Capítulo 4

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   ―Inclínate―susurró Nirek y lo hice.

La madre de Nirek asintió no satisfecha y un momento después todos a nuestro alrededor se disiparon.

Nirek se alejó de mí junto con sus padres.

Parpadeé, todo me parecía amarillento, tenía una horrible cefalea y acababa de conocer a mis suegros pues nos habían estado esperando en el aeropuerto, su madre no me miró con buenos ojos, su padre estaba más interesado en otras cosas, pero la abuela de Nirek se acercó a mi gustosa y dijo unas cuantas palabras en español como «Bonita» «Hija» etcétera, ella se convirtió en mi persona favorita de la India.

Me sentía tan extraña.

―Pórtate bien Indira, has todo lo que te diga Nirek, te veo mañana en el desayuno, arréglate bien y usa el sari―dijo mi madre y yo solo asentí en respuesta, me besó la coronilla, y alcanzó a mi padre que iba más adelante que ella.

Caminé por detrás de mis futuros suegros y Nirek hacia la camioneta que nos esperaba.

Vale se acercó a mí por un costado.

―Indira, creo que tu suegra será tu enemiga―susurró.

Asentí y reí entre dientes.

―Desgraciada―dije en voz baja pero Nirek alcanzó a escuchar y nos fulminó a las dos con la mirada.

Vale y Nirek no se habían llevado muy bien dado que habían convivido todo el vuelo a la India y Nirek había estado de... grosero por no decir otra palabra, a nadie le había resultado grata su compañía y eso que ellos no eran los que se tenían que sentar a un lado de él.

Nos trasladaríamos a la casa de mi prometido junto con Valeria, mis padres subieron a una camioneta que los llevarían con mis abuelos los cuales no conocía y no me molestaba conocer.

Casi no había hablado y en parte era porque Nirek me había aleccionado pero también porque extrañamente no tenía ganas y además no podrían entenderme.

Al entrar en la camioneta empecé a sentirme peor, creo que era porque el espacio era asfixiante junto a Nirek y a mi amiga Vale, la verdad es que también estaba estresada por la boda y porque había escuchado a Nirek hablar hindi con su madre mientras esta me escrutaba con los ojos, no saber que estaba diciendo realmente me puso alerta e irritable.

En el transcurso no miré por la ventana, no tenía ganas de estudiar el entorno, mi cabeza estallaba, mis parpados pesaban, no me encontraba bien, las turbulencias durante el vuelo también habían sido un factor para que mi tensión aumentara y por ende se desatara la migraña con fuerza, cerré los ojos un momento e inconscientemente me recargué en el hombro de Nirek.

Tan pronto como mi nariz percibió su aroma suspiré, luego fui consciente de lo que estaba sucediendo y me recompuse.

―¿Estas bien?―preguntó.

Asentí.

―Tiene problemas de migraña y se le han olvidado sus pastillas en casa―dijo Valeria a Nirek mientras me miraba preocupada, ya le había contado de mis crisis de migraña y también le había comentado al pisar suelo Hindú que no me sentía muy bien.

Reflexioné sus palabras, ella había dicho casa pero yo ya no tenía casa.

Miré mal a Vale por muchas razones que no pude comprender en el momento y además porque ella no tenía que contarle sobre mis problemas a Nirek.

―Dime que tomas y tal vez puedo conseguírtelas―habló este.

No contesté.

No le hablaba desde que me regañó en el avión por querer tomar vino tinto con Vale, creo que desde ahí el dolor de cabeza había aumentado y también creo que desde ahí mi amiga y mi prometido no se habían caído bien. El vino solo era para despedir mi soltería...

Para toda la vida.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant