Capítulo 21

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Todos estaban satisfechos, Nirek porque su linda esposa se había comportado a la altura, el Jeque porque no había hecho contacto visual con él y, su esposa Bashira porque no había hablado con ella y al parecer podría ser una mala influencia para ella. Todos satisfechos menos yo.

Odiaba permanecer en silencio tanto tiempo, ni siquiera cuando estaba sola había tanto silencio, pero gracias a la vida ya se había terminado la cena, estaba exhausta de hacer nada durante 3 horas.

―Indira, espérame en el lobby―dijo Nirek levantándose de la mesa y yendo hacia el estudio con el Jeque.

―Ha sido un placer cenar con ustedes ―dijo el Jeque Farid.

Asentí sin mirarlo.

Cuando desaparecieron Bashira me miró.

―¿Y bien? ¿Te acuestas con ambos?―preguntó.

¿Qué?

―Con Nirek y Kerick―aclaró con curiosidad y tal vez un poco de morbo.

―Por supuesto que no―contesté un tanto ofendida.

―A puesto que te lo hace mejor Kerick―insistió con descaro.

Negué con la cabeza.

―Será mejor que no destruyas mi imagen frente a tu esposo, porque te aseguro que entre Kerick y yo no hay nada―dije con cierta pizca de enojo.

―Los negocios están intactos Indira, con la llegada de Shaila y el pequeño Niko que por cierto es adorable, Farid está más que contento―hizo una pausa―, lo que me preocupa es que como tu marido está tan ocupado con su nueva familia te desquites demasiado con Kerick, pues debes saber lo compartimos en la cama...

No pude descifrar el tono de su voz.

―Escúchame Bashira, la única familia de Nirek somos Niko y yo...

―Escúchame tú linda, Nirek no sale del cuarto de Shaila quien por cierto está registrada en este mismo hotel, no sé si te estoy haciendo un favor pero espero puedas entender que yo también tengo necesidades y necesito a Kerick, estoy segura para ti es más fácil conseguir otro amante―dijo un tanto desesperada.

―Kerick no es mi amante Bashira, te lo puedo firmar―dije ya bastante derrotada―¿Sabes que te hará tu esposo si se entera?―le hice caer en cuenta, en realidad esa mujer me preocupaba con ese marido tan... loco.

―¿Me estás amenazando?―preguntó tomándome por los hombros con fuerza.

La alejé.

―Claro que no―contesté con toda sinceridad.

―Entonces ocúpate de tus asuntos, creo que ya hice bastante diciéndote lo que está pasando entre Nirek y Shaila...

La miré con las lágrimas a punto de salirse de mis ojos y me di media vuelta. Caminé al ascensor y respiré profundamente, me serené como pude, había sido demasiada información.

Cuando llegué al lobby me senté en la sala de espera y evidentemente esperé. No sabía que esperaba porque ciertamente dentro de mi ser ya no esperaba a Nirek.

Primer regla de un matrimonio arreglado: no esperes miel sobre hojuelas.

De pronto después de un largo tiempo sin hacerlo me planteé mi vida a lado de otra persona, incluso mi vida sin nadie. Pero yo no podía ir a ningún lado, la imagen de mi padre muriendo me hacía permanecer ahí, sentada en un sillón lujoso en el lobby de un hotel esperando a un hombre que no podía hacerme feliz y que no podía ser feliz porque estaba atado a mí.

La química existía, pero el amor, la admiración y los agradables momentos yo ya lo había sentido con alguien aunque muy efímeramente y él también.

Tal vez Nirek y yo podríamos pasar buenos momentos pero el choque de nuestras culturas y nuestro deber nos hacía permanecer en una realidad que no era agradable para ninguno. Yo aún pensaba en Julio, en lo tormentoso que había sido no conocer una vida junto a él y es que ¿Cómo sabes lo que quieres si no lo pruebas?

―Vamos Indira―Nirek me tocó la mano y volví a la realidad.

Me levanté.

―¿Estás bien?―preguntó.

―Sí, solo estoy un poco cansada por la entrevista―respondí.

―No sabía que tenías una entrevista hoy―dijo un poco incómodo.

Me encogí de hombros y lo seguí.

El camino a casa fue en silencio aunque yo sabía que Nirek se estaba esforzando por hacerme plática, simplemente esa noche me sentía devastada de cuidarme de todos.

―¿Qué tiene de malo el arroz?―preguntó Nirek mientras abría la puerta de la casa.

―Suele ser demasiado pastoso―contesté mientras miraba el celular.

Subimos las escaleras yo a pasos lentos y pesados y Nirek a tal vez un poco más activo, entré a nuestra habitación y de pronto Nirek me abrazó por detrás, la piel se me erizó y las piernas comenzaron a temblarme estaba a punto de derrumbarme de nuevo, habían sido los seis meses más tormentosos de mi vida, todo era un maldito circo del que quería escapar, quería todo en la vida pero me había dado cuenta que por más que me esforzara no sería suficiente. Me di media vuelta para quedar frente a frente y cerré los ojos, sentí la boca de Nirek cubrir la mía, sus labios eran tan suaves que me hicieron sentir en un sueño de nuevo.

―Me cuesta trabajo ser un hombre diferente al que he sido―dijo de pronto alejándose pero permaneciendo cerca.

―¿Qué quieres decir?―cuestioné mirándolo mientras desabotonaba su camisa.

―Que somos diferentes...―cortó la oración, respiró profundamente y caminó por la habitación hacia el baño.

Lo seguí.

―Eso siempre lo he sabido―dije mientras me recargaba en el marco de la puerta y el comenzaba a cepillarse los dientes.

―No quiero que vivamos un infierno Indira.

―No quiero vivir un infierno―afirmé.

―Esta noche te he dicho que te quiero no sé cómo ha pasado si eres tan terca pero también me he dado cuenta que eres muy dulce y buena, haces esto por tu familia así como yo por la mía...

La cabeza empezó a darme vueltas.

―No sé a dónde quieres llegar―.Lo miré fijamente a través del espejo.

Se dio la media vuelta.

―No eres feliz, no es que como que sea una novedad dadas nuestras circunstancias y esta noche lo entendí mientras estabas sentada en el lobby―hizo una pausa, tomo aire y continuó―, estoy dispuesto a darte la libertad si eso es lo que quieres―dijo finalmente.

El aire se quedó atascado en mis pulmones.

―¿De qué hablas?

―De que nos separaremos pero tu seguirías viviendo en esta casa, conservaríamos el matrimonio y yo seguiría apoyando a tu papá hasta que sea necesario.

La puerta hacia la libertad se estaba abriendo pero no podía ver claro. 

Para toda la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora