julio, a menos de que prefieras que tengamos un matrimonio abierto―advirtió con la mirada filosa.

La sola idea de imaginar a Nirek con otra mujer me hirvió la sangre, no podía creer lo que acababa de sugerir, yo no quería un matrimonio así.

―Nunca te he engañado con nadie y no pienso hacerlo a menos de que decidas que Shaila es una mejor mujer para ti―contesté perdiendo el control.

―Creí que ya me habías perdonado a cambio de que no moliera a golpes a tu amado Julio―respondió con sorna―.No creí que fuera necesario tocar el tema de Shaila ya que estamos a mano.

―¡Julio no es mi amado!―exclamé―. Y tú me llamaste por el nombre de otra mujer cuando íbamos a coger―grité y me levanté de la silla.

El lugar se quedó en silencio.

―Siéntate Indira―ordenó Nirek con la mirada dura.

Respiré profundamente y me senté para evitar más escándalo algo para lo que evidentemente ya era tarde. Tenía que arreglar las cosas o nada cambiaría, tenía que negociar y ser inteligente.

―Lo siento, Indira.

Nirek se había disculpado y parecía sincero, me sentía un poco mejor después de haber explotado y ver que tal vez las cosas podían reacomodarse.

―Creo que tenemos que intentar que nuestro matrimonio funcione, es muy poco tiempo el que llevamos juntos y los dos somos explosivos.―Hizo una pausa y continuó―.Te voy a decir lo único que sé: No vamos a divorciarnos―sentenció―, no soy yo, es la cultura, nuestros padres, posiciones sociales y un sinfín de otras cuestiones. Lo que propongo es, si nos damos cuenta que no funcionamos entonces podremos llevar vidas separadas. Pero necesito saber si estas dispuesta a pesar de Julio.

Nirek estaba sereno lo cual me incitó a tranquilizarme.

Tal vez él quería intentarlo conmigo porque había perdido a Shaila para siempre pero, yo aún tenía a Julio. Aun así imaginarme a Julio como mi amante no me agradaba, nunca estaríamos juntos y Nirek y yo tendríamos al final del día una vida vacía.

Yo quería un matrimonio como el de mis padres, un matrimonio de verdad y a pesar de todo a mi si me gustaba Nirek aunque me costara reconocerlo la mayor parte del tiempo.

―Yo también quiero que nuestro matrimonio funcione―aseguré―, tal vez nos venga bien poner algunas reglas ¿No crees?

Había que exponer lo que deseaba y tal vez así me fuera concedido.

―¿Cómo que sugieres?

―Pues primero quiero que me empieces a hacer partícipe de tus cosas, no sé mucho de lo que haces, llegas a casa agobiado y no se ni que te pasa o porque estas tan cansado y también quiero que compartas más tiempo conmigo.

Nirek parecía sorprendido por mi sinceridad.

―Yo quiero que también me cuentes tus cosas y que seas sincera en cuanto a Julio, si pasa alguna cosa o si te llegas a sentir de una manera en específico.―Hizo una pausa―.También con respecto a Kerick que a veces no confío mucho en él.

Asentí.

Extendí la mano―.¿Tenemos un trato?―pregunté.

Nirek sonrió.

―Así es señora Khan.―Tomó mi mano y la besó, sonreí también.

Tal vez si podíamos ser normales después de todo, tal vez esta vez nuestro acuerdo de paz duraría más tiempo y podríamos pelear sobre cosas triviales como quien fue al baño y no puso el papel o sobre quien dejó los platos sucios o la cama revuelta.

―Esta tarde fui a ver a Valeria y me he encontrado con Julio al salir; siento haberte mordido―dije para dar concluido el tema.

―Y yo siento haber sido un idiota hoy y ayer por la noche, tal vez debas querer una explicación más extensa y estoy dispuesto a resolver tus dudas―contestó.

―Está bien, no quiero los fantasmas del pasado rondando mi cabeza, solo miremos para delante.

Nirek asintió y empezamos a comer.

No quería saber más de Shaila al final de cuentas ella estaba casada, con un hijo y en la India, no quería que Nirek reviviera aquellos recuerdos en donde aún la amaba; además yo ya sabía la historia.

―¿Cuándo visitaras a tus padres?―preguntó Nirek.

¡Ups! Mis padres los había olvidado y sobre todo a papá que estaba enfermo y recibiendo su tratamiento.

―Tal vez mañana, estaba esperando que los moretones del incidente en la India desaparecieran, no quería que pensaran que tú me los habías hecho―contesté y tomé un poco de agua.

―Tu cara sigue igual de bonita, ¿Te gustaría que te acompañara a visitarlos?

―Me gustaría mucho.―Sonreí.

―Entonces tal vez debamos ir a comprarles algo. 

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