Capítulo 1

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―En un mes nos vamos a Rajastán―dijo mi padre con un tipo de voz que nunca había usado conmigo.

Me negué a aceptar que era un hecho.

Y entonces mi vida cambió, cambió desde el momento en que me enteré que debía contraer matrimonio con un hindú, lo cual era muy extraño porque yo ni siquiera vivía en la india, ni jamás había pisado aquel territorio, simplemente no entendía, ni quería hacerlo, yo debía casarme con quien yo amara.

Eso siempre me lo había dicho mi madre, hasta entonces...

Sacudí la cabeza y miré el suéter fucsia con flores que mamá llevaba, en el centro tenía escrito su nombre: Naisha. El significado de su nombre era misericordia, lo más curioso es que no lo estaba siendo, es decir, misericordiosa.

―Indira―reprochó mi padre.

Mis manos comenzaron a sudar y el dedo índice de mi mano derecha comenzó a temblar, algo típico que me sucedía cuando mis emociones se salían de control. Todas las horas de meditación se irían a la basura.

―Padre, no puedes obligarme a hacerlo―rogué.

Papá estaba pálido, el también temblaba un poco a pesar de llevar una gruesa manta de lana azul tejida por mi madre sobre los hombros, no se le veía bien, no desde el descubrimiento de su enfermedad.

Aun así seguía sin entender porque mis padres los cuales sí eran hindúes, debían arreglarme un matrimonio con un chico al cual ni siquiera conocía, sí, yo tenía sangre hindú, incluso tenía la nacionalidad y rasgos, pero sobre todo, era mexicana. En ese momento quise comprender porque de enseñarme a tener elección en todo lo que correspondía a mi vida lo cual era contrario a su cultura, ahora ella intentaba que me alineara y tomara mi papel como...india.

¿Qué motivos tenían mis padres para imponerme un matrimonio?

―Así tiene que ser, estoy enfermo hija, Nirek, tu prometido, te dará todo lo que yo ya no poder darte...

¿De eso iba todo? Yo no necesitaba que un tal Nirek me diera lo que requería, yo era independiente lo contrario a muchas mujeres de la cultura de mi llamado "prometido".

¿Qué estaba pensando? No...

―Joder―grité―.No es mi prometido, estamos en pleno siglo XXI...

Mi padre estuvo a punto de darme una bofetada, por suerte mi madre lo detuvo, me sentí inferior, tan pequeña, las lágrimas se juntaron en mis ojos. Sentí un gran estremecimiento, mis manos dejaron de sudar para ponerse heladas. Mi padre jamás había intentado golpearme.

―Arun, necesitas relajarte cariño.―Mi madre habló con aquella voz pasiva que la caracterizaba―.Escúchame Indira, tu padre se está muriendo, tenemos dinero para el dote, pero no tenemos dinero para pagar todo el tratamiento, él chico necesita la nacionalidad para hacer crecer su negocio familiar y lo siento nena, pero ya ha sido arreglado con Arjan, el amigo de tu padre.

¿Era por el tratamiento de mi padre?

Está bien, eso lo entendía, él estaba muriendo, tenía cáncer en el colon uno de los más agresivos, el punto es que yo podía trabajar más duro en el restaurant de mis padres, podría conseguir otro empleo...

¿Pero es que acaso ellos no veían otra opción? Sabía muy bien que las quimioterapias eran carísimas y si requería alguna operación también sería un dineral ya que nosotros no teníamos seguro.

Negué con la cabeza.

―Indira―habló mi padre con voz más tranquila―.Ahora no me siento muy bien...

Para toda la vida.Where stories live. Discover now